SECCION CULTURA PAGINA 35 BALAZO: LA OPERA CABEZA: Cenerentola: Arruabarrena, Suaste, Bernal CREDITO: ENESIMO NEMO* Buena, digna funcion de la siempre imposible partitura de la Cenerentola, con todo y que no se hallaban en su mejor dia ni forma los principales interpretes (Angelina, Don Ramiro y Dandini). El propio Jesus Suaste, que ha madurado musical e interpretativamente, ya lo hemos apuntado, se hallaba algo agripado desde el dia del estreno (con el converse dos horas antes de la funcion), sufrio levemente los efectos en el segundo acto, pero fue probablemente el que canto mejor a lo largo de la velada. Se ha superad o tambien en el manejo de las tablas y se le ve en todos sentidos mucho mas seguro en la escena. Muy bien, como siempre, Rosendo Flores, que continua mejorando con su excelente voz y buen oido, en el mas breve papel del bajo (Alidoro) que tampoco es pan comido. Ya es casi contra natura exigir perfeccion absoluta a cualquier clase de interpretes que acometan el texto musical y literario de esta obra rossiniana, plagada de exigencias de velocidad, amplia tesitura, sobreagudos y autenticos trabalenguas en arias de solistas y de concertantes. Eso era precisamente lo que fastidiaba para el caso al autor de Rojo y Negro, que preferia las operas rossinianas con menos circo, menos florituras, mas musica y mas canto, llano y puro. Sobrenaturales, por lo mismo, han sido considerados los cantantes que han conseguido cantar a la perfeccion, en cualquier epoca, semejante florida partitura, de la Pasta a la Von Stade, y de Manuel Garcia o Rubini a Cesare Valleti. Cierto es tambien que no abundan, ni en Mexico ni en el mundo, los interpretes y las voces ideales para esta clase de obras, y bueno es proponer la aventura de cantarlas a jovenes que se encuentran en indudable desarrollo como el joven tenor Ricardo Bernal, quien por primera vez afronta valerosamente el papel de Don Ramiro. No lo ha hecho mal, posee una voz de tenor ligero con estimable registro en la zona grave de la voz, y suele sonar con escaso volumen en la seccion media. Es musical, tiene tambien buen oido (ya lo ha probado en otras dificiles operas). Tiene amplia tesitura en la seccion extrema, sus agudos son potentes y se le dan con libertad, los prodiga y los emite con prestancia. Pero es esa, nada menos, la zona de mayor riesgo para el joven tenor, porque debe muy pronto encontrar el camino para "cubrir" y dar mas calidez y redondez a esas notas, que no suenan siempre igualmente limpias y que parecen hallarse a veces al borde penoso de la quiebra o la estridencia. Yo aplaudo su actuacion de todas ma neras. Es muy joven, se encuentra bien provisto de facultades y creo que tiene un gran futuro. La autovigilancia de una voz de tesitura amplia es muy importante en estas juveniles edades, porque todas las voces estan sujetas no a uno, sino a varios cambios de voz entre los veinte y los cuarenta anos de edad (supuestamente los mejores en las voces agudas). La mezzo-soprano de apellido y origen vasco, Maite Arruabarrena, canto muy bien, no estaba probablemente en su mejor noche (dicen quienes la han oido en otras ocasiones), y tiene un excelente timbre oscuro, voz de presencia adecuada, buena formacion musical y trayectoria ya considerable. Se enfrento con decision y buen gusto a su comprometido papel y consumo con garbo la ejecucion de la ultima terrible escena y aria del final. Para mi gusto (las comparaciones son tan odiosas como inevitables cuando de tempo radas recientes se habla), este papel ha llegado en el mismo teatro a ser mejor cantado por la mezzo mexicana Encarnacion Vazquez. El Don Magnifico de Stefano de Pepo, siento decirlo, sigue quedandole muy grande a este excelente actor, que posee una corta voz de buen timbre, y que aun en la linea del bajo buffo no dispone de los recursos, el alcance y la agilidad para cantar esa endemoniada parte. Muy bien cantaron en sus Clorinda y Tisbe, Ana Caridad Acosta y Graciela de los Angeles (papeles complementarios mas comprometedores de lo que parece). La joven De los Angeles, ya lo sabemos, tiene dotes y voz potente, canto bien su aria, pero debe continuar observando sus deficientes "legatos" y sus notas agudas. La Orquesta del Teatro de Bellas Artes sono muy bien bajo la esforzada batuta del maestro Jesus Medina, aunque visiblemente estorbada "a la sordina" por esas pasarelas que opacan bastante el sonido del foso (a izquierda y a derecha), que no ayudan mucho musicalmente a la representacion y que no son escenicamente aportacion alguna. *Critico de musica. .