SECCION ESPECTACULOS PAGINA 39 BALAZO: TODOS GANARON CABEZA: Magica final de Operalia 94 CREDITO: ERNESTO MARQUEZ En medio de un ambiente que tuvo algo de magia, nervios e incertidumbre concluyo el concurso mundial de opera Operalia 94, con siete laureados y un Placido Domingo satisfecho por el buen desarrollo del evento. La ruta emocional del certamen que lleva el nombre del tenor hispano-mexicano fue en todo punto ejemplar, no solo por reunir a las 11 mejores voces jovenes del mundo sino por el mismo programa seleccionado, pleno de coherencia y belleza. Sin blanduras y muy lejos de toda frialdad, el evento se llevo por el camino del lied, el canto operistico por excelencia, bajo el marco musical de la Orquesta Sinfonica Nacional (OSN), dirigida por su titular Enrique Diemecke y el director huesped Fernando Lozano sobre regia escenografia, con algunos destellos sugerentes, creacion del artista plastico David Hockney. Once fueron los participantes que en un tiempo limite de cinco minutos por presentacion descubrieron el especifico impulso de sus cualidades vocales, dando referencias para que un jurado internacional las juzgara a partir de la afinacion, interpretacion, cuadratura, elegancia y emocion tonal. El arte de la interpretacion es en buena medida el de la diferenciacion, por ello la actuacion de cada uno de estos jovenes puso en un brete al calificadisimo jurado, ya que a lo largo de la jornada, que duro casi cuatro horas, todos ellos debieron examinar a Bruce Fowler (EU), Masako Teshima (Japon), Simone Alberghini (Italia), Maria Cecilia Diaz (Argentina) y Jose Cura (Argentina) tan rigurosamente que tan solo por "una diferencia matematica" lograron rebasar a sus companeros. No obstante, y "por esta ocasion", se "infringieron" las reglas, pues hubo un empate que favorecio a la sopranpo ucraniana Oxana Arkaeva y un galardonado mas, el representante de Estados Unidos de origen japones Brian Asawa, por ser el unico participante en el raro departamento de contratenor. Sin embargo, todos los participantes merecian llevarse los 25 mil dolares con que se premiaba la excelsitud, ya que cada uno de ellos supo conducirse con maestria y senorio por los exigentes caminos de la gran musica a traves de las arias de Verdi, Puccini, Leoncavallo, Gluck, Donizetti y Mascagni. En todos los pequenos poemas los cantantes nos descubrieron la belleza del lied. En esa medida, tanto los que nos encontrabamos en el foro 5 de Televisa como los televidentes supimos en conjunto que la opera no es un sonido ajeno que se escucha con desagrado, sino algo que nos conduce por una ruta sentimental poco resenable. Escuchamos, por ejemplo, a un Shigehiro, tenor clasico y emocionado entonar Che gelida manina de Cavalleria Rusticana (Puccini); a la soprano Eteri Lamoris despertar los primeros aplausos con E strano, de La Traviata (Verdi); a Maria Cecilia Diaz, de Argentina, en su doble significacion transicional de mezzosoprano superar con fuerza tonal el O don Fatale de Don Carlo (Verdi); el lied en su esencia en la voz fresca del tenor sueco Mathias Zachariassen, que h izo un magistral Stridono Lassu del Pagliacci (Leoncavallo); subyugarnos ante la inteligencia y melancolia de Nicole Youle, quien en representacion de Australia saco maravillas del Pace mio Dio, lied de La forza del destino (Verdi). Pero el clima de la competicion, asi como el interes de la audiencia, se manifesto en su punto alto con la presencia de la ucraniana Oxana Arkaeva, toda frescura, naturalidad y dominio, alzando la voz, matizandola, sugiriendo las notas y borrando toda frontera posible entre los sonidos y las palabras. Oxana cautivo no solo por su belleza y encanto melodico, sino por una gracia poco frecuente en estos menesteres. Su Stridono Lassu de Pagliacci de Leoncavallo fue sencillamente genial. Dos sorpresas la constituyeron el bajo italiano Simone Alberghini y el contratenor estadunidense Brian Asawa. El primero por ser el participante mas joven del evento (21 anos de edad), lo que no es impedimento, como lo demostro, para sumar experiencia en el dominio de los registros graves, pues al cantar Ella giammai m amo de Don Carlo (Verdi), lo hizo con un fraseo inteligible y dramatico. El segundo, estilista riguroso de la voz, nos sorprendio por dos razones: ser el unico participante en el registro de contratenor (algo no habitual en los empenos del canto masculino tan dado a los tonos bravos) y por ser el sexto galardonado de la tarde, debido a la confusion de Placido Domingo, quien en el momento de la entrega de reconocimientos lo llamo, erroneamente, para que recibiera la presea; apenado, Placido tuvo que premiarlo, rebasando asi el tope de cinco. Al finalizar el certamen se organizo una rueda de prensa en la que estuvieron presentes todos los que tvieron que ver en el desarrollo de Operalia 94. Alli todo fue declaraciones aleatorias. A preguntas convencionales, respuestas del mismo orden... No habia mucho que decir, no mucho que explicar. Todo les salio de maravilla. Los vieron cerca de 300 millones de televidentes de 100 paises y la fiesta del bell canto continuara haciendose cada ano, siempre con la final que se desarrollara en Mexico. Pero a esta alegria, donde hubo achuchones, abrazos, palmaditas y besos, se debe anadir una cuota importante de amargura y una pregunta: ¨y nuestros cantantes? ¨Donde estan las voces que vitalizaran la opera mexicana? ¨Donde esta el apoyo, donde el impulso? Esperemos que si no Operalia, sean las autoridades culturales las que arropen talentos como el de Arturo Valencia o Ricardo Santini, grandes ausentes del evento de Placido Domingo. .