SECCION ESPECTACULOS PAG. 34 BALAZO: GARGANTA PROFUNDA CABEZA: La porno y las pruebas de laboratorio/ I CREDITO: NAIEF YEHYA En 1987 el cientifico social Edward P. Donnerstein, con dos de sus colegas, Daniel Linz y Steven Penrod, se propusieron estudiar un asunto que obsesiona a la cultura occidental: la pornografia y su efecto en su obra The Question of Pornography. Research Findings and Policy Implications (Free Press, Nueva York). Inicialmente estaban preocupados por el exceso de atencion que se daba a la porno dura y sus supuestas consecuencias, mientras que se ignoraba la combinacion de sexualidad y violencia e n los medios convencionales. El libro trata de ser una especie de compendio o summa de todo el trabajo de investigacion que se ha desarrollado en el campo de la porno en los ultimos 20 anos: "El proposito primario es proveer al lector del conocimiento mas actualizado de la investigacion cientifica sobre los efectos de estas imagenes", comentan los autores en su primer capitulo. En si mismo el libro es una justificacion de los metodos experimentales que, segun Donnerstein y sus colegas, "han producido avances significativos en nuestro conocimiento sobre las influencias de la pornografia". Los cientificos utilizaron estudios experimentales en donde se comparan las respuestas de individuos deliberadamente expuestos a materiales pornograficos o violentos con las respuestas de otros individuos que observaron materiales neutrales o que no fueron sometidos a ningun tipo de representacion es visuales. Tambien se incluyen algunos estudios de campo que examinan las tasas de violencia sexual y violaciones. La principal critica a los resultados obtenidos experimentalmente es que no toman en cuenta la naturaleza simplificada y artificial de las condiciones del experimento. Pero Donnerstein considera que la ventaja de los experimentos de laboratorio, realizados bajo condiciones controladas, es la determinante atribucion de la causalidad. "Cuando un experimento es conducido, el investigador tiene justificacion al hacer una afirmacion definitiva con respecto a la relacion entre el factor A y el B. En ninguna otra forma de investigacion sistematica puede hacerse una afirmacion semejante... Incluso si observaramos una relacion practicamente de uno a uno entre ver pornografia violenta y cometer ataques sexuales o violaciones en el mundo real, este hallazgo no seria tan determinante en un sentido causal como lo es un experimento". Para muchos cientificos sociales, asi como para los autores de este libro, los experimentos son herramientas definitivas para hacer afirmaciones causales dada la flexibilidad que ofrece al experimentador la posibilidad de crear condiciones para sus diversos sujetos en estudio. Es decir, al conocer los historiales de cada uno se le puede someter a una variedad de estimulos distintos. No obstante, como Donnerstein mismo reconoce, los experimentos pueden ser criticados ya que: 1) Los sujetos de laboratorio no sienten que estan lastimando a nadie cuando los experimentadores les piden que lleven a cabo formas artificiales de agresion en alguien. 2) En el mundo real la gente es castigada por la violencia, en el laboratorio no, e incluso se estimula la agresividad despues de que el sujeto ha visto material violento. 3) Todos los estudios examinan sujetos de un segmento muy estrecho de la poblacion general. 4) Los experimentos de laboratorio en general son susceptibles a lo que se ha denominado "el efecto de la demanda del experimentador", donde los sujetos tratan de adivinar las respuestas para confirmar las hipotesis del cientifico. 5) Solo los estudios que obtienen resultados positivos son publicados. 6) Nadie ha encontrado una definicion aceptable u operativa del termino "conducta agresiva" de parte del sujeto que supuestamente esta reaccionando al estimulo, o una definicion aceptable de lo que constituye una representacion de violencia en los media. Aun asi, Donnerstein descalifica estas criticas citando una serie de pruebas y asegurando que "se pueden generalizar a la vida real los resultados de las pruebas de agresion en el laboratorio si podemos estar seguros de que las personas dentro y fuera del laboratorio atribuyen el mismo significado a los eventos que las rodean". Para demostrar su teoria de que es la violencia mezclada con el sexo lo que en realidad crea conductas antisociales, Donnerstein separo los materiales graficos en 6 grupos: 1. Estimulos sexualmente explicitos, no violentos, con baja degradacion. Actividad sexual donde ambas partes participan voluntariamente. 2. Estimulos sexualmente explicitos, no violentos, altamente degradantes. Casi cualquier filme hardcore, como ejemplo el autor cita Debbie does Dallas/Las vaqueritas de Dallas. Material donde las mujeres aparecen como ninfomanas, promiscuas o simplemente son recipientes deseosas de las urgencias masculinas. 3. Pornografia violenta. Trabajos porno donde la violacion se presenta como placentera y beneficiosa para la mujer. La mujer que inicialmente se resiste termina gozando. 4. Agresion sexual no explicita contra mujeres. Semejante al caso anterior, con la diferencia de que lo que se muestra es aceptable para las peliculas convencionales e incluso la tele. Pero igual que en el caso anterior, la mujer goza al ser victimizada. 5. Violencia sexualizada explicita contra mujeres. Los materiales de este tipo no muestran escenas propiamente sexuales ni violaciones, sino que las mujeres son victimas de tortura, mutilaciones y asesinato (ejemplos clasicos son las cintas Viernes 13, Halloween y Pesadilla en la calle del infierno). Aqui, por supuesto, las mujeres no terminan agradecidas y satisfechas. 6. Representaciones de violacion con finales negativos. Se muestran abusos sexuales, pero la victima no goza. Donnerstein y su equipo se apegan a un programa liberal con el que quisieran limpiar el buen nombre del erotismo, por lo que tratan de separar las representaciones meramente sexuales de aquellas puramente violentas, pasando por una gama de variantes eroticas. Por supuesto que no toman en cuenta las fantasias sexuales que engendran la necesidad de consumir material porno violento o bien sadomasoquista. Como dejan ver desde el primer capitulo, los investigadores tratan de probar que, si bien ser expuesto a la violencia en los media promueve un comportamiento agresivo solo bajo ciertas condiciones y solo en ciertas personas, las peliculas de horror del genero slasher, es decir con muchas mutilaciones y dosis de gore, llevan a la desensibilizacion del espectador, "casi como si se tratara de pacientes en una sesion de terapia llevada a cabo por medicos malvados cuyo objetivo es hacer al paciente mas tolerante a la sangre y las tripas". .