SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: HETERODOXIAS CABEZA: El violin despues de Jean-Luc Ponty CREDITO: DAVID CORTES Un violin nunca ha sido la norma en el jazz. Pienso en este como un instrumento solista y no inserto en una orquesta para respaldar lujuriosos y almibarados arreglos. Pocos son quienes han encontrado en el un vehiculo adecuado para expresarse (Joe Venuti, Stephane Grappelli). Tal vez por ello quienes lo han pulsado inmediatamente se distinguen; pero por lo mismo, descollar en su ejecucion no resulta sencillo. La utilizacion del violin tiene en Jean-Luc Ponty (Avranches, Francia 1942), a uno de sus principales exponentes, sobre todo en la etapa moderna del jazz. Fue Ponty el encargado de electrificarlo hasta convertirlo en otro instrumento. Su palmares incluye participaciones al lado del fallecido Frank Zappa y de los pianistas George Duke, Wolfgang Dauner y Joachim Khn. Pero los recuerdos mas claros y vividos, al menos para quien esto escribe, estan al lado de John McLaughlin y su Mahavishnu Orchestra, un combo que redimensiono los conceptos de la fusion y entrego obras clasicas (Visions of the Emerald Beyond). En ellas Ponty se manifesto como un ejecutante del violin dotado con algo mas que habilidad. Su sensibilidad fue determinante para no convertir al instrumento en su quejido planidero y tampoco desgastarse en la creacion de melifluos pasajes. Supo, en parte por intuicion, que un instrumento perteneciente al ambito clasico y ubicado en otro contexto merecia un tratamiento poco convencional. Si en algo destacaba el violinista en sus inicios es en la mesura. Si bien sus intervenciones estaban limitadas previamente, sus solos (en los que retoma elementos del free, del bebop y del rock), tenian la cualidad de manifestarse con sobriedad no obstante poseer una voz instrumental que inmediatamente refulgia. Rodeado de grandes musicos, el brillo de Ponty se opacaba. Por ello, al mediar los setenta decidio emprender una carrera como solista en donde la unica certidumbre era el hecho de que ahora no tendria que compartir la fama con nadie. Los exitos continuaron en buena medida hasta llegar a la decada de los ochenta. Fueron anos en los cuales bordo algunas piezas musicales maduras y con ideas frescas y atractivas (Open Wind y Upon the Winds of Music, entre otras); despues, abrumado por otras vertientes mas exitosas, con el descenso de la fusion pura en el gusto de la audiencia y empantanado en el proceso creativo, Ponty perdio su magnifica aura para ser arrojado al olvido. Continuo trabajando, pero ninguna de sus producciones recientes ha alcanzado la maestria tanto en composicion como en ejecucion de sus predecesoras. Hoy, en una union de la cual parece pender su futuro, se integra a Stanley Clarke y al Di Meola para formar una tercia de excepcion llamada Rite of Strings y traen bajo el brazo un disco eponimo. Hace mucho que Jean-Luc Ponty ha dejado la senda de las luminarias (su eleccion por los sintetizadores es una razon de ello), para internarse en un trabajo de alcances mucho mas modestos, pero es la clase de musicos que no obstante el paso de los anos no pierde el toque. Su presencia sobre el escenario del Auditorio Nacional el dia de hoy, y sobre todo al lado de un par de ejecutantes tan avezados, debe resultar en una experiencia algo mas que gratificante. Ponty sabe del virtuosismo, de como extender un solo y orientarlo imaginativamente. Hace tiempo que su sonido no se ha visto estimulado por musicos como los que compartiran el escenario con el, asi es que indudablemente la retroalimentacion gestada entre los tres sera un elemento indispensable en la presentacion de este supergrupo. Y si a esto agregamos un poco de nostalgia y conseguimos dejar de lado que hace muchos, pero muchos anos que debimos haberlo visto en directo la magia de la noche podra resultar incomparable. .