SEC. INF. GRAL. PAG. 15 CINTILLO: TORRETA CREDITO: FRANCISCO REYNOSO Javier Coello Trejo es, no cabe duda, un hombre con suerte. Algunos de los que fueron sus colaboradores cercanos en la Policia Judicial Federal estan en la carcel o profugos. Guillermo Gonzalez Calderoni es solo uno de ellos. El otrora "Fiscal de Hierro", en cambio, ni suda ni se acongoja. Permanece en su residencia de Villa Coapa en absoluta tranquilidad, pese a que no son pocas las acusaciones que se le han hecho por infinidad de tropelias. Una de esas imputaciones se hizo formalmente en la Comision Nacional de los Derechos Humanos. Luego, a recomendacion de esta, la Fiscalia de Delitos Cometidos por Servidores Publicos abrio el expediente 2710/SC/90 para investigar los hechos. El tiempo transcurre y, segun parece, el caso esta olvidado. La buena estrella de Coello, aun cuando ya no esta en el candelero, sigue brillando. La denuncia en contra del ex subprocurador de la PGR la formulo Eduardo Romero Leyva, sobrino del ex comandante de la Direccion Federal de Seguridad, Rafael Chao Lopez, con quien Coello tiene una aneja enemistad. Lo acuso de haberlo encarcelado ilicitamente del Reclusorio Oriente, de torturas y secuestro. Romero senalo como ejecutores de los hechos a los agentes de la Policia Judicial Federal, Manuel Aguirre Becerril, Guillermo Trevino Peralta, Joaquin Salvador Galvan, Pedro Martinez Guerrero y al comandante Juan Manuel Pozos Garcia. Este ultimo fue asesinado tiempo despues en las faldas del Ajusco. La historia, segun el expediente "dormido", se inicio el jueves 29 de junio de 1989. Eduardo Romero fue detenido en la bodega R 160 de la Central de Abasto. Se le acuso de trafico de frutas. El 1 de julio fue consignado por el delito de contrabando y su equiparable, al juzgado segundo de distrito en el Reclusorio Oriente. A las nueve de la noche de ese dia ingreso a ese penal. La consignacion se sustento en la averiguacion previa 2909/D/89.Cinco horas despues, Eduardo Romero fue sacado del reclusorio por los agentes de Coello Trejo, segun denuncio. El entonces subprocurador se comunico telefonicamente con las autoridades del penal, para pedir al indiciado. Romero Leyva fue llevado a los separos de la Judicial Federal en la calle de Lopez, y alli se le torturo para obligarlo a firmar una declaracion. En el documento, que no leyo, aceptaba su participacion en el trafico de cocaina e implicaba a su padre, Fausto Romero Lopez y a su tio, el ex comandante de la DFS, Rafael Chao Lopez. Permanecio varios dias en los separos, de facto, secuestrado. El 4 de julio, con la averiguacion previa 2767/D/89 fue consignado, por segunda ocasion. Esta vez se le envio al juez tercero de distrito en materia penal del mismo Reclusorio Oriente. El cargo fue por delitos contra la salud en sus modalidades de posesion, transportacion y exportacion ilicita de cocaina. El 7 de julio, seis dias despues de su excarcelacion, se le puso a disposicion del juez tercero. Rindio su declaracion preparatoria y horas despues se le dicto auto de formal prision. No se podian dejar cabos sueltos. Toda la decumentacion correspondiente a la consignacion por el contrabando de frutas fue sacada del juzgado segundo e incluso de las oficinas juridicas del Reclusorio Oriente. Pero como en las carceles todo se consigue con dinero, Eduardo Romero Leyva obtuvo una copia del expediente perdido y remitio una copia, adjunta a su denuncia, a la Comision Nacional de los Derechos Humanos, misma que la hizo llegar a la Fiscalia de Delitos Cometidos por Servidores Publicos de la PGR. De la investigacion en la Procuraduria se hizo cargo Juan Manuel Bracamontes. Poco despues fue sustituido en la Fiscalia y de la investigacion, que se inicio con mucha enjundia, nada se sabe. Javier Coello Trejo, no cabe duda, es un hombre con suerte. .