PAG. 17 SECCION: CIUDAD CINTILLO: DE BALCON EN BALCON CABEZA: Repuestos para el coche CREDITO: Manuel Blanco* De lejos puede parecer un dulce entretenimiento. Mas cerca, las cosas empiezan a complicarse. Y para quien sufre en su propia persona las fallas mecanicas y el paulatino pero inexorable deterioro de su auto, el asunto puede convertirse en un infierno. Hay que aceptar que para muchisimos ciudadanos asistir a la casi magica conversion de su coche en carcacha, no es el principio del fin sino apenas el comienzo de todo sufrimiento por venir. Que fallan los frenos y las balatas andan por la calle de la amargura. Que un bache pequenito hace que el manejador vibre como si lo hubieran metido en una licuadora. Que no era un bulbo sino buena parte del sistema electrico el que ya andaba fallando. Y la simple enumeracion se vuelve interminable. Cuando un coche empieza a fallar, parece que lo hace uniformemente. Casi al mismo tiempo se descompone la bomba de la gasolina, el sistema de ventilacion; el motor pierde potencia, el carburador nunca queda bien, los limpiadores del parabrisas se desconchiflan el mofle se pica y aquello es un ruidero, los faros delanteros ya nunca vuelven a quedar bien afocados y hay que manejar casi a tientas... Y bueno, todo eso significa tiempo y dinero. Los mas empenosos y talacheros se meten ellos mismos abajo del coche a tratar de reparar los desperfectos. Salvo que se requiera de reparaciones mayores: una afinacion mayor, la alineacion y el balanceo, el embobinado del alternador y en fin. El resto lleva el auto al taller mecanico, porque apenas si tiene claro que hay que ponerle agua y echarle gasolina de cuando en cuando. De modo que con dosis convenientes de dinero, al menos no se ensuciara las manos, la cara y la ropa de grasa y aceite. De todos modos, claro esta, perdera tiempo y dinero y el coche nunca quedara bien del todo. Si acaso se consolara pensando que bueno, una carcacha es una carcacha y que no hay remedio. Pero y que hay con los autos nuevos? Se los roban o los desvalijan. Pero aunque corran con fortuna y aunque esten asegurados, hay que darles mantenimiento y siempre hay que estarlos componiendo: un rayon, un golpe leve, una llanta ponchada... y uno piensa que al menos al judio errante no le toco vivir en la era del automovil. Pero a todo esto, quien gana? La experiencia viva dice que el negocio no es vender automoviles sino vender las refacciones. Y hay en esta afirmacion una verdad irrefutable: comprado parte por parte, cualquier coche sale varias veces mas caro que si se comprara completo, nuevo y al contado. De manera que el permanente infortunio del automovilista tiene causas muy precisas. Pero no hay soluciones a la vista. Quien es capaz de controlar, o al menos moderar las ganacias de la industria automotriz? *Periodista. .