SECCION: CIUDAD PAGINA: 16 CABEZA: Los saldos de los sismos CREDITO: JAIME TREJO MONROY * ENTRETEXTO: Uno de los legados mas relevantes ha sido una sociedad que se transformo de manera sustantiva En unos dias mas conmemoraremos el decimo aniversario de uno de los acontecimientos mas tragicos de nuestro pais y, en particular, de la Ciudad de Mexico. Los sismos del 19 y 20 de septiembre de 1985, constituyen dos paginas negras de nuestra historia en terminos de la perdida de vidas humanas y danos materiales para la capital de la Republica; al mismo tiempo signan el surgimiento de una sociedad mas participativa, actuante y exigente ante las acciones e instituciones gubernamentales. I. Al recordar los sismos de 1985 no puede olvidarse el asombro que produjeron las imagenes presenciadas al recorrer la Ciudad de Mexico aquel 19 de septiembre. Las sensaciones que aun ahora se tienen al ver los nuevos edificios o jardines que suplantaron a otras construcciones, las casas hechas con laminas en las que habitan los damnificados de esos dias, terrenos con escombros o estructuras que otrora dieron cuenta de construcciones modernas. II. En aquel entonces una de las cuestiones que mas (me) preocupo fueron los danos ocasionados a los grandes hospitales con los que se contaba, no solo para atender a residentes en la Ciudad de Mexico sino tambien del interior de la Republica. Como se recordara en esos sismos se cayeron partes importantes del Centro Medico Nacional que, anos despues, fue sustituido por el Centro Medico Siglo XXI, el Hospital Juarez y parte del Hospital General. Grato es saber que esos centros hospitalarios han sido reconstruidos y continuan atendiendo a un sector de la poblacion de escasos recursos a precios accesibles y con servicios que, ciertamente, reciben quejas y criticas, pero que tambien tienen una calidad indiscutible. No es la misma satisfaccion cuando, 10 anos despues, pueden encontrarse grupos de damnificados que continuan viviendo en predios en los cuales se edificaron casas con laminas, se colocaron varios tanques de agua, lavaderos, sanitarios y cocinas de uso comun. Cierto, constituyen una parte reducida, pero que su demanda de vivienda perdida en los sismos de 1985 aun no ha sido satisfecha. III. Si bien la capacidad para reconstruir parte de la ciudad y contar con los mismos o mejores servicios que fueron danados por los sismos ha sido importante, uno de los legados mas relevantes ha sido una sociedad que se transformo de manera sustantiva. No es gratuito que, con posterioridad a los sismos se hayan empezado a percibir nuevas caracteristicas en la sociedad mexicana y la capitalina, en particular. Si recordamos, al momento de suceder los sismos de 1985, la sociedad mexicana atravesaba la mitad de la llamada "decada del desarrollo perdido"; la crisis economica de esos anos empezaba a tener serias manifestaciones de deterioro en los niveles de vida e ingreso de la poblacion; recien se habian celebrado elecciones federales para renovar la Camara de Diputados, manteniendo el PRI la mayoria, pero la participacion de nuevos sectores procedentes del empresariado a traves de Accion Nacional en la vid a politica obtenia sus primeros frutos y, aun mas, el gobierno capitalino y federal se mostraron incapaces de dar respuestas acordes a la gravedad del momento, lo que ahondo las brechas ya existentes de desconfianza e incredulidad que, hay que decirlo, afectarian negativamente tres anos despues, en las elecciones federales de 1988, al partido en el gobierno. Desde los primeros momentos posteriores al sismo, la sociedad en general respondio al llamado de colaborar en las tareas de rescate; la convocatoria gubernamental de permanecer en sus casas a partir de la minimizacion de los hechos fue ignorada. Un numero indeterminado de personas acudio lo mismo a Tlatelolco que a la colonia Roma o al centro, con sus manos, ayudaron a remover escombros, a encontrar victimas y a salvar sobrevivientes. Otras proporcionaron alimento, cobijas o simplemente apoyo moral. El primer saldo, el presenciado en esos momentos, fue el de una sociedad que, tal vez sin orden, fue solidaria consigo misma. Despues vendria la organizacion, sobre todo de aquellos que perdieron sus casas y que fueron trasladados a los campamentos para damnificados que se constituyeron en diferentes puntos de la ciudad. Las organizaciones que surgieron en esos anos tuvieron -y tienen- un importante sesgo antipartidario y antipriista, en particular, mas alla de autocalificarse de independientes. Aunque en los ultimos anos, algunas de ellas se hayan identificado con el PRD, en especial, han entendido, eso si, que en la cons ecucion de sus objetivos deben colaborar con el gobierno aunque, no puede desconocerse que mas de uno parece haber hecho de su lucha un modus vivendi que obliga a su permanencia y da poder e influencia politicas a sus dirigentes. Esta es una herencia indiscutible de esos dias. Diez anos despues, las heridas abiertas por la incapacidad gubernamental no han cerrado del todo. Parece afortunado que contemos con una sociedad mas participativa, actuante y exigente; puede ser preocupante que en algunas areas y tareas el gobierno y su partido no hayan recuperado el liderazgo y la representatividad. Solo bajo estas caracteristicas de la sociedad capitalina puede entenderse el surgimiento de organos de representacion como la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, y de par ticipacion, como deberan ser los consejos ciudadanos de las autoridades hechas con poca transparencia o con sesgos autoritarios. (Notimex) * Periodista. .