SECCION CULTURA PAGINA 34 BALAZO: JORNADAS ALARCONIANAS CABEZA: Horacio Franco: Bernini en Santa Prisca CREDITO: JESUS QUINTERO, ENVIADO TAXCO DE ALARCON, Gro.-Originalmente el concierto de Cappella Cervantina, en la Parroquia de Santa Prisca, estaba programado para el mediodia, pero por razones amorosas-sociales tuvo que recorrerse una hora despues. Asi, y luego de que Flor y Alfonso recibieron la bendicion y los respectivos punados de arroz, Horacio Franco, director del ensamble vocal-instrumental, comenzo a incendiar el altar mayor con n que luego se extendieron entre todos los presentes. Eclectico en su figura y en su ejecucion, Horacio Franco es un hombre que no conoce fronteras si de musica se trata. De los coros monofonicos al vertigo de Vivaldi, su Cappella Cervantina es vehiculo excelso para mirar hacia atras y no encontrar autores muertos, sino obras vivas, interpretadas con frescura y con fidelidad extrema. No en balde, todos los instrumentos del ensamble estan elaborados bajo las premisas del barroco y son interpretados con las mis mas leyes; de ese modo, los cellos prescinden del pico y son sujetados con las piernas, lo que acentua la belleza de esa relacion inigualable entre mujer e instrumento. Con obras de Monteverdi, Salomone Rossi y John Adson, la primera parte del concierto fue la mas acorde a la sede misma. Por ello, no parecio extrano que algunos fieles, aparentemente ajenos a los melomanos que llenaron la parroquia, decidieran quedarse en sus lugares y pensar, tal vez, que entre la divinidad y la musica hecha por mortales ha y conexiones insospechadas. Hamelin moderno, o acaso Paganini del viento y la madera, Horacio Franco parecia no darse cuenta del fuego que estaba atizando. Una chica ahora lagrimas, ahora sublimidad fue el mejor ejemplo de lo que el desaforado flautista y director todo al mismo tiempo puede producir. Claro, su pareja, inscrito en el sector de los frios, no entendia lo que le estaba ocurriendo a ella, porque su mirada, su inmovilidad y la tension de sus manos eran senales de que, mas alla del lugar y del espacio, nunca se habia sentido asi. Tal vez sea un sacrilegio, pero hay que decirle: Horacio Franco, en la Parroquia de Santa Prisca, demostro que sin ser Bernini, pudo usar su flauta para labrar, con fuego, el rostro del extasis. Frio fin de fiesta Horas mas tarde, y bajo una tormenta que no parecio detener a los asistentes, el Teatro Juan Ruiz de Alarcon que a veces lo llaman Corral de Comedias, y que no es ni lo uno ni lo otro resulto insuficiente para albergar a una poblacion avida de acontecimiento s que rompan la inercia local; pero ese apetito no quedo colmado con el espectaculo pomposamente titulado Gala de Estrellas, a cargo del Ballet de Cuba. Y las dudas sobre si nos dieron gato por liebre comenzaron desde el nombre del grupo, pues Caridad Martinez directora del mismo y de origen cubano radi-ca desde hace algunos anos en Veracruz, donde tiene una escuela de baile, por lo que fueron alumnos y paisanos suyos quienes llegaron a esta edicion de las Jornadas Alarconianas. Entonces, de cual Cuba e s este ballet?, quienes eran los residentes y quienes los invitados? Misterio. Por su parte, lo que ocurrio en el foro fue un asunto menos complejo tecnica y expresivamente hablando. No hubo misterios, solo minutos predecibles. Acto frio, creado con retaceria de "las obras mas importantes del repertorio universal" (segun se leia en el programa de mano), esta gala fue ejemplo de que sucede cuando el almidon se antepone al corazon. De esa manera, extractos de Lago de los cisnes, El corsario y Don Quijote fue ron entregados en versiones donde la exigencia nunca tuvo acomodo. El unico momento rescatable ocurrio con Munecos de Alberto Mendez, pues logro despertar el interes de los infantes con una historia de amor telenovelero (yo: soldado; tu: muneca. Me das vida. Nos enamoramos. Se te acaba la cuerda. Te reanimo con mi amor. Final feliz. Tan-tan.); mas fuera de eso, este Ballet de Cuba se mostro muy similar al gastado cassette que contenia su musica: falto de brillantez y de contraste .