SECCION INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: ¨Transicion sin alternancia? CREDITO: Jacqueline Peschard No cabe duda que uno de los temas politicos mas socorridos durante los ultimos quince anos, no solo en Mexico sino en todo el mundo, ha sido el de la transicion de un regimen autoritario a uno democratico. Las experiencias de transiciones a la democracia ocurridas en este lapso han hecho que la idea de la transicion se identifique inmediatamente con la de alternancia en el poder por la via electoral. Desde esta perspectiva, las elecciones mexicanas del pasado 21 de agosto en las que el PRI gano, parecen con tradecir este supuesto. En efecto, tal como lo senala Samuel P. Huntington en su libro sobre "La Tercera Ola" de las transiciones, recientemente traducido al espanol, la gran mayoria de los paises en America Latina, Europa o Asia, cuyos regimenes autoritarios promovieron la realizacion de elecciones democraticas en los ultimos anos, sistematicamente perdieron el poder. La constante en estos casos fue que la realizacion de elecciones limpias llevo a la poblacion a expresar su protesta contra el regimen autoritario y a promover la l legada al poder de grupo politico opositor. En este 1994, el gobierno mexicano impulso la realizacion de elecciones muy supervisadas y confiables, motivado por las mismas razones de los regimenes estudiados por Huntington: ampliar sus desgastadas bases de legitimidad, responder a las presiones de las corrientes de oposicion y ganarse el respeto internacional en una epoca de globalizacion. Sin embargo, el resultado fue totalmente diferente porque fue el partido del gobierno el que gano no solamente la eleccion presidencial, sino las de diputados y sen adores. Si bien las elecciones limpias en Mexico no derivaron inmediatamente en la alternancia en el poder, si cumplieron con las expectativas depositadas en estas en la medida que sirvieron para renovar la legitimidad del regimen. La pregunta que resulta pertinente, entonces, es si de todas maneras estos comicios empujarian la transicion a la democracia, es decir, a la transformacion del regimen politico o si por el contrario representarian un obstaculo. De nueva cuenta, la lectura de Huntington resulta ilustrativ a. Huntington sugiere varias razones posibles para explicar los casos que se desvian de la norma general de transicion con alternancia, entre las que destacan las siguientes: 1) los candidatos del partido en el poder se distanciaron de los viejos lideres del regimen autoritario, 2) persistieron el fraude y la coercion, 3) la fragmentacion del flanco opositor y 4) el grado de atraso de la sociedad. En Mexico, ninguna de estas razones por si sola puede explicar el triunfo del PRI. En primer lugar, su candidato a la Presidencia ha estado claramente identificado con la fraccion tecnocratica de la burocracia politica que ha gobernado a este pais durante los ultimos 12 anos. No obstante, es un hecho que entre esta fraccion, hoy hegemonica dentro de la clase gobernante y la tradicional clase politica priista, media un abismo, es decir, el cambio en la clase gobernante ocurrio antes de que se realizaran elec ciones democraticas. Esta eleccion que por primera vez puede reclamarse democratica, lejos de ser la oportunidad para que la poblacion volcara su reprobacion al regimen priista, resulto ser ocasion para que manifestara su respaldo a la gestion salinista, pero no a la manera aclamatoria de los tiempos pasados, sino en el contexto de una critica clara que se expreso en la mitad de los votos emitidos, lo cual constituye una situacion novedosa en nuestro panorama politico. A pesar de que persisten dudas entre la pulcritud del proceso de 1994, existe un acuerdo bastante generalizado en el sentido de que en esta eleccion de 1994, el fraude y la coercion sobre el votante que fueran rasgos propios del sistema electoral mexicano, se redujeron al punto de no poder afectar a los resultados. Esto no quiere decir que se eliminaran las practicas injustas y las condiciones inequitativas de competencia entre los partidos que ciertamente le facilitaron las cosas al PRI, pero la inequidad no es lo mismo que el fraude. Con estas mismas condiciones, los partidos de gobierno estudiados por Huntington que al igual que los priistas confiaban que ganarian la contienda, la perdieron. Otro factor explicativo sobre la falta de alternancia es el relativo al nivel de desarrollo de la sociedad en la que se realizaron elecciones libres. Si convenimos con Huntington que las clases medias urbanas son la fuerza principal que impulsa la transicion a la democracia, y vemos como se extendio el apoyo electoral del PRI por todo el pais, tampoco podemos concluir que su triunfo se deba al atraso de la sociedad mexicana. Es cierto tambien que en muchos de los casos de transicion por la via de la alternancia, la derrota del partido en el poder se dio a partir de la conformacion de una coalicion opositora que englobo a diferentes y hasta contrapuestas corrientes politicas, y que en nuestro pais la legislacion electoral practicamente habria requerido que al menos los dos principales partidos de oposicion compartieran una misma postura antigobiernista, lo cual no ocurrio, al menos en este 1994. Algo que distingue a nuestro proceso de transicion es que este ha estado lejos de resolverse en una eleccion, aun cuando la esfera electoral ha sido central para dicho proceso, y los comicios de 1994 fueron particularmente importantes por la cantidad de reformas y acuerdos politicos que se realizaron para dotarlos de una mayor certeza. En este sentido, el tiempo parece haber sido un buen aliado del regimen priista porque en su momento, 1988 aparecio como la eleccion parteaguas, en la que se conjugaron las condiciones mas criticas para el gobierno saliente y el surgimiento de un polo opositor con aliento articulador de la fuerza opositora. Seis anos mas tarde, la presion de la oposicion logro que mejoraran las condiciones de competencia, pero el antigobiernismo se habia acotado. En todo caso, lo que parece indiscutible es que la via electoral ha cobrado cabalmente carta de naturalizacion como fuente de legitimacion del poder en Mexico y las elecciones son la forma de operar de las democracias. .