PAG. 21 SECCION: ECONOMIA CABEZA: DEUDA EXTERNA, REFINANCIAMIENTO EN MARCHA ENTRETEXTO: El argumento basico es la recuperacion de la confianza, dentro y fuera del pais. Alcanzarla es el reto esencial, y por ello muy complicado CREDITO: MARIANO FERNANDEZ* La deuda externa es una preocupacion constante; la experiencia de anos da sobrada razon y hemos aprendido a vivir con ella y, ciertamente, a temerle. Presente siempre que algun desastre economico ocurre, la deuda externa figura como una de sus principales causas. Sin embargo, tan profunda es nuestra zozobra ante la deuda externa como el desconocimiento de su real dimension. Si me vienen a advertir que se pagaran mas de 100 mil millones de dolares, no se me ocurriria nada decente que contestar. Esta sentida preocupacion genera un debate en torno a la necesidad de renegociar la deuda externa, cuando de hecho ya se esta dando una renegociacion, que incio al amortizarse poco mas de 25 mil millones de dolares (verdes) en Tesobonos, apoyados en su mayor parte por el paquete crediticio del Tesoro norteamericano y del Fondo Monetario Internacional. Un poco de historia: en 1982 el gobierno mexicano declaraba una moratoria tecnica a la deuda externa. "En la tercera semana de agosto, se solicito a los mas importantes bancos comerciales extranjeros acreedores de Mexico, una prorroga de 90 dias para los pagos de capital de corto y largo plazo correspondientes a la deuda del sector publico. Durante ese lapso solo se pagarian intereses...". En 1986 se inicio una profunda restructuracion de la deuda externa: "La falta de recursos externos derivada de la perdida petrolera, determino que una de las acciones iniciales del Programa (Programa de Aliento y Crecimiento) fuera la negociacion con los acreedores externos...". Ambos escenarios son muy distintos a lo que ocurre en 1995, sin embargo, como mirar a los proximos vencimientos de la deuda externa, que son bastante abultados?, bajo que condiciones seran enfrentadas las proximas amortizaciones? Realmente es un problema financiero como nudo gordiano. El inversionista no esta dispuesto a invertir en el pais porque el riesgo que percibe aumento tremendamente y, pese a los comentarios sobre el buen desempeno del Programa de Ajuste, los dineros del mundo no fluyen hacia nuestros mercados. Por otro lado, el hecho de que detras del Programa de Ajuste haya estado el apoyo del gobierno norteamericano, es de alguna forma un cartucho gastado. Tambien, ante un proceso de adaptacion a las devaluaciones, la poblacion enfrenta sorpresas en el actual Programa. 1. El riesgo pais, como sea que mida, lleva a una decision con solo dos respuestas: o se invierte en los mercados financieros de este pais o no (vale tanto para extranjeros como para mexicanos). Hasta hoy la respuesta es no invertir, aunque haya algunas cifras flacas que hagan suponer otra cosa, porque el monto absoluto y el flujo de la inversion en cartera son a todas luces reducidos para el tamano del pais, ni hablar de ahorro interno. Paradojicamente la inversion directa aumenta, pero en respuesta a una estrategia distinta, mas relacionada con objetivos de comercio global que con la decision de enfrentar elevados riesgos domesticos, claro, con un buen rendimiento, pero su cantidad es insuficiente para la magnitud de los compromisos financieros nacionales. Todos somos conscientes de que tomara bastante tiempo disminuir la desconfianza y que 1996 sera decisivo. 2. Es incontrovertible que el apoyo norteamericano fue excepcional y dificilmente repetible. Si bien significo un cambio de deuda domestica de corto plazo, con compromiso implicito de convertibilidad en dolares por pasivos a mayor plazo, hace tangible un fuerte crecimiento de deuda externa que habra de enfrentarse exclusivamente con recursos propios y esquemas originales de renovacion, con o sin Clinton. 3. Por otro lado, la amplia experiencia de los mexicanos en el tema de devaluaciones y programas de ajuste, ahora se enfrenta a una sorpresa (en realidad a muchas): un programa de emergencia que por vez primera no contempla la fijacion del tipo de cambio, ya sea en un numero especifico o bajo una "depreciacion" predeterminada o ni siquiera con bandas de flotacion. En esta ocasion se opto por dejar el tipo de cambio libre, y eso es facilmente interpretable, como si acechara otra devaluacion. 4. Los argumentos que justificaron crisis economicas pasadas se han agotado: primero fue la alta participacion de las exportaciones petroleras en la balanza comercial y el desorbitado deficit publico. Luego, una estructura adversa del endeudamiento y la voracidad de los acreedores. Pero desde hace mas de un ano tenemos una balanza comercial mas equilibrada, el gobierno mantiene un saludable balance fiscal, la deuda externa cayo (en proporcion al PIB) y las relaciones con los acreedores son inmejorables, y c on todo volvieron la crisis, la caida en el empleo, en el salario, el incremento en la inflacion, la devaluacion y se incrementa la concentracion de la riqueza. Parece que no hay salida ideologica al problema de las crisis. Esto es, no se le halla la manija. Estos puntos son suficientes para justificar el temor por los vencimientos de la deuda externa, donde el argumento basico es la recuperacion de la confianza, dentro y fuera del pais. Alcanzarla es el resto esencial y, por ello, muy complicado. Se requerira del manejo veraz de informacion completa, empezando por los comunicadores lideres, "de suyo omnisapientes", para que comprendan la profundidad del problema y asuman una postura concreta. Tambien reconocer la gravedad del problema, convocar a un pacto nacional que junte filas e ingenio, hoy que las elecciones federales aun son lejanas, y trabajar con voluntad para enfrentar con solvencia los pasivos nacionales (no como objetivo primario, antes bien como inevitable condicion del contexto global para recuperar el ingreso nacional). Disenar un programa masivo, ahora que hay margen de maniobra, que logre en la realidad y en las cuentas publicas un perfil favorable de los vencimientos de la deuda externa bajo las nuevas condiciones de los compromisos recientemente adquiridos; algo que, en otras palabras, podra llamarsele renegociacion y que de hecho ya ha iniciado. Si me permiten, les diria que no va a haber gran problema con el servicio de la deuda externa, el problema ya no es ese, es el empobrecimiento de los mexicanos. * Economista y analista financiero. .