SECCION ECONOMIA PAG. 36 CREDITO: CABEZA: o con diferentes periodicos hasta conseguir en 1921 un puesto fijo como reportero local en el Berliner B”rsen-Courier. Dos anos mas tarde, ya en la cima de su carrera periodistica, Roth se convirtio en el corresponsal berlines del Frankfurter Zeitung, en cuyas paginas publico decenas de periodisticos dan cuenta de un curioso, beligerante, generosisimo interprete de los sucesos y fenomenos que acompanaron la decadencia y caida de la Republica de Weimar. Uno de estos asuntos fue la rapida e intrincada expansion de los grupos antirrepublicanos en el escenario de la politica alemana. De hecho, la primera novela de Roth, La telarana donde se relata el rapido ascenso politico del teniente Theodor Lohse, que hace carrera con ayuda de un grupo de extrema derecha, revela un gran conocimiento de las formas de organizacion de los subterraneos radicales y nacionalistas que funcionaron como surtidores para el fascismo. Aunque La telarana no es novelisticamente sobresa liente, conserva el poder y la vitalidad de una obra surcada por el desgarramiento politico de una epoca. (En su version filmica, protagonizada por Karl Brandauer en el papel de Benjamin Lenz, la trama incluso adquiere el sabor de un thriller, sobre todo por las turbulentas escenas donde Lenz es perseguido por unos conspiradores y arrojado sin piedad bajo un tren en marcha.) En Roth el sentido de lo desconocido, lo oculto y lo sordido tambien jugo un papel importante para su transformacion como escritor de largo aliento. Quiza en las cronicas que dedico a los burdeles y a los callejones del Scheunviertel de Berlin se vea con mayor claridad como de la descripcion de un iaco describe a la Hirtenstrasse una calle muy cercana a la Alexanderplatz, centro del antiguo Berlin Oriental, como la calle mas triste del mundo. Quien hoy se aventure por los tramos berlineses que Roth describio con tanta desolacion en los anos veinte no dejara de sentirse catapultado a otra epoca: a pesar de estar tan cerca de lugares tan visitados como la nueva Sinagoga y el club Tacheles (ambos en la calle Oranienburg), el viejo corredor galiziano de Berlin, donde habia incluso escuelas de Talmud y do nde se abrio el primer cine permanente de la capital prusiana, es hoy una ruina inimaginable en la que todavia puedan verse fachadas que alojan la metralla de la Segunda Guerra Mundial. .