PAG. 25 SECCION: INTERNACIONAL CABEZA: Flotilla de remiendos contra Force de Frappe CREDITO: ESPECIAL PARA EL NACIONAL A BORDO DEL MANUTEA, 4 de septiembre.-La flotilla para la paz abunda en heroes menores y pintorescos, que llevan su desafio mas alla del gobierno frances y retan a las mas basicas leyes de la nautica, la fisica y el sentido comun. Como se las arreglan para hacer flotar ese catamaran remendado o aquella antigualla a motor? Mururoa esta en el Pacifico, una inmensidad oceanica de caracter voluble, con frecuencia feroz. Y esos cacharros, con sus correspondientes chiflados a bordo, se han enfrentado a oleajes m uy severos para llegar hasta aqui. Algunos caen con facilidad. Como el Kidu, un botecillo de las islas Gambler con dos bretones y un tercer viajero aun no identificado a bordo, al que los franceses no tuvieron mas remedio que apresar el domingo en la madrugada. Casi a la deriva, con poca agua y apenas alimentos, el Kidu entraba y salia continuamente de la zona prohibida de las 12 millas. La primera vez, la Marina francesa utilizo su formula habitual. Un mensaje por radio, en ingles, con la siguiente advertencia: "Estan ustedes penetrando en aguas territoriales francesas. Cambien inmediatamente el rumbo". Y, acto seguido, otro mensaje: "Aqui un buque de guerra frances. Tenemos una carta para ustedes. Detengan los motores y preparense para recibir nuestra lancha". La carta es una nota del almirantazgo en la que se recuerda que sus barcos haran "todo lo necesario" para que nadie se apr oxime a Mururoa. Con el Kidu se utilizo todo esto varias veces. A la tercera o la cuarta, segun las fuentes y de madrugada, una patrullera decidio abordar al barquito de los bretones y remolcarlo hacia la isla de Hao. "Casi fue un acto de caridad, dijo un miembro de la flotilla" que se encontraba a poca distancia y presencio los hechos. Otras naves son menos inocentes que el Kidu. El Bifrost, un drakkar aleman, es autentico heavy metal. Hay quien ha sido invitado a subir a bordo y no se ha atrevido. "No me explico como pueden cargar tanta cerveza a bordo", dice Bruno, reportero de la cadena de television publica, France 2, el unico camarografo en la zona. Bruno y otros dos companeros viajan en un barco de pesca alquilado en Tahiti, y para desplazarse a otras naves utilizan una lancha neumatica agujereada. De forma que uno de los tr ipulantes necesita dedicarse a bombear aire continuamente. Si deja de bombear, la lancha se hunde. El Aveia es la benevolencia hecha catamaran. Un agricultor organico aleman, un par de holandeses bromistas, un estadounidense en permanente estado de estupefaccion y una chica que mira y calla. El Aveia partio de Puerto Rico hace ya casi tres meses y es un puro remiendo, con ropa tendida por encima y todo envuelto en carteles antinucleares. Tambien puede encontrarse en torno a Mururoa un velero de la revista alemana Stern en el que viajan por seis semanas tres lectores entre los cientos de miles que se adhirieron a la campana antinuclear del semanario. Los tres lectores, dos hombres y una mujer, han vomitado por la borda durante dias enteros y permanecen desde quien sabe cuando encerrados en un casco de 15 metros. "No creo que fuera muy buena idea la de sortear este viaje. Probablemente los agraciados odiaran a Stern durante el resto de su vid a", comenta un periodista muy proximo a la revista alemana. .