SECCION CULTURA PAGINA 31 BALAZO: BALADAS DE VERDUGOS CABEZA: La amarga leccion del Holocausto CREDITO: RODOLFO STAVENHAGEN Durante la segunda guerra mundial alrededor de seis millones de judios fueron asesinados por los nazis en Europa, en cumplimiento de un plan de exterminio fraguado por Hitler y sus secuaces. Las cifras exactas se discuten todavia, pero el hecho historico, frio y escueto, es innegable. Hay quienes quieren negar la existencia del Holocausto, y en anos recientes toda una corriente de historiadores "revisionistas" ha proclamado que tal genocidio no tuvo lugar nunca. Esta posicion es retomada por la extrema poli tica en diversos paises. Existen, sin embargo, evidencias claras y documentadas de que la "solucion final" de la llamada "cuestion judia", planeada y preparada cuidadosamente por el alto mando nazi, se llevo a cabo metodicamente a partir de 1940 en los territorios de Europa oriental conquistados por el ejercito aleman (primero Polonia, luego los estados balticos, Rusia, Ukrania y demas paises). No faltan libros y estudios documentados sobre esta etapa particularmente siniestra de la historia contemporanea, pero la singularidad de este libro que el lector tiene en sus manos es que se trata de testimonios proporcionados no por las victimas ni por testigos neutros, sino por los propios asesinos y sus complices. El material aqui recopilado no podia ser mas elocuente: fotografias, cartas, informes, reportajes, deposiciones, que documentan con lujo de detalles como los miembros de los grupos de asesinos procedian a efectuar su macabra labor. Aqui resalta con fuerza lo que Hannah Ahrendt llamaba la banalidad del mal. Estos monstruos humanos que torturan y matan a ninos, mujeres y ancianos indefensos son gente comun y corriente que gustan de comer y beber bien, disfrutan la buena musica, se quejan de las incomodidades cotidianas de la guerra, escriben cartas de amor a sus seres queridos a quienes envian sus fotografias en las que aparecen orgullosos de su uniforme y con sonrisas de satisfaccion en los labio s. Si bien algunos de estos verdugos realizan su tarea con evidente sadismo, otros la llevan a cabo con eficiencia burocratica: cumplen instrucciones de sus superiores, no cuestionan ordenes, no se plantean cuestiones morales, estan convencidos que actuan de acuerdo a una causa politica a la que se adhieren sin miramiento alguno. Los documentos aqui reunidos (gracias a la tesonera labor de un grupo de historiadores alemanes contemporaneos) demuestran que no solamente los alemanes cometieron estas atrocidades. Por el contrario, estos contaron en todo momento con la ayuda, a veces entusiasta, de elementos criminales de los paises ocupados, o simplemente de aquellos que asi esperaban salvar el propio pellejo. Este libro espantoso no necesita de mas presentacion: habla por si mismo, y la introduccion de Trevor Roper asi como la presenta cion de los compiladores, constituyen documentos elocuentes a su vez. Es preciso, sin embargo, anadir un par de reflexiones. Se ha debatido mucho y se sigue discutiendo si el Holocausto es una experiencia tan singular y excepcional que no tiene parangon en la historia de la humanidad, o si es la expresion, tal vez mas atroz y acabada, de la bestialidad humana que se manifiesta tambien en otras circunstancias. No hay que olvidar que fueron igualmente victimas del exterminio nazi los gitanos, los minusvalidos, los comunistas y otros grupos de poblacion. Otros genocidios siguen ocurriendo en el mundo, los mas recientes siendo la matanza de tutsis en Ruanda y la "limpieza etnica" realizada por los serbios en Bosnia. La capacidad de perpetrarlos no es exclusiva de ningun pueblo. Tampoco resulta claro que la naturaleza humana sea esencialmente agresiva y asesina, limitada solamente por una delgada capa de civilizacion, que debe conservarse a toda costa. Por el contrario, el Holocausto demuestra que los genocidios se preparan ideologicamente; el nazismo, el rac ismo, el nacionalismo, la xenofobia fueron y siguen siendo caldos de cultivo. La leccion del Holocausto (porque pese a lo que se dice, la Historia si tiene lecciones para las generaciones actuales) es que el genocidio como forma del ejercicio del poder politico puede repetirse. Pero la leccion mas importante, a mi juicio, es que los genocidios tambien pueden evitarse. La publicacion de este libro ha de contribuir a esta urgente tarea. Prologo a la edicion mexicana del libro "Que tiempos aquellos!", compilado por Ernst Klee, Willi Dressen y Volker Riess, y editado por Planeta, que fue presentado anoche en el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo de Antropologia e Historia. ----- TESTIMONIO Sobre la matanza de los ninos ...Entonces Blobel me ordeno organizar la ejecucion de los ninos. Le pregunte: "Quien debe efectuar el fusilamiento?" Respondio: "La Waffen-SS". Y yo objete: "Todos son hombres jovenes. Como vamos a responderles si preguntan por que hacemos que maten a ninos pequenos?" A lo que el respondio: "Entonces, utilice a sus hombres." Le dije entonces: "Como pueden hacer eso ellos? Tambien tienen hijos pequenos." Esta conversacion tensa duro 10 minutos aproximadamente... Sugeri que fusilara a los ninos la milicia ucraniana del Feldkommandant. No hubo objeciones a esta sugerencia por parte de ninguno de los bandos... Fui solo al bosque. La Wehrmacht ya habia cavado una fosa. Los ninos fueron llevados en un camion. No tuve nada que ver con este procedimiento tecnico. Los ucranianos estaban temblorosos. Los ninos fueron bajados del camion, alineados a lo largo de la parte superior de la fosa y fusilados de modo que cayeron dentro. Los ucranianos no apuntaron a una parte determinada del cuerpo. Cayeron en la fosa. Fue una cosa espantosa. Nunca olvidare la escena mientras viva. Me resulta muy dificil de soportar. Recuerdo e n particular a una nina rubia pequena que me tomo de la mano. Ella tambien fue fusilada despues... La fosa se hallaba cerca del bosque, pero no estaba cerca del campo de tiro. La ejecucion debio de efectuarse por la tarde, alrededor de las 3:30 o 4:00. Tuvo lugar al dia siguiente de las discusiones en el Feldkommandante... A muchos ninos les dispararon cuatro o cinco veces antes de morir. Tomado del libro "Que tiempos aquellos!", editado por Planeta. .