SEC. INF. GRAL. PAG. 11 CINTILLO: Gobernabilidad democratica, violencia y desigualdad en America Latina CREDITO: CABEZA: Violencia y desigualdad en America Latina ENTRETEXTO: El grupo que se siente agraviado puede explotar irracionalmente cuando se trata de un colectivo cerrado y muy interdependiente, en el que la insolidarida es practicamente impensable les, intimidadas por las hegemonicas corrientes neoliberales, dejarian campo abierto a lo que denominaba el sindrome de Sendero, la rebelion violenta y de corte milenarista. Un ano despues, el mismo autor publico un libro de amplia y notable repercusion en Estados Unidos (Castaneda, 1993), en el que analizaba la transformacion de la izquierda latinoamericana desde una doble hipotesis optimista: el abandono generalizado de la via insurreccional y la creciente aparicion de alternativas de izquierda realistas e innovadoras, que vendrian a ocupar ese espacio socialdemocrata en el continente. Y, entonces, el 1 de enero de 1994, sin tomar para nada en cuenta la existencia en Mexico d el Partido de la Revolucion Democratica (PRD), que, al menos en el razonamiento de Castaneda, seria la alternativa pacifica y democratica a la via armada, la guerrilla del Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional tomo San Cristobal de las Casas, y convirtio al Estado de Chiapas en ejemplo de insurreccion violenta. En torno al levantamiento de Chiapas hay que subrayar dos cuestiones. La primera es que parece demostrar que la accion colectiva violenta no es necesariamente consecuencia de la falta de ofertas alternativas pacificas dentro del sistema politico. La segunda es que se gano inmediatamente la simpatia de los sectores radicales de la clase media, para los que constituia una demostracion del lugar comun mencionado al comienzo: la injusticia provoca rebelion. Puede suceder que las cosas sean mas complejas. Durante varios anos, tras los violentos conflictos raciales en Estados Unidos, la sociologia tendio a explicar la violencia colectiva como una consecuencia de la frustracion de las expectativas de un grupo social. La diferencia entre lo que el grupo cree merecer y lo que en la practica obtiene se vive como una privacion relativa, frente a la que se produce la accion colectiva violenta (Gurr, 1970). Este planteamiento supone ya un matiz importante: no se preten de que el detonante de la violencia colectiva sea la injusticia en si, sino la percepcion subjetiva de la injusticia, lo que implica que, en la medida en que la opresion o la penuria sean vividas como naturales, no sera esperable la revuelta. E.P. Thompson subrayo este matiz, desde el campo historiografico: no es el hambre lo que motiva las revueltas del pan, sino la percepcion del encarecimiento del pan como una violacion de normas morales tradicionales (Thompson, 1971). Pero las teorias de la privacion relativa se mueven en un paradigma funcionalista, cuyo mejor exponente es Smelser (1962), al que se le pueden advertir dos limitaciones. La primera es que el comportamiento colectivo aparece como accion irracional, aun cuando sus origenes puedan analizarse racionalmente. La segunda (consecuencia logica de la anterior) es la de considerar que, si existen razones para la accion colectiva, esta se producira independientemente de cuales sean sus resultados esperables. Una colect ividad que se siente privada de sus derechos actuara (si es necesario violentamente) a fin de restablecerlos, aun si el precio a pagar es muy alto y las posibilidades de exito muy escasas. Desde los anos 80, por el contrario, la teoria ha basculado de forma creciente hacia explicaciones que parten de la racionalidad de los individuos (las teorias de la decision racional), y que por tanto no preven la existencia de accion colectiva violenta cuando las esperanzas de exito de la accion sean bajas y el costo previsible alto. En su formulacion mas clasica (Olson, 1965), las teorias de la accion colectiva que se mueven en este horizonte tienden a considerar toda accion colectiva (incluso no violent a) como problematica, ya que en grupos numerosos la mayor parte de sus componentes tenderan a no movilizarse, esperando que sean otros quienes lo hagan, para asi obtener el resultado positivo sin esfuerzo o riesgo: este es el problema del free rider, del miembro calculador e insolidario del grupo. Aunque este problema ha dado origen a una amplia literatura, se puede reducir a efectos de esta nota a dos cuestiones: la capacidad del grupo para evitar la insolidaridad de sus miembros y el cociente riesgo/beneficio esperado. En ambas juegan un papel decisivo dos elementos: los recursos disponibles para la accion colectiva y la estructura de oportunidades para esta. El primero remite a una cuestion obvia: el descontento siempre existe en cualquier sociedad, pero solo se traducira en accion colectiva si lo s descontentos cuentan con recursos organizativos y comunicativos que les permiten desafiar al poder establecido, para derrocarle o negociar con el. Este planteamiento se denomina normalmente teoria de la movilizacion de recursos (McCarthy y Zald, 1977). En efecto, el grupo que se siente agraviado puede explotar irracionalmente cuando se trata de un colectivo cerrado y muy interdependiente, en el que la insolidaridad (el fenomeno del free rider) es practicamente impensable, pero una accion sostenida contra el orden existente exige recursos de sancion moral y recursos materiales para sostener el enfrentamiento. Ahora bien, estos son los recursos que pueden aportar a los oprimidos los miembros de la elite, y en particular, la intelligentsia, los expertos en c omunicacion y organizacion carentes del poder economico propiamente dicho. Asi aparece una nueva condicion de posibilidad para la insurgencia: la division de la elite y la toma de partido de una parte de esta a favor de los agraviados. Por supesto, este es un razonamiento similar al mas clasico de Lenin sobre la vanguardia revolucionaria, pero no por ello debe darse de lado. Antes de volve sobre esta cuestion conviene