SECCION ESPECTACULOS PAG. 44 BALAZO: PRIMERA LECTURA CABEZA: ¨Por que tantos monologos? ¨fenomeno de crisis? CREDITO: MALKAH RABELL Ningun genero escenico es mas dificil ni requiere actores tan preparados como el monologo; porque ninguna actuacion es tan compleja en esa soledad del foro, durante una hora o mas, ante un publico que es menester entretener solo con su propio arte y su propia presencia sin contar con el apoyo de una historia, de una accion, de un argumento multifacetico ni de varios colegas. Desde luego, hay varias categorias de monologos: el que ofrece una sola presencia; otro que se introduce en el drama y deja al interprete consigo mismo, hablando solo. De este ultimo dice Patricio Pavis en su Diccionario del Teatro: "Por el hecho de ser considerado como antidramatico, el monologo esta frecuentemente limitado y reducido a algunos usos indispensables. Se le reprocha la inverosimilitud, ademas de su caracter estatico y aburrido, pues el hombre solo no se lo concibe hablando en voz alta. Toda r epresentacion teatral de un personaje que confia sus sentimientos a si mismo sera facilmente ridicula, vergonzosa y siempre irreal e inverosimil. Asi el teatro realista o naturalista no admite el monologo sino cuando es motivado por una situacion excepcional (sueno, sonambulismo, ebriedad, efusion lirica). En los otros casos, el monologo revela al artificialidad de la representacion teatral y el papel de las convenciones para el buen funcionamiento del teatro. Ciertas epocas no preocupadas por la reproducio n naturalista del mundo se acomodaban muy bien al monologo (Shakespeare, Calderon, el Sturm und Drang, el drama romantico, etcetera)". El mas dificil de los dos estilos es indudablemente el monologo solitario, en el que el actor ha de narrar los hechos y a veces hasta imitar una multiplicidad de voces. Como lo hizo Cesar Castro en El Mio Cid. En Mexico hemos tenido un gran actor que supo mantener durante 25 anos el interes del publico con el mismo monologo, que tenia la ventaja de representar la voz de un demente. Me refiero a Carlos Ancira en El diario de un loco, de Gogol. Y hay muchos mas, excelentes, como Guillermo Murray en su interpretacion de Oscar Wilde, Enrique Rambal, en Bandera negra; Emma Teresa Armendariz en La segunda dama o Carmen Montejo en Deborath. Mas todos ellos son casos aislados. Pero he aqui que en los ultimos tres o cuatro anos el monologo empezo a surgir y a crecer como hierba salvaje. Parece increible la cantidad de actores a menudo absolutamente desconocidos y con frecuencia muy jovenes que se han acercado a este genero tan terriblemente dificil y exigente. Y surge la pregunta: ¨a que se debe semejante fenomeno? Desde luego, se necesita gran cantidad de datos y el trabajo de un equipo profesional para contestar esa pregunta. Yo no puedo hacerlo. No obstante, no creo que tal fenomeno surja por felices circunstancias del crecimiento del teatro nacional, como lo juzgan algunos optimistas, tal vez mas por razones personales que por conviccion. Lo veo mas bien como un doloroso problema economico. Ultimamente ha llegado al teatro una corriente de nuevos actores, que ni siquiera han estudiado, y han buscado el escenario por falta de trabajo, victimas del desempleo. Y ahi estan los monologos salvadores. "Si no encuentro trabajo entre un colectivo, pues voy a subir al escenario con poemas o un monologo". Un monologo cuesta menos que una representacion, no se necesitan mas actores. Desde hace muchos anos los productores del mundo entero han exigido a los dramaturgos obras con muy reducido reparto. Sobre todo se pedian dos interpretes. Pero tambien para las obras de dos personajes se necesitan actores excelentes; el publico paga y exige. Para el fenomeno de los monologos, cada dia mas numeroso, es dificil encontrar remedio, y solo podemos, por el momento, constatar que es un problema eminentemente economico y de ninguna manera artistico, lo cual nos entristece por todo lo que conlleva. .