SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: Razones CABEZA: Del gabinete plural al nuevo equilibrio CREDITO: JORGE FERNANDEZ MENENDEZ Apenas ayer, el escritor Carlos Fuentes volvio a insistir en la prensa estadounidense sobre un tema que, durante varias semanas, fue el centro de accion del Grupo San Angel y de otras agrupaciones politico-ciudadanas: la necesidad de un "gobierno plural". Sin embargo, hasta el momento, cuando se habla de un gobierno plural, se sigue en la indefinicion. Para la mayoria de los analistas, un gobierno plural es sinonimo de un gabinete pluripartidista o sea la participacion en el gobierno central de miembros de distintos partidos politicos. Esta postura asume a su vez varios matices: desde la que plantea el PAN que demanda posiciones de control (especialmente en las areas de Hacienda y Judicial) hasta la de ciertos sectores perredistas que plantean practicamente la conformacion de un gabinete de coalicion. En este sentido se debe volver un poco al origen. El sistema politico mexicano es un sistema presidencialista, en el cual el Presidente designa encargados de despacho en cada una de las areas del gobierno federal. Nuestros Secretarios de Estado dependen en forma directa del Presidente, son sus colaboradores y a el responden y este puede removerlos cuando lo considere necesario. No hablamos aqui de facultades metaconstitucionales del presidencialismo, sino de la letra estricta de la ley. No seria concebible en este sistema, por ejemplo, que el Presidente no contara con colaboradores que no fueran de su entera confianza politica y profesional. Ello, por definicion, impediria la conformacion de cualquier gabinete de "coalicion", porque llevaria a un grave desequilibrio del conjunto del sistema el que los miembros del gobierno central respondan, exclusivamente, a sus propios partidos y no al propio poder que los designo. Las labores de contraloria, como lo demanda el PAN, son de otro tipo. No se trata de ejercer el gobierno sino de participar en el control de su ejercicio. Ya se han dado experiencias en este sentido: por ejemplo, durante el sexenio de Ruiz Massieu en Guerrero, el contralor del Programa de Solidaridad en el estado era un destacado panista. El problema que se presenta en este sentido es otro: si los controles y equilibrios deben ejercerse solo en un poder, el Ejecutivo ¨como se fortalecera esa funcion que se deben cubrir, sobre todo, en los otros dos: el Legislativo y el Judicial (ademas del creciente equilibrio y control reciproco que debe existir en el terreno federal, o sea entre el poder central y los estados)? En ese sentido, el esquema que proponen algunos politicos e intelectuales, como la declaracion de Fuentes que citabamos, parece estar mas influenciado por la tradicional hegemonia priista que por la busqueda de una verdadera renovacion del sistema de poder. Cuando se habla de un gabinete plural podemos pensar en un equipo de trabajo en el que lo central no sea la amistad o la cercania sino la capacidad profesional. No se requiere, para ello, ser priista (el caso de Jorge Carpizo es recurrente en este sent ido) y se puede pensar incluso en miembros de la oposicion para determinadas posiciones, pero lo que no se puede obviar es el compromiso: y este debe estar dado exclusivamente con la persona que ejerce el Poder Ejecutivo: el Presidente de la republica. Y el gabinete lo forman sus colaboradores, no ministros con autonomia politica como ocurriria en un sistema parlamentario. Ello es doblemente importante si se demanda, con justicia, el fin de las funciones metaconstitucionales del presidencialismo y un nuevo equilibrio de poderes. En esos dos grandes temas esta la reforma posible, la reforma que permitiria avanzar en la construccion de ese nuevo sistema que, en los hechos, iniciara el proximo 1 de diciembre. ¨Como acabar con las funciones metaconstitucionales del presidencialismo? La respuesta es sencilla, llevarla a cabo es mucho mas dificil: se trata, finalmente, de lograr algo que ya ha puesto en su agenda Ernesto Zedillo: otorgarle autonomia cierta al PRI del gobierno y que el lider natural del priismo no sea automaticamente el Presidente de la republica. Avanzando en ese aspecto se avanza en los demas y, sobre todo, en el proceso de designacion a candidatos a puestos de eleccion popular. Pero esa reforma abre el paso a otras, en las cuales la oposicion si tendria mucho mas que aportar. En primer lugar el nuevo papel que debe jugar el Poder Legislativo. Con las ultimas reformas constitucionales ese papel (via la ampliacion del Senado) ha quedado fortalecido. Si los compromisos de los diputados y senadores electos del partido en el poder no se establecen directamente con el Presidente en funciones sino con su propio partido, su autonomia como legisladores sera mucho mayor. Sumado a ello, el creciente equilibrio entre las fuerzas politicas permite que esa autonomia se profundice. En el caso del Poder Judicial, la reforma debera ser, aun, mucho mas profunda y requiere de la participacion de todos: que el sistema de justicia no funciona correctamente y que en el coexisten demasiadas manos politicas involucradas que distorsionan su funcionamiento no es ningun secreto. De todas formas, el que exista un Poder Legislativo mas autonomo podra ayudar, especialmente en el caso del Senado, a buscar equili brar (y despartidizar) las designaciones en el Poder Judicial. Si ello es importante en terminos legislativos y judiciales, mas lo es en los aspectos federales y politicos. Donde la oposicion tiene hoy mas peso es en los gobiernos locales y es alli donde tiene mas posibilidades de alcanzar victorias inmediatas. Alli es donde debe romperse, sobre todo, cualquier posibilidad de arremeter contra los nuevos equilibrios politicos. Y donde esos equilibrios son mas vulnerables: alli estan varios ejemplos de elecciones locales que, entremezcladas con las federales, han causad o, y causaran aun mas en el futuro, problemas: la eleccion de la alcaldia de Monterrey es un ejemplo; el de algunos municipios chiapanecos otro; los votos conseguidos por los candidatos a senadores del PRI en Jalisco un tercer ejemplo, de los que ya hemos hablado en este espacio, y que demuestran las resistencias regionales que existen a la hora de hablar de un creciente equilibrio del poder y de los poderes. Por eso mismo, como lo senalo con acierto ayer Franciso Cardenas Cruz, resulta notable como han sido desoidos dos grandes pronunciamientos de la semana pasada; por una parte, la aceptacion presidencial, de un gran dialogo nacional para abordar muchos de los temas pendientes de la agenda politica y, por la otra, la propuesta de Carpizo de avanzar en las reformas electorales con cuatro grandes temas pendientes: mayor equidad en las condiciones de la contienda electoral, fortalecimiento del sistema de partido s, concluir el proceso de supresion de la presencia de los poderes publicos en los organos electorales y abordar el tema de los medios de comunicacion en la contienda electoral. Es mas: hasta ahora, el virtual presidente electo, Ernesto Zedillo ha sido el unico de los candidatos que ha dicho sin ambages que esta dispuesto a participar en ese dialogo que ni Accion Nacional ni el PRD parecen decididos a asumir desde ya, pese a que tanto lo han reclamado. Pareciera, y ello tambien es consecuencia de la cultura politica dominante, que se esta esperando que sea el proximo poder el que de los primeros pasos. La oposicion parece que tambien esta esperando al 1 de diciembre para tomar sus decisiones, sin comprender en que consiste, exactamente, el juego en el que estan involucrados hoy todos los actores politicos y apostando a una .