resumir el segundo elemento del razonamiento: aumentaran las posibilidades de accion colectiva violenta cuando la estructura de oportunidades sea tal que la accion participativa no sea una via prometedora y el riesgo de la accion no sea definitivamente alto. Se puede argumentar entonces que bajo regimenes semirrepresivos ser a mas probable la protesta violenta (Muller, 1985). Pero se puede anadir que tambien lo sera cuando, existiendo un regimen democratico, haya areas en las que la participacion sea ineficaz o imposible en la practica: areas semirrepresivas(1). La estructura de oportunidades remite al calculo coste/beneficio. Los recursos disponibles, en cambio, remiten a la vez a este calculo y al problema del free rider. Para que sea posible la accion colectiva no solo es preciso que el grupo cuente con recursos para desafiar al poder establecido, sino tambien con recursos de sancion moral y de redistribucion material respecto a sus miembros. La comunidad tradicional, con una alta densidad de relaciones morales y materialistas, configura una identidad colectiva y una unidad de subsistencia en la que es practicamente inviable la estrategia del free rider. Pero la posibilidad de la accion colectiva en grupos no tradicionales exige la creacion deliberada de recursos "comunitarios", que refuercen moral y materialmente la identidad colectiva. En el planteamiento de la movilizacion de recursos se parte a menudo de una situacion en la que es posible la participacion democratica, y lo que se trata de explicar es la actuacion estrategica de actores (movimientos) sociales que compiten por la obtencion de bienes publicos. En estos casos ya resulta de gran interes la figura del empresario politico er valer sus demandas. Este seria evidentemente el caso del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, en los anos 60. Incluso en este caso, sin embargo, es evidente que el marco democratico coexistia con una amplia zona de sombra sobre los derechos de los negros en los Estados del Sur. Cuando la estructura de oportunidades es simplemente la propia de los regimenes semirrepresivos, el papel del empresario politico es aun mayor, pues el riesgo de la accion colectiva es mas alto. Los activistas de los derechos civiles podian acudir al gobierno federal, incluso si el clima no era muy propicio(2). En el Vietnam colonial no existia tal posibilidad. ¨Como se explican las revueltas campesinas en Vietnam contra el poder frances hasta la victoria del Viet Minh en Dien Bien Phu? De los elementos mencionados antes se deducen varios problemas: el primero es la obtencion de los recursos morales y materiales para crear una identidad colectiva capaz de emprender la accion violenta; el segundo es la acumulacion de los recursos precisos para desafiar con exito al poder colonial. Si la teoria es correcta, se requiere la existencia de empresarios politicos. En efecto, las comunidades campesinas en Vietnam se hallaban en un estado de relativa descomposicion por la aparicion de la administrac ion francesa, la actuacion de los mecanismos de mercado y la mediacion de elites locales que debilitaban la autoorganizacion campesina en funcion de sus intereses mercantiles o de sus vinculos con la autoridad colonial. Samuel Popkin (1979, 1988) ha desarrollado un convincente analisis de las revueltas campesinas en Vietnn dentro del marco teorico de la decision racional, subrayando el papel de los empresarios politicos. A su juicio, el clero catolico indigena y las sectas budistas Hoa Hao y Cao Dai habrian sido los primeros empresarios politicos que reorganizaron las comunidades campesinas hasta dotarlas de los recursos necesarios para la accion colectiva violenta, los rasgos que destacan de estos empresarios politicos so n fundamentales para distinguir esta figura de la concepcion leninista clasica de la vanguardia revolucionaria, y mas aun de su precedente polulista (narodnik). El exito del empresario politico depende, en primer lugar, de su caracter no episodico o instrumentalizador, y, en segundo lugar, de su capacidad para aumentar los recursos del grupo. Se trata de gentes que se establecen en la comunidad, comparten sus problemas y les buscan soluciones. Mejorando los regadios, los metodos de siembra o de reparto de la cosecha, creando servicios elementales de educacion y salud, los empresarios politicos incrementan los recursos comunitarios objetivamente, para despues desafi ar a las elites locales como obstaculos para estas mejoras en la vida contidiana de los campesinos. El hecho de que hayan obtenido resultados materiales les dota de autoridad moral. La comunidad erosionada por el mercado y la autoridad colonial (a traves de la elite local) se reconstituye ahora con recursos materiales y morales propios derivados de la capacidad organizativa y comunicativa de los empresarios politicos. Esta acumulacion de recursos, y la red comunicativa que establecen por su caracter supralocal, les permiten, en una segunda fase, poner en pie una rebelion global contra el poder estatal. Si el analisis de Popkin es correcto, la tradicion comunitaria en Tonkin y Annam (fr ente al reciente asentamiento capesino en Cochinchina, es decir, Vietnam del Sur), mas la accion de los protoempresarios politicos, explicaria la victoria del Viet Minh en el norte contra la administracion francesa. (1). "Provincias o distritos perifericos respecto al centro nacional (...) crean (o refuerzan) sistemas de poder local que tienden a alcanzar extremos de dominacion violenta, personalista, (...) abierta a todo tipo de practicas violentas y arbitrarias" (ODonnell, 1993). (2) Los biografos de los Kennedy mencionan comentarios de John y Bob que sugieren que fue necesaria bastante sangre para que su vision de la agenda politica cambiara hasta el punto de apoyar la causa de los derechos civiles. Aunque tambien ofrecen una vision de Bob, en los meses que antecedieron a su asesinato, como un hombre real y honestamente convencido de la necesidad de un cambio radical respecto a los derechos de las minorias. .