SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: Una nota personal CREDITO: Rolando Cordera Campos En los primeros anos del Programa, y tal vez como una primera e intuitiva reaccion ante la velocidad con que caminaba Solidaridad, varios consejeros empezamos a cultivar la idea de una politica social de Estado, como necesaria y deseable desembocadura del esfuerzo iniciado en diciembre de 1988. Hoy, pienso que ese planteamiento puede hacerse con plena seguridad, con la conviccion de que se trata de una necesidad nacional, politica y economica. La magnitud del reto de abatir sustancialmente la pobreza extrem a, aunado al otro mayor de construir una sociedad con una buena calidad de vida para todos, puede apreciarse ahora con mayor rigor y parsimonia. No pasaron en balde seis anos de continuado esfuerzo y compromiso por parte del presidente y los funcionarios y operadores del Programa, asi como de las comunidades y grupos sociales involucrados. Hoy podemos decirlo tajantemente: o comprometemos de modo explicito y concreto al mayor numero posible de organismos politicos y sociales del pais, en las tareas y decisiones de Solidaridad, o el continente ominoso y oprobioso de la pobreza extrema seguira con nosotros, siempre listo para crecer y desbordarse. Para ser una politica de Estado, la nueva politica social a que ha abierto paso Solidaridad tiene que involucrar activamente a partidos y sindicatos, organizaciones privadas de todo tipo y grupos de a ccion ciudadana de la mas variada inspiracion. Tiene tambien que inscribirse de una vez por todas en los trabajos y los dias de nuestro Congreso de la Union, y desplegarse en la geografia politica de Mexico, a traves sobre todo de los otros organos colegiados representantivos que dan sentido a la Republica: los congresos locales y los ayuntamientos. Por ultimo, pero no al ultimo, el caracter estatal de la politica social seguira dependiendo en alto grado de que se mantenga y extienda la voluntad participati va de las comunidades, que Solidaridad mostro como una cualidad vigente, dinamica y emocionante de grandes grupos de mexicanos. Pienso que se ha logrado sentar una muy importante base institucional para avanzar en esta direccion. En la Secretaria de Desarrollo Social hay ya unas capacidades organizativas y tecnicas, una memoria colectiva y una disposicion al compromiso con los metodos y principios de Solidaridad que nos permiten imaginar con realismo la construccion de nuevas vertientes de accion y vision gubernamentales. Y mas alla del gobierno, en miles de pueblos y colonias, en empresas colectivas y esfuerzos individuales de los pobres y los mas pobres, puede detectarse sin necesidad de inventar nada, con solo compartir con ellos una hora o dias, una disposicion efectiva, duradera y por ello alentadora, para hacer las cosas de manera diferente, como lo ha propuesto Solidaridad. La agenda que puso en movimiento el Programa, puede y debe ampliarse y volverse mas compleja, mas demandante a la vez que mas promisoria. Quizas sea esta la mejor manera de honrar la memoria de Luis Donaldo Colosio, quien compartio con nosotros muchos desayunos y visitas de trabajo, ahora inolvidables, y nos dio muestras mil de un compromiso profundo, riguroso y tranquilo, por ello tambien esperanzador, con los propositos de una justicia social efectiva y consistente para el Mexico de hoy y del futuro. .