SECCION ESPECTACULOS PAG. 46 BALAZO: GARGANTA PROFUNDA CABEZA: Quien le teme a Catharine MacKinnon CREDITO: NAIEF YEHYA En este espacio hemos comentado las opiniones e inquietantes ideas censoras de Catharine McKinnon, quien es algo asi como el brazo academico del movimiento procensura (mientras su colega Andrea Dworkin es el brazo militante) que se esfuerza en combatir la pornografia como si fuera el peor de los males que afligen a la mujer. Tras la publicacion de su mas reciente obra: Only Words, la profesora MacKinnon ha vuelto a ocupar un lugar estelar y regresado a la celebridad, tanto por la acida polemica que desato e n la prestigiada publicacion The Nation como por sus conferencias y esporadicas apariciones en radio y television. El 13 de marzo de este ano aparecio en la revista dominical del New York Times una conversacion entre ella y Floyd Abrams -abogado que ha dedicado su carrera a defender la libertad de expresion-, moderada por el columnista Anthony Lewis. A continuacion reproducimos una parte de ese dialogo, intentando no descontextualizar los argumentos y comentando algunos de los puntos. MacKinnon se refiere a la porno como a una forma de terrorismo, pero eso no debe extranar en una persona que afirma, sin el menor pudor, que hay publicaciones que deben ser quemadas (en vez de ser sometidas a debate). En la conversacion se refieren a un periodico estudiantil de la Universidad de Pensilvania que fue confiscado por otro grupo de estudiantes debido a que publicaron un anuncio pagado de un grupo neofascista. MacKinnon apoya la idea de purificar por el fuego aquello que ella considera una mentir a. (Curiosamente esa fue la razon esgrimida por Goebbels para quemar miles de libros en la Alemania de los anos treinta.) Anthony Lewis: ¨Estoy en lo correcto al pensar que, como usted define la coercion en la ley que esbozo con Andrea Dworkin -es decir, los materiales graficos sexualmente explicitos que subordinan a la mujer por medio de fotografias y palabras-, reprueba que una mujer participe voluntariamente en una pelicula porno ya que asegura que el consentimiento escrito no es prueba suficiente de que no haya sido obligada? MacKinnon: No, no lo esta. Si se puede forzar a una mujer para que tenga sexo con un perro entonces se le puede hacer firmar un contrato. El mero hecho de que un contrato haya sido firmado no niega que pueda ser hallada la coercion. La coercion en si misma tendra que ser probada bajo nuestra ley. (De esta manera, la profesora MacKinnon rechaza todo el orden legal y legaloide con el que se rige la sociedad. A ella no le importa que los obreros (y obreras) se vean forzados a suscribir contratos con companias que los explotan a cambio de sueldos de miseria: le preocupa que una mujer sea obligada a firmar un contrato con una empresa de video porno. Pero lo grave es que la reduce al nivel de nina o de imbecil incapaz de luchar por si misma. Afortunadamente Super MacKinnon esta ahi para salvarla de los bu itres pornografos. El orden feminista de la profesora equivale a que la mujer es un ser que no puede ni siquiera firmar si no viene ella a verificar que en realidad eso es algo que le conviene.) -Mire, su estatuto establece que las representaciones graficas de subordinacion femenina sexualmente explicitas que presentan a la mujer como objetos sexuales dispuestos a ser conquistados, dominados, violados, explotados, poseidos o usados puede dar lugar a una accion legal. La corte de apelaciones, al determinar que el estatuto es anticonstitucional, indico que libros como Ulises de James Joyce, la Iliada de Homero, poemas de Yeats, novelas de D.H. Lawrence y otras obras de arte violarian el estatuto que usted esbozo. -Eso es completamente falso. -Yo no lo pienso asi... -Esos materiales no son sexualmente explicitos... Dworkin y yo hemos definido la pornografia en terminos de lo que hace, no en terminos de lo que dice; no por sus ideas, no porque alguien mas se sienta ofendido por ella, no porque a alguien no le guste. Nada de esto tiene que ver con nuestra definicion, y nuestra accion legal tiene que ver con lo que le hace a las mujeres que estan en ella, a los ninos y a otras personas que pueden probar que como resultado directo de estos materiales fueron atacadas o conv ertidas en ciudadanos de segunda clase a causa del sexo. (Hemos analizado en una serie de entregas la calidad dudosa de las evidencias testimoniales que tanto gustan a MacKinnon y sus socias. En general son confesiones emocionales que bien pueden ser casos aislados o no, lo que queda claro es que se trata de revelaciones espectaculares en la tradicion puritana de la caza de brujas y del sensacionalismo de tabloide.) -¨Se refiere a que la gente va a pensar mal de la mujer en funcion de la manera en que se le presenta? -No, porque la gente les va a hacer cosas: como no contratarlas, como sexualizarlas o no tomarlas en serio como estudiantes; todo el espectro de medios para subordinar -violentos y no violentos- puede ser probado como resultado de la pornografia. -Es por eso que su legislacion es un ataque frontal contra la Primera Enmienda (que garantiza el derecho de expresion). Cuando la corte de apelaciones dijo que su estatuto se aplicaria a cualquier cosa, desde peliculas hardcore hasta D.H. Lawrence y John Cleland, estaba en lo correcto. Y lo es porque lo que usted esbozo como pornografia es "representacion grafica, sexualmente explicita de la subordinacion femenina, en donde la mujer es presentada como objeto dominable". Muchas obras mayores, asi como otras malas o viles, han presentado a la mujer de esa manera... Y mi punto no es que su definicion sea vaga, sino que es clara. Incluye cualquier tipo de arte, sea bueno o malo, que usted considere que hace dano. Esa es una idea inaceptable. -Bueno, aqui hay muchas cosas incorrectas. Primero: esos materiales no son sexualmente explicitos. La corte ha sido informada exactamente sobre que es lo sexualmente explicito en terminos legales y en el uso ordinario. Segundo: no se ha probado en ningun estudio que esos materiales causen los mismos efectos que produce la pornografia. Por lo que nadie puede probar que haya mujeres que sean subordinadas por culpa de ellos... El estatuto puede abarcar algo como un filme en el que se asesine a alguien, pero qu e se asegure que tenga valor artistico o en el que alguien sea violado aunque haya interesantes angulos de camara; eso aumenta el conflicto entre la ley existente y nuestro estatuto. Los ejemplo que usted cita, no. (En entregas anteriores ya hemos hablado de la cuestionable validez de los supuestos estudios cientificos y de la aparatosa manipulacion de cifras y resultados estadisticos que se hacen con el fin de demostrar la tesis deseada, por lo que no nos extenderemos en el asunto. Pero resulta inquietante que una personalidad academica hable de las cintas snuff -donde supuestamente una mujer es asesinada frente a la camara- sin considerar que se trata de un rumor y de folclor urbano que hasta la fecha no ha pasado d e ser un chisme amarillista -aunque no por eso se descarte que tales filmes pueden existir en la clandestinidad pero no a nivel industrial-. En la proxima entrega continuaremos descubriendo la aterradora filosofia censora de MacKinnon.) .