SECCION ESPECTACULOS PAGINA 41 BALAZO: CARIBEĽOS CABEZA: Merceditas Valdes, la Pequena Ache CREDITO: ERNESTO MARQUEZ Cultora excepcional del guaguanco, la guaracha, los pregones, los cantos de cuna y los rezos yorubas, en los que se le considera una verdadera estilista, Merceditas Valdes es en la actualidad la mejor representante femenina de la musica afrocubana. Originaria de Cayo Hueso, La Habana (1928), la Pequena Ache, como se le conoce en la isla, ha transitado por todas las tablas del mundo divulgando la riqueza del folclor y la tradicion musical de su pueblo. Y si de algo se muestra orgullosa esta menudita mujer es de haber contribuido a la comprension de tales musicas como ejemplo de las mas ricas cristalizaciones de los fenomenos de transculturacion en los pueblos del Caribe. Desde que debuto a principios de los cuarenta en La Corte Suprema del Arte como participante de un concurso de canto y poesia que gano interpretando Babalu, La negra Merce y El churrero, pasando por la importantisima colaboracion en los cursos musico-didacticos del etnologo cubano Fernando Ortiz, el desempeno particular con el grupo Oru y el Ballet Teatro de La Habana, hasta sus actividades actuales, en que sigue integra cantando acompanada ya por un conjunto de rumba, una orquesta de s on o una bateria de tambores bata (como sucede en su ultima grabacion discografica, Ache -90-, distribuida por el sello cubano Artex y concebido como una sintesis de su larga carrera), su nombre no ha dejado de asociarse a la recuperacion de los valores etnicos de la mayor de las Antillas. Nos cuenta Merceditas que ella eligio la musica cubana sin que nadie se lo pidiera. "En mi casa, abuela acostumbraba a hacer almuerzos y comidas criollas. Venian sus hijos y parientes. Y, al terminar, se hacia un guaguanco de cajon, tocado con cajas de bacalao. Esa fue la musica que oi en mi casa. Ademas mi padre cantaba con Los Roncos, un coro de clave de Ignacio Pineiro. El no queria, sin embargo, que yo fuera artista, por eso de las tradiciones familiares. Artista era mezclarse con lo mas malo. Ellos recorrian los barrios, apostando con otros coros, para determinar cual cancion versaba mejor. Llegaban a los barrios y se regalaban monos con cintas de colores. Luego completaban la fiesta con un tremendo guaguanco de cajon. Y yo, callada, mirando y aprendiendo". Largo y virtuoso fue el camino de Merceditas Valdes, nutriendose de musica popular y recreandola desde temprana edad a pesar de la severidad paterna, para quien la posibilidad de una dedicacion al arte por parte de su hija resultaba inverosimil. "Cuando celebraban algun cumpleanos -senala Merceditas- o habia otro tipo de festividad yo solita me proponia para cantar y bailar. La gente se encargaba entonces de convencer a mi mama. Y ella reganandome se excusaba diciendo que aquello no era permitido por mi padre. Me tenia muy vigilada en ese sentido, por eso cuando le acompanaba a las compras me le desaparecia, y ella ¨donde esta Merceditas?. Y yo, seguro, recostada en una ventana, escuchando la radio, o interpretando algun numero del momento, como una bijirita, en medio del ruedo que armaban en seguida los transeuntes. "Para colmo -prosigue-, al lado de casa ensayaba el grupo de Bienvenido Julian, ¨te acuerdas?, el autor de Convergencia. Bueno, pues al regreso del colegio me aseguraba de que mi padre no estuviera y pasaba buenos ratos oyendolos". Muchas son las anecdotas que pueblan el mapa existencial de Merceditas, pero de todos ellos el que senala como mas importante en sus pasos iniciaticos tiene que ver con la Suprema Corte del Arte. "¨Como me presente en la Corte Suprema del Arte? En verdad, sin permiso de mis padres. Adolescente ya, fui a la radiodifusora CMQ, que organizaba tal evento, y me inscribi. El dia correspondiente le rogue a mi madre para que me acompanara. Lo hizo a reganadientes. Cante lo que tenia que cantar y al terminar me di cuenta que no habian sonado la campana eliminatoria. Me quede rigida, inmovil, hasta que el locutor pregunto si acaso iba a seguir alli. A insistencia del publico, que pedia otra, le dije que si e hice dos temas mas". Ya encaminada en los iniciales tanteos del quehacer interpretativo en publico, Merceditas acepta la invitacion que le hacen algunos propietarios de clubes nocturnos de la playa de Marianao. La entrada a estos lugares le posibilita el contacto con musicos experimentados que le ayudan a educar la voz y afinar un estilo para el canto bravo. "En la Playa de Marianao existian una serie de clubes, unos buenos otros malos, donde por lo general se tocaba muy buena musica cubana. Entre los mejores estaban el Pensilvania, Panchin o Mi Bohio, donde se turnaban dos conjuntos, uno para el show y el bailable del comienzo, y otro que tocaba hasta el amanecer. Durante los jueves de moda bajaban las orquestas mas populares. Ahi venian los grandes rumberos, los de verdad, para hacer la rumba, no la de salon, sino la autentica, la de cuatro cajas, un sarten y una cola de vuelos. Era entonces cuando me llamaban para que entrara al canto, y yo... desde luego, a rumbear. "Pero no estaba sola, en esos momentos apostaba contra otros cantadores que dominaban muy bien el cante rumbero y la gente determinaba quien era el mejor, quien