SECCION ESPECTACULOS PAGINA 37 BALAZO: ANTROS CABEZA: ABEl reventon hecho en casa CREDITO: XAVIER VELASCO El reventon se divide en dos bandos: el que lo goza y el que lo arma. Entre los primeros hay una variedad infinita de individuos, en su mayoria personas normales decididas a escapar transitoriamente de esa infame prision que es la normalidad para cualquier corazon ganoso de ser estrujado. En cuanto a los otros, su primera mision en la vida es sobrellevar su anormalidad -cosa dificil como un parto en el Periferico- y luego inventar el reventon para todos. Esto trae consigo una paradoja: frecuentemente, los n ormales reciben o se arrogan la encomienda de crear un antro, y el resultado suele ser insultantemente normal -no hay una sola carretera que nos permita huir hacia el frenesi-; mas de cuando en cuando son los anormales, esos perpetuos extranjeros, los que arman el numerito... Que pasa entonces? El puro refuego, mis cuates. Y la libertad. Y por supuesto las consecuencias fisicas de todas esas conjunciones astrales, sincronicidades mentales y eclipses espirituales que en un reventon intenso suelen ser capita lizadas. Digamos, para no tener que jalarnosla tanto, que cuando al reventon lo arman las personas indicadas y al destino le da por pisar el acelerador, mas de una situacion cuaja y entonces si: pasa lo que tenia que pasar. A la manana siguiente, cuando la resaca nos permita realizar el corte de caja, muy probablemente sabremos que nuestra vida ya dio un nuevo cambiazo. Ni modo: Mr. Destiny se siente mas a gusto donde mejor se respetan sus caprichos. (Dicen que a los arquitectos se les caen las casas, y que a los ingenieros deberian caerseles. Lo mismo pasa con los antros: aquellos armados por anormales viven poco tiempo, mas los otros deberian vivir menos. Pero que le vamos a hacer, si los idilios tampoco duran lo que los matrimonios. De modo que clavemonos en el placer de lo efimero, que solo para ello estamos aqui.) Es comun que se vendan cintas con la musica de un cierto antro. Conciben ustedes pecado mas cochino que el de instalar a la pinchurrienta costumbre en el sitio que naturalmente le corresponde al divino azar? No me chiflen, senores! Es cierto que muchos antros tienen la mala mana de repetir noche con noche los mismos sonidos, pero no menos verdadero es que, cuando el tugurio tiene personalidad y encanto, la sucesion de tales sonidos responde a un orden felizmente improbable. Si durante la noche se multipli can sombras, suenos, miradas y besos, es una indecencia que haya quien pretenda patentar la magia, y luego mercarla como el paquete cuya probada esterilizacion lo hara inofensivo para quienes nunca recorren la penumbra sin linterna. Por ello, me permito ahora lanzar un reto a los pusilanimes que le sacan al parche del azar a deshoras: a poco tienen ustedes una cinta con la musica de La Iguana Azul? Ya lo dice el dicho: El que no quiera ver espantos, que no salga de noche. Por que creen ustedes que ninguna agenda incluye en sus paginas a las horas posteriores al ocaso? Porque se trata del tiempo destinado a bailar con el baqueton de Morfeo? Ciertamente ni maiz. Lo que pasa es que ni los que hacen las agendas osan imponerle un orden a la noche: territorio desquiciado por excelencia en el que nadie, sino nuestros monstruos, puede atreverse a gobernar. No nos preocupe, pues, si al cruzar la entrada de L a Iguana Azul nos topamos con un rollo improbable. Conformemonos con saber que asi son las cosas en el reventon, y que con seguridad hay uno o mas lunaticos implicados en el buen manejo de este genuino santuario del recreo nocturno. Que se hace aqui? Beber, ligar, bailar, debrayar? Eso y mas, dependiendo de tu nivel de electrolitos. Especialmente si transitas por ese punto neuralgico del calendario semanal que marca el paso del deber al desear: noche de miercoles, casi jueves, el lunes quedo atras y el vi ernes viene para aca cual Santa Claus en Corvette. Si, mis cuates, la noche del miercoles es propiedad de La Iguana Azul. No es que a La Iguana le de por pichicatear el refuego en otras fechas, mas los lunaticos que la frecuentan suelen sentir un cierto carinito por esos miercoles en los que nadie, ni siquiera los musicos, sabe que va a pasar. Si aceptamos que la mas grande gema de cualquier antro se llama libertad, convendremos en que la calidad del reventon no esta emparentada con la marmaja que gastemos, ni con la que se botaron los duenos en poner al leonero presentable. La Iguana Azul dista de ser un antro suntuoso, mas b ajo su cobijo uno tiende a probar las altas dosis de libertad que comunmente se nos niegan en aquellos lugares donde el abrochon monetario deja como secuela una temblorina de tres dias. No se diga, pues, que en La Iguana no hay lujos, cuando el lujo por excelencia -el que jamas es superfluo- se nos esta brindando al puro cash. A la llegada la sigue un campechano paseo -el patrullaje de rigor- de uno a otro cuarto, con su debida escala en la barra, y luego hacia el sotano, por esas escaleras estrechas que suelen dar a las casas de la colonia Roma el sabor de un enigma tan viejo y entranable como la logica de los gatos. Solo que aqui a los enigmas del silencio los han reemplazado los acertijos del ruido: abajo, al fondo del sotano donde cada miercoles acuden musicos de toda la ciudad a gozar de una libertad irrestricta, esta el es pacio sobrepoblado por musicos, militantes de los mas diversos ritmos y ahora duenos de casi todo nuestro habitat sonoro. Que recibiremos a lo largo de la noche? La musica que a los ejecutantes, en permanente relevo, se les antoje detonar. Hay garantias? Solo una, la mas importante: nunca mas escucharemos lo que acaba de salir por las bocinas, jamas la baba espesa de la costumbre mancillara cuanto ha sido parido por el azar, o mas exactamente por Mr. Destiny, para el cual nomas no existen las canijas coin cidencias. En la escalera. En el piso. En una sillita. Enfrente de la banda. Cualquier rincon es bueno para darle a la noche la riqueza de los buenos amigos o la ricura de las amigas buenas. Igual que en nuestra casa, y aun mejor: en la casa de cuya limpieza no tendremos que preocuparnos a la manana siguiente. No es raro que los musicos, asi como los lunaticos que proverbialmente los acompanan, hayan hecho de la Iguanita todo un cuartel, y mas que eso el hogar donde los anormales, libres de la circunspeccion que tan o diosa le parece a la luna, llegan a dar justa continuidad al mejor reventon de todos, que para envidia del mundo entero es el vitalicio. Digo, ni modo que el senor Destino dejara sin sueldo a sus mas fieles colaboradores. .