SECCION ESPECTACULOS PAG. 45 BALAZO: CON EL MEXICANO CABEZA: La noche que toda la disco bailo de caballito CREDITO: ROGELIO SEGOVIANO Desde temprana hora la discoteca Coliseum, alla por el rumbo de El Toreo de Cuatro Caminos, se empezo a llenar de gente con botas, chaleco y sombrero. A la entrada, un grupo de edecanes en chorcitos de mezclilla animaban a los recien llegados a tomarse "de un jalon" un jarrito con tequila. Pocos eran los que se hacian de la boca chiquita. Era la fiesta que Discos Musart organizaba para entregar una catorcena de discos de oro y platino a uno de sus grupos mas vendedores en los ultimos cinco anos, a la banda El Mexicano, creadores del celebre baile del caballito, que inunda las estaciones radiofonicas de buena parte del centro/norte de nuestro pais y del sur de Estados Unidos. El Coliseum, adornado con papel picado, banderas tricolor y decenas de carteles de El Mexicano, parecia dar la bienvenida al mes patrio. Juegos de aros, dardos y un toro mecanico al centro de la pista completaban la escena. Integrado por Jorge Hopkins, German Roman, Francisco Vidriales y Casimiro Zamudio, y con 17 anos de carrera a cuestas, la tecno-banda El Mexicano es considerada por los programadores de radio y cronistas gruperos como la segunda mejor agrupacion exponente de este singular estilo musical, solo detras de la Banda Machos, de Jalisco. Luego de una espera prolongada -tal vez motivada porque no dejaban entrar a la discoteca a Casimiro, el cantante, con sus hijos-, y con el preludio de un par de relinchidos, el cuarteto El Mexicano, con estilizados trajes en blanco y azul al estilo de Bronco, aparecio en el escenario para interpretar los exitos que los hicieron acreedores a tantos y tantos discos de oro y platino, entregados por los principales ejecutivos de la compania Musart. Una a una, las melodias Mambo Lupita, No bailes de caballito, Mary la orgullosa y Ramito de violetas, la cual se esta promocionando actualmente, se dejaron escuchar en el Coliseum. Ni tardos ni perezosos, los botudos y sombrerudos que abarrotaban la disco pescaron a sus respectivas parejas y se lanzaron con todo a la pista de baile. El reducido espacio no fue pretexto para que muchos se pudieran lucir, pues a la de brinco y brinco se abrian paso entre la multitud. Claro, ya para ese momento el toro mecanico habia sido retirado del lugar. No obstante haber interpretado apenas una pequena parte de su repertorio, El Mexicano consiguio dejar satisfecho al publico que los aguardo para su presentacion en discoteca. Al final, una avalancha de admiradores les cayo encima a los sinaloenses para tomarse fotos y pedirles autografos. A la salida del Coliseum, que seguramente tendra que cambiar la duela de su pista luego del brincoteo general, un senor buscaba, afanoso, a las edecanes de chorcito de mezclilla para que le sirvieran otro tequilazo. .