SECCION CULTURA PAG. 31 CREDITO: HERNAN BECERRA PINO BALAZO: Oscar Oliva, poeta CABEZA: SUMARIO: Los ninos zoques me ensenaron a usar la imaginacion, a ser imaginativo, a ser la imaginacion misma Oscar Oliva nace en la ciudad de Tuxtla Gutierrez en el ano de 1937. Ha publicado: La voz desbocada, Aspera cicatriz, Estado de sitio(Premio Nacional de Poesia 1971) y Trabajo ilegal. Este escritor nacido en Chiapas, junto con Juan Banuelos, Eraclio Zepeda, Jaime Labastida y Augusto Shelley, formaron el grupo llamado La Espiga Amotinada, que ha sido el ultimo de los grupos poeticos existente en Mexico. El poeta Oliva ha sido marcado por los mitos y las historias de Chiapas Empecemos la entrevista por la infancia de Oscar Oliva, y de esta relacion con el paisaje y mundo mitico chiapaneco. Entre tantas cosas que es la poesia, tambien es la memoria de la imaginacion. La poesia es lo que se imagino en un momento dado, lo que se ha venido acumulando en nuestros suenos, del crecimiento de la vida de uno mismo y que despues, pasados muchos anos, surge, es decir, se recuerda lo que se imagino. Mi vida de nino en Tuxtla Gutierrez estuvo cruzada por muchos caminos y paisajes de la imaginacion. Frente a mi casa, en la esquina de ella y a su lado, vivian familias zoques y en los patios me reunia con es tos ninos a jugar y a imaginar; todos nuestros juegos eran de la imaginacion. Estos ninos zoques me ensenaron a usar la imaginacion, a ser imaginativo, a ser la imaginacion misma. Estos juegos eran verdaderamente sorprendentes y de alguna manera estos ninos me iban transmitiendo lo que ellos habian aprendido de sus padres y de sus abuelos, es decir, todo un mundo mitico expresado a traves de los cuentos que me transmitian. Eran cuentos actuados, en que los personajes eramos nosotros y no solamente eso, sino que tambien habia personajes invisibles, pero que sin embargo sabiamos tocar; sabiamos vivir con estos personajes invisibles. ¨De donde nace ese amor tan grande a Chiapas? -El amor a Chiapas, el amor a todo lo que se va dando en mi infancia y en mi adolescencia se da tambien a traves de mi abuelo, don Hermelindo Oliva, quien era un incansable viajero; pero un viajero que jamas salio de Chiapas. En alguna ocasion llego, tal vez, a Quetzaltenango y llego, quiza, cerca de la ciudad de Guatemala. El viajaba mucho por San Fernando, por San Cristobal de las Casas, por Comitan, por Tapachula, por Ocosingo. Iba en busca de quien sabe que amores. Y en todas estas correrias del viejo L indo Oliva que hacia siempre montado en una yegua de muy ligero paso y alegre trote, llegaba a las rancherias y a los pueblos mas pequenos de Chiapas. Y cuando mi abuelo regresaba a la casa montado en su yegua, mi padre, mi madre y mis hermanos lo esperabamos con risas y gritos de alegria, nos sentabamos alrededor de el y entonces don Hermelindo Oliva empezaba a contarnos sus aventuras que tenian mucho que ver con las aventuras de Don Quijote de la Mancha, porque mi abuelo fue un gran lector del Quijote. Mi abuelo muy sabiamente, unicamente leyo un solo libro en toda su vida y este libro fue El Quijote. Asi pues, mis hermanos y yo lo escuchabamos verdaderamente arrobados, lo escuchabamos con un gran entusiasmo, pues al ir contando el gran viejo sus aventuras en Soyalo, en Bochil, estas aventuras estaban totalmente relacionadas con las aventuras de Don Quijote de la Mancha. Nos contaba ese libro. El vio a Dulcinea del Toboso banarse en el rio Jatate hermosamente desnuda, como una piedra desnuda, decia el; el v io y platico con el cura y el barbero, tomo unos tragos con el valiente vizcaino, el tuvo una aventura con la hermosa morisca; el vio la injusticia del gobierno, de los finqueros y de los grandes comerciantes en contra de los indios chiapanecos, y como Don Quijote fue con su lanza a todos los molinos de viento de la injusticia. Y todo esto nos los iba platicando. Y todo eso nos los iba diciendo con una voz que parecia salir de la cueva de Montesinos. Yo en ese momento tenia cinco o seis anos y cuando me man daban a la cama o me iba a dormir seguia escuchando las palabras de mi abuelo. Entraban sus palabras a mis suenos y en esos suenos continuaba yo las aventuras de Don Quijote de la Mancha. Al otro dia, junto con mis amigos, los ninos y ninas zoques jugabamos al Caballero de la Triste Figura, jugabamos a ser el caballero de los Espejos, jugabamos