SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: PANNONICA CABEZA: Travesia sonora con Israel Lopez Cachao CREDITO: XAVIER QUIRARTE Los sonidos del clarinete de Paquito DRivera revolotean juguetones por el aire, mientras el arco del contrabajo de Israel Lopez, quien responde mejor al familiar nombre de Cachao, se une a la fiesta. Al fin te vi, titulo de la pieza que abre el disco Master Sessions Volume 1 (Sony Music), desde el primer momento pone las cosas en claro: a lo largo de la grabacion todos los colores de la musica giran en torno a la fuerza centrifuga que emana del contrabajo de Cachao. Espiritu sensible que lo mismo compone que hace las veces de arreglista y director de orquesta, capaz de ejecutar con maestria piano, trompeta o bongo, debemos coincidir con Guillermo Cabrera Infante cuando afirma sobre Cachao: El contrabajo es su mejor trabajo. Desde el abrazo amoroso a su instrumento, en el que las dos figuras parecen fundirse, Cachao dirige, supervisa, corrige y aprueba la riqueza musical alcanzada en estas sesiones maestras. No es el brazo del dictador el que conduce el viaje intenso por las delicias del danzon y el mambo, el son y las descargas, sino la mano amigable que impulsa las dotes improvisatorias de los musicos que lo acompanan. Aqui no hay lugar para las estrellas, por eso la voz de Lazaro Galarraga canta en Lindo Yambu, amparado por los ritmos contagiosos de las percusiones: mi padre, con cinco estrellas, no pudo ser general. Cuando Master Sessions Volume 1 fue grabado, las estrellas permanecieron en el cielo y al estudio de grabacion llego un grupo de musicos para compartir el amor por las calidas caricias de la musica afrocaribena y su eterna riqueza ritmico-melodico-armonica. El festin sonoro no pide ni otorga tregua. Los instrumentos hablan unos con otros, se entrelazan en un dialogo sostenido por el respeto a la tradicion y el amor a la aventura sonora. Por eso cuando Daniel Palacio canta que el son no ha muerto y recomienda que los muchachos gocen con el tres, Nelson Gonzalez saca chispas de su tres en un solo desbordante que por momentos se escapa de la estructura del son, mientras al fondo Cachao mantiene el orden con la mano firme en el contrabajo. (El comentario de Pa lacio al escuchar a Gonzalez es elocuente: alambre dulce!"). De la cadencia del danzon a la erupcion sonora de las descargas, la travesia de Masters Sessions tiene muchos momentos de improvisacion intensa. Las inobjetables cualidades de la musica descansan en el juego perpetuo del estimulo-respuesta-estimulo en que se enfrascan los participantes. Uno quisiera seguir la fiesta y que esta inyeccion de vitalidad para sacudir el cuerpo y mantener el espiritu con vida no tuviera fin. Por fortuna el deseo pronto sera cumplido, cuando se edite el volumen 2 de las Master Sessions. Mientras tanto, conviene volver una y otra vez a los setenta y cinco minutos de musica orgiastica de la primera parte de esta historia. .