SEC. INF. GRAL. PAG. 5 CINTILLO: RAZONES CABEZA: Monterrey y Chiapas: dos varas CREDITO: Jorge Fernandez Menendez Salvo que ocurra algo muy extrano en el Tribunal Estatal Electoral, el panista Jesus Hinojosa sera el alcalde de Monterrey, con lo cual el PAN controlara todos los municipios importantes de Nuevo Leon y, sobre todo, la zona metropolitana de la segunda ciudad del pais, lo que pone al blanquiazul en la primera linea para ganar las elecciones estatales de 1997. Si a ello le sumamos sus gubernaturas en Baja California, Chihuahua y Guanajuato, su fuerza creciente en Sonora y Tamaulipas y la posibilidad cierta de que el PAN gane en febrero proximo la eleccion estatal en Jalisco (sin duda ganaran en Guadalajara, sobre todo si nos atenemos a los resultados de la ultima eleccion federal), veremos que la posicion del PAN en torno al norte del pais se consolida y comienza a crecer su influencia en el centro. Pero, salvo lo que ocurra en Jalisco, ninguna de esas posiciones debe ser tan grata para el blanquiazul como las obtenidas en Nuevo Leon y sobre todo en Monterrey. Los triunfos electorales en Baja California y Chihuahua (Guanajuato es harina de otro costal) fueron muy importantes para Accion Nacional pero se instalan en otro terreno: tienen mucha influencia, si, de un trabajo politico de anos, pero sobre todo de un voto de protesta por una sucesion de malos gobiernos priistas que, como vimos en las propias elecciones de agosto, se puede revertir en contra del ahora PAN-gobierno en esas entidades. En Monterrey y su zona conurbada, por el contrario, el crecimiento panista ha sido gradual, basado tambien en un fuerte trabajo proselitista, pero, sobre todo, en un esfuerzo por ganar (y en ello la mano de Castillo Peraza no puede ignorarse) la sonalidad propia que parece mostrar el PRI local (vease si no el perfil seleccionado en sus candidatos para diputados, senadores y presidentes municipales) para optar por candidatos que no parezcan, en el argot politico, como "empanizados". Ello se ignora cuando el punto de debate se centra en si el del PAN es un triunfo legitimo o una Pero se olvida que con ello se paga el costo de uno de los mayores deficits que tenemos actualmente en los procesos electorales y que como hemos senalado en reiteradas oportunidades en estas paginas, no ha querido o podido ser solucionado y que se repetira una y otra vez mientras no se de una solucion global: se trata de las enormes diferencias que existen entre las legislaciones electorales locales y la federal. Expliquemonos: cada estado tiene su pripia Ley Electoral que no necesariamente esta compatibilizada con la federal. Ello se agudiza porque en estos anos se han realizado sucesivas reformas electorales federales que no se han reflejado en practicamente ningun estado. Las consecuencias de ello son graves: por una parte se pone de manifiesto que existen dos culturas politicas y dos legislaciones que las rigen: una global, para el pais, y otra para sus partes, los estados. Segundo, que practicas y acciones que pudieran ser entendidas como legales de acuerdo con las legislaciones electorales de muchos estados, estan claramente penadas por la ley en las elecciones federales. Y si ello en si es grave, en los casos en que coinciden elecciones locales con federales, como ocurrio en Monterrey y en Chiapas el 21 de agosto, ese problema se agudiza en forma dramatica. No deja de ser significativo que en ambos estados la oposicion (en un caso el PAN, en el otro el PRD y, sobre todo, los zapatistas) esten legitimando la eleccion federal e impugnando la local. Para muchos se trata de una simple tactica politica. Y creo que algo o mucho de verdad hay en ello, pero tambien existe un hecho objetivo: las varas de medicion son diferentes y para el elector y sobre todo para la opinion publica, de poco sirve explicar, por ejemplo, que la ultima reforma electoral de Chiapas se real izo en los tiempos de Patrocinio como gobernador y que no contempla practicamente ninguno de los avances logrados en las reformas electorales de 1993 y 1994 e incluso ni siquiera muchos de la reforma de 1990. No es el peor caso, hay legisladores electorales locales que son anteriores al proceso de reforma politica iniciado por Jesus Reyes Heroles en 1977. Pero es que ademas, como siempre sucede, la existencia de dos legislaciones, especialmente si se aplican en forma simultanea en una eleccion, lo que provoca es un vacio legal que deja todo librado a la simple interpretacion de los diferentes actores. Mucho de eso parece haber pasado en Monterrey: ¨Cuantos electores se permitian por casilla? ¨Como compatibilizar una legislacion que establece un numero de electores con otra que permite otro si, al mismo tiempo, se estan realizando dos elecciones con dos leyes distintas en un mismo espacio fisico? En todo caso la diferencia que hubo en este proceso es que el PAN hizo el esfuerzo de registrar y darle curso legal a cuanto recurso de queja pudo y hacerlo de forma tal que permitiera apoyar su argumentacion. Mi asombro, y el de muchos, es que el PRI no presentara recurso de queja alguno en la eleccion regiomontana. No cabe duda que la direccion local del tricolor no esta preparada para afrontar un proceso electoral moderno o, francamente, sus calculos electorales son muy malos. Esa es, en ultima instancia, la diferencia entre Monterrey y Chiapas: en la primera, las negociaciones, que las hubo, se pudieron canalizar y respaldar por vias legales. En Chiapas el PRD y sobre todo el neozapatismo, no se dieron a la tarea de documentar legalmente las irregularidades que consideran se cometieron. Optaron, una vez mas, por presionar la negociacion desde posiciones de fuerza, independientemente de la limpieza (o suciedad) del proceso electoral local. Y asi se puede llegar con facilidad a la suspension de poderes o simplemente a la ingobernabilidad, pero cualquier solucion politica adquiere, en ese contexto, un muy mal sabor de boca que a nadie suele dejar contento y menos a la propia sociedad. Por lo pronto, alli, en las legislaciones locales, esta el material para las reformas electorales de los proximos anos. .