SECCION CULTURA PAGINA 33 BALAZO: 19 DE SEPTIEMBRE DE 1985 CABEZA: Irremediable amor por la ciudad de Mexico CREDITO: JOSE LUIS CUEVAS Nunca le tuve miedo a los temblores, siempre pense que habia una manera de salvarse de ellos, sin embargo ahora se que estos pueden ocasionar una verdadera tragedia; y precisamente ahora, que se cumple el decimo aniversario de los sismos de 1985, debemos tener presente que no fue un caso aislado ni mucho menos. La ciudad de Mexico vive en peligro definitivamente porque esta en una zona sismica. Seria bueno que ahora que se cumple una decada de esa experiencia se instruya a la ciudadania sobre lo que tiene que hacer en caso de que se repita otra catastrofe de esta naturaleza, que causo que ahora la ciudad de Mexico ya no sea la misma. Hubo una ruptura con la ciudad que conoci antes del terremoto. A partir de entonces se fue creando una especie de psicosis en la gente que aqui habita, y cualquier temblor ocasiona un temor que realmente antes no teniamos. Todavia ahora, vivimos con la preocupacion de que se repita. Han transcurrido 10 anos; por consiguiente, ha pasado el tiempo suficiente como para que haya otro movimiento telurico con las mismas caracteristicas. Esto es algo aterrador, pero de todos modos la ciudad tiene que seguir viviendo y los que la habitamos tenemos que estar absolutamente conscientes de esto. Rumbo a Monterrey Ese 19 de septiembre de 1985, en la manana, yo viajaba rumbo a Monterrey. Cuando llegue alla, los periodistas que me esperaban en el aeropuerto para entrevistame sobre otras cuestiones, unicamente me preguntaron sobre el primer sismo. Yo no sabia lo que habia pasado, no estaba enterado y ellos me informaron lo que hasta el momento conocian: que la ciudad estaba devastada. Cuando llegue al hotel, poco despues, me fue imposible comunicarme e incluso regresar de inmediato. Me quede hasta el dia siguiente y tom e un avion en la noche, porque no habia cupo mas temprano. En pleno vuelo se nos anuncio que el avion regresaria otra vez al aeropuerto regiomontano porque habia sucedido un segundo temblor y se desconocia si el aeropuerto capitalino estaba en condiciones para aterrizar. De manera que yo imaginaba que con esos dos temblores la ciudad de Mexico habia dejado de existir. Mientras esperaba poder abordar otro avion en uno de los salones VIP (Very Important People) escuche algunas noticias, pero no a traves de la television porque esta no servia. Al fin sali en otro avion y llegue. Era imposible encontrar un taxi, habia que tomarlo con otras personas que iban a diferentes rumbos de la ciudad y esperar a que a cada uno lo llevaran a su casa. Asi vi por primera vez una ciudad devastada, destruida. El primer pasajero al que fue a dejar el taxi vivia en la colonia Juarez, y al lle gar a su casa, esta ya no existia. Recuerdo la imagen del hombre con la maleta puesta en el piso y viendo los escombros de lo que habia sido su casa... Luego llegamos a San Angel y vi que mi casa estaba perfecta. En ese momento fue cuando empece a tener informacion sobre la gravedad terrible de este terremoto. Unos dias despues hice un recorrido con personas del Departamento del Distrito Federal por el centro, que fue la zona mas afectada; donde estaba el Hotel Regis no quedaban mas que escombros, lo mismo sucedia con los de Avenida Juarez. Fue una impresion extrana. Ese recorrido tuve que hacerlo con la cara cubierta porque ya se sentia el olor de los cadaveres. Posteriormente hice otros recorridos y recuerdo algo verdaderamente terrible, que mi hija Ximena tenia poco de habitar un departamento de la calle Alvar o Obregon en la colonia Roma. Afortunadamente su edificio estaba muy deteriorado pero no se habia derrumbado, y por consiguiente mi hija -que en esos dias andaba de viaje de trabajo por Europa- se habia salvado. Pero muchos de los edificios que estaban cerca de ahi se habian desplomado, como el que albergaba el consultorio de mi hermano Alberto, que es psiquiatra. Fueron dias extranos definitivamente, en los que sentia uno la presencia de la muerte. Casi al mismo tiempo de los temblores vinieron todos estos actos heroicos del pueblo mexicano. Surgio la solidaridad, que fue algo muy conmovedor. Aparecieron heroes anonimos que se enfrentaron a una situacion que por su magnitud nunca habia vivido el Distrito Federal Era terrible -y todavia, cuando fui a ver el departamento de mi hija- que se escucharan quejidos de auxilio de personas atrapadas en muchos edificios a las que fue imposible