SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 2 CABEZA: La transicion democratica y sus protagonistas CREDITO: JORGE MEDINA VIEDAS* ENTRETEXTO: El ambiente ruidoso y de enormes rupturas ideologicas que se registro en 1988, dio lugar al surgimiento de algunas expresiones de cultura politica aparentemente mas democraticas Las ideas en politica pueden esclavizar a los hombres y convertirlos en fundamentalistas. La busqueda del poder se convierte entonces ya no en el resultado de reflexiones y analisis sensatos, sino en la obsesiva encomienda de la ansiedad o el desvario. Se ha de tener lo que se quiere, aun a riesgo de caer en el automatismo y sin importar las penitencias que haya que pagar o, cosa mas frecuente, hacer pagar a los demas. Cuando pese a esta compulsion el objetivo del poder se aleja, hace acto de presencia la p aranoia, que regularmente tiene como invitados a fantasmas y espejismos. La falsificacion de la realidad, como proceso que va de lo ideologico a lo mental, le puede suceder a cualquier politico, pero es tremendo cuando le ocurre a personalidades que parecian tenerlo todo, hasta inteligencia. Los anos recientes han dado a Mexico personajes interesantes. Ello se debe a la transicion politica democratica, que indudablemente ha ampliado las oportunidades para que la gente participe; por lo mismo, el universo de la actuacion publica es mas grande: ahora hay mas politica y muchos politicos. Si todo esto se observa en un periodo mas largo, encontraremos que el proceso politico y social de Mexico se ha visto lleno de acontecimientos cruciales. El movimiento de 1968 y las elecciones celebradas 20 anos despues son ejemplo claro de sucesos cuyos efectos aun perduran y siguen siendo referentes obligados de nuestro presente nacional. Estos dos "movimientos" nos revelaron que la democracia puede ser un ideal atractivo para mucha gente, pero tambien una coartada perfecta para quienes se proponen la busqueda del poder sin importarles el metodo -y menos aun sus costos- para alcanzarlo. Las elecciones de 1988 fueron especialmente importantes porque las diferentes generaciones de politicos de distinto signo ideologico tuvieron ocasion de hacerse presentes. Fue interesante observar, por ejemplo, a los miembros de la elite politica del PRI, pelear entre si, con una furia que no se habia visto desde 1952. En la izquierda fue impactante su crecimiento: por un lado, su aggiornamiento; por otro, y de manera muy significativa, su alianza con el grupo disidente del PRI, que hizo ver a esta izquierda antipriista regresar fugazmente, sin vergenza alguna, a los mitos fundacionales de la Revolucion Mexicana. El ambiente ruidoso y de enormes rupturas ideologicas que se registro en 1988, dio lugar al surgimiento de algunas expresiones de cultura politica, insisto, aparentemente mas democraticas, que se abrieron paso a partir de dejar constancia de la incredulidad respecto de los resultados electorales de ese ano. Dichas expresiones proliferaron igualmente ante la permisividad y tolerancia del gobierno, que se arrinconaba en su complejo de culpa, y a traves de una suerte de coalicion de "democratas" asentados en algunos medios y ciertos ambitos academicos. Esta "coalicion ideologica" ha dejado su huella en las elecciones de Tabasco en 1988, en las michoacanas de 1989, en su frenetica lucha contra el TLC, en su devocion fluctuante por los caudillos civiles como Cardenas, Nava, Ruffo, Fox, etcetera, en la direccion y control de las organizaciones no gubernamentales, en su creencia y fanatismo efimeros en causas como las del Grupo San Angel o la lucha (ahora juzgada inverosimil) librada contra el PRI por el ex subprocurador Mario Ruiz Massieu. Los une, por supue sto, un antipriismo irredento que puede llegar a patologias del estilo (prosistico, se entiende) de Luis Javier Garrido o a expresiones vergonzantes de simpatia por el subcomandante Marcos. En su afanosa busqueda de ideas y de lideres los "democratas del 88" se encontraron en el camino de su descontento al entonces regente de la ciudad de Mexico, Manuel Camacho Solis. Cubierta su piel y alma de priista con el manto de democrata, vivio y lucho por ser Presidente de la Republica bajo las reglas, pautas y condiciones del regimen. Cuando perdio la batalla contra Luis Donaldo Colosio los mismos "democratas del 88" festejaron su rebeldia. Esperaron su definicion historica con ansiedad juvenil. Pero esta nunca llego. A cambio de su indefinicion, Camacho se dedico a alimentar una perversa presion sobre la candidatura de Luis Donaldo; era el tiempo en que el ex academico se presentaba ante su publico, ante sus aliados surgidos de las batallas citadinas, para recibir alguna ovacion. Entre sus porristas mas entusiastas se hallaban algunos periodistas fanatizados (y ojala sea solo eso), de los mismos que meses despues aclamarian a Mario Ruiz Massieu cuando lanzara su "yo acuso" contra el sistema. En aquellos encuentros triunfales con sus amigos, Camacho dijo muy poco. Sus libros, publicados tiempo despues, no despejaron, que yo recuerde, ninguna duda teorica; igualmente no ayudaron a dar un rumbo a la reforma del PRI, y por si fuera poco -pero de eso no se han dado cuenta muchos opositores- mucho menos allanaron el camino de la victoria a la "coalicion de democratas". Esto es lo real. Lo demas fue producto del ilusionismo de estos grupos tan dados a especular y a teorizar con base en dogmas o, si se quiere, a "modelitos" academicos. Por desgracia, aquella "coalicion" no solamente genero las quimeras politicas que conocimos. Engendro, ademas, aquel ambiente caotico y confuso, de irritacion social, que en el marco del proceso electoral fue imposible superar sin antes sufrir las tragedias que mermaron moralmente al pais. A esta compleja "masa ideologica" pueden pertenecer las afirmaciones mas recientes de Manuel Camacho Solis, las cuales son pronunciadas mas de ano y medio despues de que fracaso en su intento de llegar a Presidencia de la Republica a traves del PRI, con los metodos que podrian no corresponder a los que dice enarbolar este ubicuo grupo politico que surgio justamente de los saldos de 1988. Pero volvamos al principio de este articulo para hacer una precision: la forma en que el ex regente se reengancha al circuito de la primera plana de una prensa que ya antes ha sido seducida por sus modales directos, puede ser resultado inconsciente de esa ambicion que describiamos, pero tambien puede obedecer a un calculo en donde sus ventajosas comparaciones con Luis Donaldo Colosio (Colosio esta muerto, habra que recordarselo) son la manera mas evidente de probar que Camacho continua sumi do en un pasado de obsesiones irreparables. *Director general de Notimex. .