SECCION ESPECTACULOS PAGINA 39 BALAZO: QUE BONITO ES CASI TODO CABEZA: LA LUPITA: EN LA FLOR DE LA EDAD CREDITO:OSCAR SARQUIZ F. Noche de jueves en el esplendido "nuevo" antro rockero en que han convertido, bravo, bravo, el ora si que tradicional y remiso espacio del Salon Mexico, y la ocasion debiera suscitar tumultos que providencial y egoistamente no acontecen. Hay quien culpa de la feliz falta de quorum fanatico a su disquera, aunque se ve, se siente que Culebra esta (a su propia serpenteante manera) presente en el lanzamiento oficial del nuevo y mejorado segundo album de La Lupita, el unico grupo de rock mexicano nacido mani fiestamente "para servir a uste". Siendo que los cinco esforzados lupenses (Rosa Adame, voz y evoluciones; su pareja vocal y febril animador Hector Quijada; el fiero y certero guitarrista Lino Nava; su no menos diestro vecino de abajo, el bajista Poncho Toledo; y el muscular baterista Bola Domene) han consolidado a traves de larga campana de eventos proselitistas (el termino se antoja idoneo en vista de su inigualada capacidad de convocatoria moshera y el caracter eminentemente participativo de sus rolas coreables) un consenso que ya querri an varios candidotes para sus cierres aunque sean de braguetas, resulto extranamente conveniente que el amplio local no estuviese atestado. Pero este segundo debut de una Lupita que da de nuevo la cara al ambito rockero con la franca sonrisa de quien supera y no repara en estereotipos esteticos sistematizados y cuadrados como tubo catodico -con coquetos molotitos capilares duplicados en escena, eco de Minnie Mouse, por la cada vez mas certeramente histrionica Rosa, literalmente resplandeciente en minivestido iridiscente, mallas resplandecientes y unos calzones blancos con encajes que mostro generosamente saldando pendientes fiebres puberes- es aun otra ocasion de jubilo para quienes estamos sintiendo en timpano propio el evidente, constante y consistente estiron del rock mexicano a estaturas cada vez mas aplaudibles. Hubo, hay que reconocerlo, una deficiente mezcla sonora que velo las enormemente mejoradas letras lupisticas (a las que suma significante aportacion el electroludita operador del procesador de palabras mas lirico de nuestras paginas rockeras, X. Velasco) y menguo -pecado irredimible- la potencia que se les puede apreciar plenamente e n Que bonito es casi todo, el fonograma echado esa noche a rodar. Reservandonos la oportunidad de comentarlo a plenitud, su audicion cursiva revela un palpable crecimiento que ha hecho de aquella flaquilla esmirriada de no ha mucho una hembra bravia y exuberante, no carente -sorpresa!- de insospechadas sutilezas; y ahi radica la unica injusticia palpable autoperpetrada esa noche: atipica, inexplicablemente, los lupitos apostaron a la baza facil de darle preponderancia al conocido y gustado material de su previo debut fonografico, y privilegiaron la fuerza bruta de su pot encia slamogena por sobre de las admisiblemente mas riesgosas nuevas e inesperadas direcciones en que ha crecido esta, indiscutiblemente una de las agrupaciones mas esforzadas y provechosas de nuestro rock autoctona. Obviamente que su banda reacciono con certeza pavloviana ante exprimidoras de adrenalina como Jalando imecas y su taquicardiaca version de Contrabando y traicion, pero la superior creatividad que despliegan en sucesoras como Adrenalinazo y su atinado rancherrock Me cae nos dejo a varios deseando que hubiesen relegado los exitos que regaron profusamente a lo largo de la corta noche a su justo rol de encores y se la hubiesen rifado en cambio con su bravura consustancial en l a orgullosa y plena develacion de un material que los comprueba fonograficamente en la flor de su edad. Compensando las limitaciones de su opaco audio con su habitual mosso (¨mosho?) perpetuo escenico, y apoyados eficazmente por una joven (y visiblemente regocijada) seccion de tres metales, saxo, trombon y trompeta, que logro la proeza menor de navegar sin titubeos la travesia por rapidos ritmicos que son sus canciones (especialmente el nuevo material, que revela insospechadas capacidades creativas), La Lupita 94, que aprovecho el significativo hito de la noche para presentar a su nuevo percusio nista se anoto un tanto a favor con el publico, que se les entrego como semental recien desatado, aunque no todos en la febril licuadora del esporadico mosh. Sin embargo, el autogol populista de ceder a la precalentura eslamera de su banda no le hizo justicia (como, insistimos, la opacidad sonora que debilito instrumentos y enmudecio vocales) a una nueva entrega musical que ratifica que, como jovenes las Lupitas de toda denominacion, esta se va poniendo mas y mas buena con los anos. Y cuando se permi ta exhibir impudicamente toda su gama emocional... aguas, machos. .