SECCION ESPECTACULOS PAGINA 35 BALAZO: ELECTRIZANTE JAZZ LATINO CABEZA: CONCIERTO DE UN CHAMAN LLAMADO EDDIE PALMIERI CREDITO: SERGIO MONSALVO C. "La musica es un palacio de cueros y metal/ Sentimiento y soporte/ Armazon y sentido./ Su escritura va armando el edificio/ con signos que nunca se repiten./ La musica es una construccion de cal y sombra/ con la exactitud del agua que emborracha." Asi fue la interpretacion que de ella hizo el octeto de Eddie Palmeri en la Sala Nezahualcoyotl durante una noche de viernes con lluvia de perros. Presagio de atmosferas candentes, de voluptuosidades errabundas. Jelly Roll Morton lo profetizo: "Si no sabes incl uir tintes latinos en tus melodias, no lograras nunca condimentar adecuadamente al jazz". Dicha premonicion ha rebasado sus limites en menos de un siglo. Un eterno joven "tumbateclas" olvido la sutileza en los cambios y con radical espiritu transformador ha coloreado el genero al frente de apostoles como el trompetista Brian Lynch, el saxofonista Donald Duck Harrison, el trombonista Conrad Herwing, y con arreglos anclados por una alucinante seccion ritmica: Richie Flores en las congas, Jose Clausell en los timbales, Eric Velez en los bongos y Johnny Benitez en el bajo. Para ellos hay musica escrita, pero los solos corren por su cuenta, libres. Lo que Palmieri ha hecho con su linea frontal (la seccion ritmica) le ha dado flexibilidad al fuego; nueva fuerza a lo que el percusionista Chano Pozo hizo en los cuarenta, cuando Mario Bauza lo presento con Dizzy Gillespie. El hecho significo desterrar por siempre las restricciones al jazz. El concepto de Eddie Palmieri, a su vez, sienta el precedente de como extender el genero hacia patrones ritmicos increibles: un menage a tr ois de culturas sustanciales. Asimismo, los metales de Palmieri no se limitan a encajar con estructuras hechas, las voces de los ritmos los impulsan hacia insospechados niveles de improvisacion. El saxofonista Harrison, por ejemplo, emergido del jazz de Nueva Orleans, modifica sus modulaciones para encajar sabrosamente en los aspectos ritmicos afrocaribenos que predominan. El esfuerzo se nota, ha ensanchado sus enfoques. La clave ritmica se convierte en algo natural a lo que confluir. Los metales ocupan el lugar de los cantantes de form a interactiva. Al escuchar todos los ritmos manejados por Palmieri, el bongo, las tumbadoras, el bajo, el piano, todo se vuelve importante y obliga al escucha a abrirse, como en rito primigenio. (Un integrante del publico no aguanto mas y se paro a bailar desenfrenadamente en la parte alta del coro, de forma liberadora.) Los patrones pasados en corcheas y tresillos en la misma linea evocan a Charlie Parker. A Palmieri, entonces, habria que definirlo como el Senor Libertad. Le interesa la musica y escucha a sus musicos, co mo lo hicieron Art Blakey y Duke Ellington: en elllo radica el concepto del jazz, en descubrir el sonido que se desarrolla en forma natural. En esa sala la musica de Eddie lo abarco todo. En su piano, salido del estilo latino clasico, percibo a Monk en la capacidad que tiene para improvisar sin traicionar la estructura general, mientras el bajo de Johnny Benitez mantiene el ritmo explorando con disciplina. Asi, en el jazz latino de Palmieri todos sus musicos son percusionistas, incluyendo al solista en el metal. Ello da a su concepto un sentido moderno, poderoso y convincente, pero sobre todo de aplicaciones universales. Con su actual formato, los recursos musicales parecen no tener limites, como el sombrero de un mago; y aunque parezca el mismo de cualquier grupo latino tradicional, en el sentido de que el solista toca sobre el patron montuno, sin embargo, el ha desarrollado una forma original de mantener en pleno juego a todos sus elementos, agregando siempre algo a las formas tradicionales. Con cada descubrimiento al publico Eddie se va excitando mas, hasta que al final de su presentacion la euforia ya no le cabe en el c uerpo y corre hacia el centro del escenario para saltar y brincar incontenible, como un nino que le ha mostrado algo nuevo al mundo: Eddie el Maravilloso arranca asi la ovacion de un publico noqueado. Cabe hacer mencion, por otra parte, de la participacion del trio Nery-Bernal-Cardenas. Valio la pena por sus estimulantes interpretaciones a piezas de Dave Brubeck y aportando expresividad con temas de su autoria como D. F., 3 A.M. y A Mario (de Bernal), asi como Ancestros y Paliacate (dedicado al pueblo de Chiapas, de Enrique Nery). Estos tres musicos aprovecharon la vitrina -ahora si- para exponer nuevas composiciones. La noche, asi, resulto redonda. .