PAG. 2 SECCION: INF. GRAL. CABEZA: Reforma interna del PRI, una asignatura pendiente CREDITO: Jacqueline Peschard El objetivo que sistematicamente ha estado detras de este reclamo ha sido el de fortalecer al PRI como instituto politico tanto desde la perspectiva de su vida y dinamica internas, como desde la de su desempeno en el escenario politico del pais. Sin embargo, los esfuerzos de reforma del PRI se han visto reiteradamente obstaculizados, por lo que parece legitimo preguntarse que hay de nuevo en la propuesta actual y si existen condiciones para llevarla a buen puerto. De acuerdo con la reunion de la Comision Nacional de Ideologia, las directrices centrales de la reforma en ciernes son: 1) una nueva relacion entre el PRI y el gobierno que establezca "una sana distancia" entre ellos, y que restituya al partido su funcion de definir el programa de gobierno, 2) transparencia en el sistema de financiamiento para impulsar condiciones equitativas de competencia y 3) participacion de las bases en la seleccion de dirigentes y candidatos, es decir, democratizacion interna. Desde 1965, Carlos Madrazo, entonces presidente del CEN del PRI, planteo la democratizacion del proceso de seleccion de candidatos en la esfera de los municipios, como una via para estimular la militancia partidaria y para reforzar la integracion del partido de gobierno que ya para esas fechas presentaba rasgos claros de burocratismo y excesiva centralizacion. La renuncia de los gobernadores que vieron en ese posible ejercicio la perdida de sus facultades para influir en la seleccion de candidatos, bloqueo el intento. Durante los primeros anos de la decada de los setenta, Jesus Reyes Heroles, presidente del CEN priista, planteo una reforma interna del partido que respondiera a las demandas de participacion de los jovenes y los emergentes sectores medios que no parecian identificarse con la representacion priista, al menos asi lo demostraban los movimientos sociales de aquellos anos. Es decir, habia una demanda de ampliacion de la participacion. Mas tarde en el contexto de la sucesion presidencial, el mismo Reyes Heroles propuso revitalizar las funciones del partido en relacion con el gobierno, a traves de la formula de "primero el programa y despues el hombre", pero finalmente choco contra las resistencias del "gran elector" que vio en ello limitantes a sus margenes de maniobra. Estas fueron los ultimos intentos de restructurar al PRI desde la optica de un partido hegemonico e incluyente, es decir, un partido que se concebia como una organizacion capaz de integrar a los diversos grupos y corrientes sociales del pais. A partir de entonces, su eventual reforma tendria que contemplar la existencia de otras fuerzas politicas. Hacia finales de los setenta, la formula para impulsar la cohesion interna del PRI corrio por la via de la reforma del sistema electoral. La reforma politica de 1977 ideada por el propio Reyes Heroles desde la Secretaria de Gobernacion, al ampliar los espacios de representacion para un mayor numero de minorias politicas, buscaba indirectamente revitalizar al PRI, de ahi que para convencer a los renuentes sectores priistas afirmara que "solo lo que resiste, apoya". En el curso de los primeros anos ochenta, el PRI ya no solo se enfrentaria a los retos de mantener cohesionados a sus diferentes intereses y camarillas, sino al desafio electoral, sobre todo en el ambito de las elecciones locales. De nueva cuenta en ocasion de su XII Asamblea Nacional, surgio la idea tanto de dar vida a la militancia priista e impulsar su vocacion integradora (se planteo incluso la incorporacion de los empresarios como sector), como de democratizar los mecanismos de seleccion de dirigentes y candidatos a puestos de eleccion. Despues de la convulsion provocda por la eleccion de 1988 que significo ademas de la escision interna, la puesta en duda de la legitimidad del gobierno, se volvio sobre la propuesta de reforma del PRI para dar aliento nuevo a sus estructuras y organos de direccion, y para democratizar los mecanismos de seleccion de candidatos. No cabe duda de que los resolutivos de la XIV Asamblea de 1990 establecieron con la "consulta a la base" una disposicion de tinte democratico, el problema fue que su puesta en practic a significo mas problemas internos de los que resolvio por lo que se generalizo la formula que se pensaba extraordinaria de los llamados "candidatos de unidad". La reforma que hoy se ha echado a andar y que tiene un calendario preciso, presenta como rasgo claramente novedoso plantear una separacion del PRI respecto del gobierno, lo cual se explica como producto de un reclamo democratico que se ha venido expresando en los ultimos quince anos y que plantea como condicion necesaria la existencia de condiciones equitativas de competencia. El hecho de que este proyecto se impulse desde un triunfo electoral, apoyado por un proceso razonable transparente y, consecuentemente, legitimado, demuestra de entrada que se ha leido bien el mandato de las urnas de apostar a la via institucional para avanzar en las reformas, al mismo tiempo que constituye la posibilidad real de que en esta ocasion pueda cumplir con sus propositos. No cabe duda de que el proyecto enfrentara resistencias y obstaculos, en la medida que implica afectar prebendas y cuotas de poder, pero como contraparte esta el hecho de que se impulsa desde una situacion de fortaleza. .