rescatar. Antes habia sentido dos temblores muy fuertes; uno en San Francisco y otro en Mexico en 1957. En aquella ocasion, unos dias antes, habia tenido un accidente en motocicleta y estaba invalidado para poder salir. Durante el sismo se me cayo encima un librero, pero como no podia levantarme ni caminar porque tenia muchas fracturas en la pierna derecha, me impresiono mucho, y ese era el recuerdo que tenia de un gran temblor aqui. Una gran relacion de amor Mi relacion con la ciudad de Mexico ha sido de mucho amor. Naci en el Centro Historico y quise que el Museo Jose Luis Cuevas estuviera situado en el centro de la ciudad, con la intencion de recuperarlo. Esta zona no esta tan expuesta a los terremotos y resulta menos peligrosa porque en esta hay edificios construidos en el siglo XIX que no han sufrido danos muy graves. Parece mentira que los edificios modernos, los del siglo XX, esten tan mal hechos y puedan derrumbarse con un temblor, ya no digamos como el de las proporciones de los de hace 10 anos, sino incluso uno menor. Esto habla de una irresponsabilidad total de los arquitectos. Mi amor hacia la ciudad de Mexico se ha extendido a diferentes lugares, sobre todo aquellos en los que he vivido. Naci en un callejon llamado El Triunfo, que todavia existe -entre Chimalpopoca y Fray Servando Teresa de Mier-, en una vieja fabrica de papel y lapices. Ahi transcurrieron mis primeros anos de infancia. Despues, en mis recorridos por la ciudad, encontraria los temas de mi obra de artista incipiente; de cuando empezaba yo a dibujar siendo todavia un nino. Puede decirse que fui un cronista de los barrios bajos de Mexico y de lo que acontecia tanto en la zona roja -que existia entonces-, como en los hospitales. De la colonia Juarez, que tambien fue de las mas afectadas, tambien tengo muchos recuerdos. Para empezar, fui quien bautizo a la Zona Rosa como tal, y en ella expuse por segunda vez individualmente en la Galeria Prisse, en 1953; ya antes habia expuesto en Donceles. Mi amor tambien se extiende hacia la colonia Roma, donde tambien vivi otra epoca de mi vida en las calles de Manzanillo y Piedras Negras, respectivamente. Ahi estudie la primaria, luego nos cambiamos a la calle Maria Luisa en San Angel, cuando er a nino, y desde 1970 vivo en otra calle de esta misma zona. Odio y rechazo En lo que se refiere al amor con esta ciudad, hay sentimientos encontrados: de odio y de rechazo. Es como esas amantes que nos desprecian pero que seguimos pensando en ellas, obsesionados y amandolas a pesar del maltrato que nos hayan dado. La capital del pais es la que posiblemente peor me ha tratado, porque cuando viajo al interior soy extraordinariamente bien recibido. Lo mismo podria decir de paises extranjeros, y en cambio los mayores rechazos los he sufrido en el Distrito Federal, de muchos de sus habitantes. Asi que tengo motivos suficientes para odiar a la ciudad; sin embargo, la amo y eso no puedo negarlo. A pesar que aqui se me trata de negar, insisto en permanecer viviendo en ella, pero ni siquiera lo hago por razones de ingresos economicos, porque estos provienen del extranjero. Necesito de la ciudad por problemas de nostalgia, porque aqui he vivido. Es una ciudad en la que tengo muchos recuerdos y una fijacion amorosa, porque ha sido escenario de mis grandes amores con las mujeres. En ese aspecto, eso si, no tengo nada que reprocharle. He tenido mas amantes capitalinas que de otras partes de la republica. No tengo queja de la ciudad, sino de sus habitantes. Aqui me hacen sentir extrano, o a lo mejor hay una especie de masoquismo mio. Hace 20 anos, en 1975, me fui en un autoexilio a Paris con la promesa de nunca mas regresar a Mexico, porque sentia mucha violencia en mi contra. Me fui adolorido y lo declare publicamente; sin embargo, cinco anos despues regrese otra vez a mi amadisima capital. No pienso de ninguna manera vivir el resto de mi vida fuera de mi pais, pero actualmente tengo una especie de fantasia que posiblemente pronto la haga realidad: vivir cerca del mar. He descubierto una playa virgen en Zihuatanejo, donde vivire en soledad acompanado de mi familia. No dejo de pensar en el mar y en irme pronto para alla. Ya compre un terreno, pero no se cuanto tiempo llevara la construccion de una casa, un estudio y una palapa. Entonces si hare el esfuerzo, de una vez por todas, de dejar este a mor insano hacia una ciudad que me ha rechazado, a pesar que yo la que he amado profundamente. (Transcripcion: Cynthia Palacios Goya.) .