a ser el Caballero de los Leones, jugabamos a encender de nuevo la imaginacion. Y la imaginacion de esos ninos ya no era unicamente la imaginacion de sus mitos y ley endas, sino que era la otra imaginacion, los otros mitos que nos llegaban de Espana a traves de los labios de Don Hermelindo Oliva. -¨De donde llegaron los Oliva a Chiapas? - Mi abuelo nos daba diversas versiones de este viaje, tal vez un viaje muy largo que realizaron algunos hombres que se apellidaban Oliva, que llegaron de tierras lejanas y se asentaron definitivamente en Chiapas. Te digo que son varias versiones, segun el animo del viejo Hermelindo que tuviera en el dia en el que nos los estuviera platicando; el viejo socarron se moria de risa cada vez que inventaba la historia de como nuestros antepasados llegaron a Chiapas; probablemente algunas de estas historias era la verdadera, yo no lo se. A veces, nos decia que habian llegado de la ciudad de Oliva, Valencia. A veces, nos decia que habian llegado de Oliwa, ciudad de Polonia, cerca de Gdansk. Pero te voy a decir una version que cuando lo platicaba el abuelo, sus nietos veiamos su rostro y veiamos en su rostro la verdad, veiamos que sus ojos se iluminaban y que sus labios temblaban un poco. El nos decia que un hombre, de nombre Francisco Cavalcanto, un florentino que habia llegado tras muchos anos de viaje, tras muchos anos de caminar a caballo, tras muchos anos de barcos, carretas, tras muchos anos de ir viendo el cambio de las estaciones en diversos pueblos de la tierra, este hombre llego a Espana, a Badajoz, vivio ahi mucho tiempo y formo familias; tuvo muchas mujeres e hijos. Por quien sabe que circunstancias de espadas y amores, este tal Cavalcanto huyo y llego a Cuba, donde tambien tuvo otras mujeres y otros hijos. Don Francisco Cavalcanto llego a Tapachula, a Frontera y, seguramente, decia mi abuelo sonriendo, el h ijo de puta tambien tuvo muchas mujeres y muchos hijos. Al llegar a Chiapas por el rio Grijalva, en algun lugar de la ribera de Cupia este hombre fue amenazado de muerte por un comerciante de camino; tuvieron un duelo; el comerciante chiapaneco fue muerto y Cavalcanto tomo el sombrero y el arma del rival y se los apropio; pero no solamente se apropio del sombrero y del arma del rival sino que se apropio, decia mi abuelo, tambien del nombre: Telesforo Oliva. Este personaje, este nuevo Oliva, este hombre que iba estrenando nombre llego a San Cristobal y como tantos que llegaban a esa ciudad a principios del siglo XVIII, quien sabe porque razones del destino llego vestido de cura, se hizo amigo del obispo de San Cristobal como cura alla en la iglesia del barrio de los mexicanos. Este hombre tuvo hijos, y el bisabuelo y el abuelo de mi abuelo nacieron en San Cristobal. Y asi fue como se fue extendiendo la familia Oliva por diversas partes de Chiapas. Nosotros no veniamos de la familia Oliva de San Cristobal, noso tros veniamos de otra rama, de la rama de los Oliva de Suchiapa; hombres energicos, hombres muy bien plantados, hombres de campo y de a caballo. -¨Platicanos sobre el ultimo libro que acabas de publicar? - El Instituto Chiapaneco de Cultura, que dirige mi querido amigo el antropologo Andres Fabregas Puig y la editorial Papeles Privados reeditaron mi libro Trabajo Ilegal, con diecisiete esplendidos grabados de Jesus Martinez, viejo amigo de tantas aventuras poeticas y politicas. Al releer mi libro me di cuenta que mi poesia esta cargada de violencia, que esta construida sobre andamios de colera, como si fuera una suma de destrucciones y no de edificaciones. Y me pregunte:¨como es posible que halla escrito co n tanta furia todo esto, por que escribi paginas y paginas con tanta angustia, con un lenguaje que pareciera ser la alteracion del propio lenguaje y de la realidad? Y me di cuenta que yo no era el colerico, sino que esta colera venia de la propia existencia, del tiempo en el que nos movemos. Tal vez venia de una parte de la historia del pais, del alma y de la carne del pais, de la huelga de los mineros de Nueva Rosita, de las huelgas de los ferrocarrileros de 1958-59, del asesinato de Ruben Jaramillo y de s u familia, del movimiento estudiantil popular de 1968, de la matanza del 10 de junio de 1971, de las guerrillas de Genaro Vazquez Rojas y de Lucio Cabanas, de tantas muertes y de tanta represion en Chiapas, donde naci, donde fue enterrado mi ombligo. .