versaba o inspiraba mejor. Habia que versar gramaticalmente e inspirar sobre un topico del momento, sino no estabas en nada". Con un pequeno grupo de actores y musicos que se desarrollaban al amparo de la Radio Mil Diez del Partido Socialista Popular, se adentro en las luchas sindicales, gracias a lo cual conocio las carencias sufridas por los obreros y supo de la combatividad incesante de sus dirigentes. La afinidad con tales causas la manifiesta en forma de apoyo con presentaciones personales. En estos trajines conoce a muchos de los artifices genuinos del folclor afrocubano. De aquella etapa de su vida Merceditas recuerda al famoso tamborero Choricera. "El Chori -comenta- nos sorprendia mucho con su imaginacion, con su agilidad, usaba medios muy simples. Igual ponia dos bongos que unas latas de aceite y todas las sonaba al mismo tiempo, con dos palitos. Y en esa euforia salian los rumberos a bailar". En aquella epoca trabaja con Obdulio Morales, Jesus Perez y Trinidad Torregosa, reconocidos babalaos (sacerdotes lucumis) y respetados percutantes de tambores bata con los que se inicia en los cantos y ritos del panteon yoruba. "Fue un momento de consolidacion y expansion -narra la cantante-. Trinidad me enseno el dialecto yoruba. El primer canto que me dio fue uno dedicado a Yemaya. Bajo su asesoria aprendi las modulaciones tonales y el fraseo especial que se requiere para este tipo de canto. En cada composicion me explicaba el significado del texto, su trascendencia historica y su importancia liturgica; asi que en un periodo bastante corto logre dominar lo mas imprescindible del yoruba. En 1944 establece contacto con el etnologo cubano Fernando Ortiz, el mas intenso investigador de la evolucion cultural africana en Cuba. El sabio isleno encontro en la cantante un firme apoyo para ilustrar sus conferencias sobre temas afrocubanos en la Universidad de La Habana y otros centros similares. Antes, don Fernando quizo moldearla a su manera, pero el impetu de Merceditas le hizo desistir en el intento y prefirio que su Pequena Ache se mantuviera como un diamante sin pulir. Esta cantora, dijo al diario El Mundo, es "un documento etnografico vivo". Bajo los auspicios de don Fernando graba Merceditas su primer disco de larga duracion titulado Toques de santos (46), editado por el sello Panart. A este album musico-etnografico le siguen otros con cantos liturgicos de la religion yoruba que son hoy verdaderas joyas musicales. La decada del cincuenta marco a Merceditas un intenso trajin que comenzo con la famosa produccion Zun zun babae, de Rodnerico Neyra (Rodney), en el cabaret Sans Souci, donde alterno con Johnny Matis, con quien posteriormente viajo a Las Vegas para actuar en el hotel Flamingo en compania de la orquesta de Miguelito Valdes. Aprovechando su estadia en Estados Unidos, saca al mercado Santero (50), un album en la misma linea que los anteriores, en el que interviene el cuarteto de Facundo Rivero, el Coro Negro de Obdulio Morales, y el Yoruba, de Alberto Zayas, entre otras figuras invitadas, y que logra constituirse en un exito de ventas. En 1952 debuta en el cabaret Tropicana como figura central del regio espectaculo Karabali y Tambo, que sirve de preambulo a la actuacion de Nat King Cole, cantante de todos conocido con quien la pequena Mercedes traba gran amistad. Instalada en extensas giras, la reconocida "Embajadora Cultural de Cuba" se incorpora a producciones musicales de celebres cabarets como el Moulin Rouge, Lido de Paris, o de teatros como el Carnegie Hall de Nueva York, donde publicos distantes a la cadencia caribena escuchan por primera vez los toques de santos y los cantos carabali, bajo el marco musical (en el caso de la ciudad estadunidense) de una orquesta de 80 profesores dirigida por la batuta del maestro Gilberto Valdes, entonandolos la gracil voz de Merceditas. Antes de que termine la decada la cantante visita la ciudad de Mexico para ponerse a las ordenes del director cinematografico Emilio Indio Fernandez, con quien filma el documental musical Zamba. A pesar de sus multiples actividades escenicas Merceditas se da tiempo para llevar al acetato los cantos y ritmo raigales. Asi, en 1956 saca a la luz su disco Ache I, el cual es premiado en Estados Unidos "por la excelente calidad de grabacion e interpretaciones...". Este comentario concito el interes de firmas extranjeras que ante el posterior exito de mercado procuraron el Ache II, recordando (57) y Ache III, rezos (58). A estos discos le siguieron Mongo en La Habana (59), realizado con el congreso Mongo Santamaria, y Merceditas: cantos y rezos (60) grabado con las orquestas de Adolfo Guzman, Rafael Somavilla y el grupo de percusiones afrocubanas Isupo Ireguo, dirigido por Jesus Perez. Merceditas es invitada habitual en todas las embajadas culturales del gobierno revolucionario, ya sea acompanada por el grupo Oru, que dirige el pianista Sergio Vitier o bien formando parte del Ballet Teatro de La Habana. De las ultimas actuaciones en el extranjero lo que mas lo ha impresionado es que "donde pensaba que no iban a entender el genero que cultivo, me sorprendieran con vivas a mi persona y a Cuba. Creo que la fuerza mayor de esta acogida esta en la musica cubana, en nuestra cultura Caribe". .