SECCION CULTURA PAGINA 32 BALAZO: ARTURO RIVERA EN EL MUSEO DE ARTE MODERNO CABEZA: El fin de una cultura herida de muerte CREDITO: ESTEBAN CALDERON ARGUMEDO Producto del fertil agotamiento espiritual de nuestra civilizacion, en un fin de siglo, fin de milenio, fin de una cultura humanista herida de muerte. Como opuesto de la estetica de lo sublime (y de Blake), con una dinamica secularizante en un proceso de banalizacion de lo sacro, despojada de todo contenido mistico se retoma una iconografia religiosa y se le dota de un contenido nuevo acorde con un mundo en agonia. Y es que tras la muerte de Dios queda el hombre y su cultura. Arte ateo para un siglo ateo. R enace la figura de Cristo, no ya como el Dios-Hombre, sino como el Hombre-sin-Dios. No hay ningun impulso trascendente detras de la obra de Rivera, sino la accion del pintor-intelectual que se concentra en el drama de lo humano en una epoca de autodestruccion. En nuestra decadencia de fin de siglo, este nuevo Simbolismo si goza del ambiente impregnado de muerte, pero no apunta ya hacia el Absoluto sino que se pierde en la Nada. La imagen religiosa, el icono se vuelve trivial y se adecua a la tambien hoy pensada vana existencia humana. Junto al colapso de la fe, el fracaso de la razon. Generando nuevos mitos revestidos de apariencia y lenguaje cientificista se presenta como verdad la falsedad de lo inexistente. Con una postura esteticista muy intelectualizada y una vehemencia barroquizante de quien no puede dejar de generar imagenes saturando el soporte, recupera el dibujo y la ilustracion de caracter cientifico. El Hombre deviene objeto de estudio, aislado y encerrado en un espacio diagramatico. El ambito de la existencia se reduce a un plano de ordenadas y abscisas, en el que la relacion entre los seres es de orden metrico. Con una vision que adoptaun tono expositivo, y en una nueva cosificacion del hombre y su entorno, nos concentramos en una investigacion empirica del ser, suprimida toda teleologia. Estos manuscritos ampliados, extraidos del acervo de algun archivo imaginario, atesoran el conocimiento de un mundo original; son disecciones de mitos entrelazados por leyes de causalidad inexistentes, que se vuelven reales por el simple he cho de adoptar un caracter de irrebatible certeza cientifica. Esta ciencia revela la continuidad esencial de lo existente; afinidades que evidencian el comun principio estructurador de una materialidad poliforme, en la que no actua ningun aliento espiritual. Rivera es ante todo un manipulador de la forma la cual se impone por la maestria de su factura. Arte figurativo, que reproduce una realidad de contenidos suplantados por "mitos desmitificantes". El contenido es adulterado, permanece la morfologia. Y el virtuosismo del dominador de formas enriquece el efecto visual mediante la representacion de la totalidad de lo existente. Ejerciendo el poder de creacion, de quien ha aprendido a disenar sobre el plano, comprendiendo las leyes de agregacion de la materia, re compone mundos habitados por divinidades paganas o cristianas desvirtuadas; seres angelicos y demoniacos de naturaleza nunca mas espiritual; hombres al desnudo, penetrados por una vision taxidermica, vulnerables, hermosas formas externas aprisionadas por un dibujo perfecto, interioridades complejas, de organos que exaltan su biomorfismo; animales y plantas, vivos o muertos, donde lo que importa es la certeza cognoscitiva que veladamente dan del hombre, al que estan unidos por la evidencia de su existencia m aterial. Estos "compendios de sabiduria" apelan directamente a nuestro gusto estetico; se imponen por el virtuosismo de su ejecucion, que renueva el valor de las formas representativas, a la vez que no afirma una mera copia del mundo sensible, pues estan manipuladas en su contenido por la naturaleza de su existencia relacional. Al lado de formas magistralmente ejecutadas, tanto dibujisticamente como en cuanto a evocacion volumetrica, la presencia de "lineas de referencia", marcos que contienen a lo existente, planos en los que la complejidad de la vida se precisa con base en puntos sobre ejes; lineas, figuras y cuerpos geometricos que reducen lo variable a las formas primordiales de estructuracion. Letras, numeros y apuntes de intencion demostrativa, clarificadora. El color se vuelve elemento de enfasis, recalcando la parte analizada, o es gama cromatica de registro; vision conceptual que remite a la realidad de un mundo coloreado que en el proceso de sintesis expositiva es ocasionalmente despojado del color para afir mar la estructura, pero el color puede recomponerse mediante esta referencia. Con la exaltacion del lenguaje figurativo que recupera el rigor de la sepultada Academia, la maestria hiperrealista en la factura de sus obras abre la puerta al elogio del publico. La incomprension y fracaso del arte abstracto por constituir un arte moderno que fuese aceptado por amplios sectores del publico queda patente ante la accesibilidad visual de una pintura que brinda un aire de modernidad (llamese posmodernidad) a un publico deseoso de ser moderno. Sin embargo Arturo Rivera supera el peligro de la trivializacion de una imagen magistralmente construida; no es solo un buen tecnico de la pintura, sino que como artista emplea su destreza para expresar un contenido critico de nuestra realidad. Su hiperrealismo no se detiene en la creacion de imagenes representativas sino que su dramatico contenido revela nuestra problematica actual llevada a sus extremos. Inscrito dentro de la estetica de lo grotesco y el mal gusto que la creacion artistica sublima y dota de un valor de alta cultura, Arturo Rivera confronta la belleza fisica con la deformacion; dualismo que al afirmarse mutuamente por lo intenso de su contraste refleja de nuevo cierta debilidad humana: seres idealizados a un paso de la descomposicion. Excluido el erotismo, aparece una desnudez de gabinete, acorde con una vision fragmentada hasta el interior del hombre. El ser humano se vuelve insecto, batrac io, golpe mortal a toda pretension antropocentrica. El peso de estas "bodas del cielo y el infierno" no reside en el elemento fantastico, demoniaco y angelico, sino en el estado actual de postracion del hombre, desprestigiados los credos religiosos, frustrado el sueno en la razon, el hombre, antiguo forjador de dioses, asume lo precario de su destino .