SECCION CULTURA PAGINA 34 CABEZA: LA REVOLUCION CUBANA Y LOS INTELECTUALES MEXICANOS CREDITO: EMMANUEL CARBALLO Cuba, es decir la Revolucion Cubana, fue para nuestra generacion un acontecimiento importante. Nuestra generacion, que en 1959 se acercaba o rebasaba apenas los 30 anos, vio en la Revolucion Cubana la evidencia de sus lecturas y algo mas: la praxis como la forma mas alta del poder creador. Para nosotros la palabra praxis, antes de 1959, era un eufemismo que escondia bajos apetitos electoreros. Practicabamos la teoria, con mayor o menor petulancia, porque sabiamos que la accion, tal como se acostumbraba entre nosotros, carecia de brujula (si era de izquierda) o arribaba, mas temprano que tarde (si era de derecha), a la defensa de un sistema erosionado por los anos, la corrupcion y las prebendas. Desilusionados, incapaces de luchar solidariamente al lado de obreros y campesinos, de ciertos sectores del la clase media, hicimos de la abstencion nuestra mas refinada forma de accion. Al fin y al cabo eramos intelectuales, conciencia critica de la nacion, casta privilegiada que aconseja remedios y no los practica. Nos salvaba, y quiza todavia nos salve a algunos de nosotros, la capacidad de decir no a la injusticia y si a los intentos esporadicos de inconformidad frente al gobierno puestos en practica por campesinos (ciertos campesinos) que "invaden", entre comillas, la tierra que antes fue suya; por obreros (ciertos obreros) hartos de lideres impuestos y ansiosos de una autentica militancia sindical; por estudiantes (ciertos estudiantes), vanguardia de la clase media, inconformes con el statu quo que engrande ce a los grandes, descalza progresivamente a los sectores de ingresos medios y empobrece a los mas pobres. Por estas razones y motivos la Revolucion Cubana fue una esperanza en los primeros anos. De los revolucionarios cubanos aprendimos que la praxis se desprende de la teoria y que una teoria sin praxis es letra muerta. Para nuestra generacion, la Revolucion Cubana fue la piedra de toque, el santo y sena, del mismo modo como la Guerra Civil Espanola fue para los escritores de Taller y Tierra Nueva un poderoso sacudimiento etico y politico. La mayoria de los escritores manifesto, en 1936, su adhesion a la causa de los republicanos. Unos pocos, descendientes directos de los eternos equivocados, mostraron simpatia por el bando fascista. Optar en 1936 era mas sencillo, y menos peligroso, que emitir preferencias en 1959. Estar con la Republica, ademas de constituir una posicion politica irreprochable, era un modo de apoyar los puntos de vista del gobierno mexicano acerca de este asunto. Y afortunadamente para los intelectuales el presidente Cardenas tomo partido por la causa justa. Asi que apoyar a los republicanos se convirtio en una actitud correcta, comoda e incluso provechosa. Simpatizar con la Republica era una forma de sostener la democracia, condenar la intervencion extranjera y, de paso, aludir al peligro inminente del fascismo. No se trataba de defender el socialismo, sino de atajar el empuje de las fuerzas mas oscuras, retrogradas y barbaras. Por supuesto que un crecido grupo de intelectuales opto por los "rojos" por motivos ideologicos y no por domesticas cinrcunstancias politicas. No es desdenable, en el contexto nacional, la actitud de los intelectuales que en 1959 nos pronunciamos a favor de la Revolucion Cubana, sobre todo si se tiene en cuenta que el presidente en turno, Adolfo Lopez Malteos, no veia con buenos ojos, aunque apoyara formalmente el proceso, a Fidel Castro y los barbudos de la Sierra Maestra. En este caso, como antes en la Guerra Civil Espanola, la mayoria de los intelectuales dimos una pequena leccion de sagacidad politica y entereza moral. No fuimos arribistas de la verdad sino complices entusiastas de una buena nueva: aquella que pronosticara que el socialismo podia triunfar en la America Latina. Las defecciones posteriores, en ambos acontecimientos, son harina de otro costal. Como tambien lo es la Cuba de los anos noventa, caricatura barata de la Cuba de los sesenta y setenta que amamos y defendimos hasta donde nos fue posible. En Espana perdio el bando que apoyaba a la Republica; en Cuba, simplemmente, perdio el socialismo. (Notimex). .