seccion inf. gral. guia: ALP 1a. de 1a balazo: LA NACION Y EL MUNDO cabeza: La hora de una historia antifundamentalista credito: Juan Maria Alponte Tengo ante mis ojos el facsimil del editorial de Le Monde -uno de los diez grandes periodicos del mundo- del 22 de noviembre de 1977. Su titulo es epico: "Le geste historique de Sadate". Las primeras palabras del texto, que suscribo en todo su valor y significacion, comenzaban asi: "Desde la fantastica tribuna universal que le ofrecian, al otro lado de los muros de la Knesset (el Parlamento de Israel), los satelites mundiales de telecomunicacion, el presidente Sadat, de Egipto, ha dirigido a sus adversarios un discurso de una rara altura de miras y en el cual los acentos del fervor religioso venian a reforzar el rigor de la argumentacion y la nobleza de la inspiracion. Sadat ha reconocido, con resplandor, la existencia del Estado de Israel, ha aceptado, por adelantado, todas las garantias que pudiera desear, ha barrido de un soplo, por instantes profetico, los odios y los rencores de treinta anos de guerra y asumido tales riesgos personales que hele aqui, como escribe con humor un periodico britanico, candidato, al tiempo, para la bala de un terrorista y el Premio Nobel de la Paz..." Releo ese articulo de Le Monde pensando que 16 anos mas tarde, desde el numero 15 de la rue Falguiere de Paris, donde tiene su sede la redaccion del periodico, se asistira hoy, como a un huracan, a la fase final -todo asi lo invita a creer- del historico reconocimiento de dos partes que estaban empenadas, desde 1948, en una batalla inmensa: el Estado de Israel, que tiene absoluto derecho al reconocimiento y garantia de sus fronteras, y, a su vez, del pueblo palestino, cuyo destino y representacion, tanto en terminos juridicos como politicos, ha descansado en la OLP si nos atenemos a los estrictos y claros designios de la comunidad internacional. Los 30 anos de que hablaba Le Monde el 22 de noviembre de 1977 se han transformado ya, con una generacion mas en el proceso, en 45. Por otro lado, como es bien sabido, la impresionante llegada de Sadat a Jerusalen, el 19 de noviembre de 1977, termino su recorrido en la imaginacion humana con otro crimen. En efecto, el 6 de octubre de 1981 Anuar Al Sadat, que habia sido abandonado por todos los paises arabes y condenado por todos los grupos islamicos y significacion politica ostensible, fue asesinado por unos soldados que permanecian a un grupo fundamentalista denominado Al Jihad (Guerra Santa) que, al disparar contra el presidente egipcio dieron un grito unanime: -"­Muera el faraon!" El grito puede sorprender porque los faraones parecen encarnar, en la memoria occidental, una antigua y milenaria civilizacion egipcia. Para el ideologo de aquel grupo fundamentalista, el ingeniero Faraj, el presidente Anuar Sadat -que se manifestaba musulman evidente en sus manifestaciones publicas- no era nada mas que el representante, sobre todo despues del viaje a Jerusalen, de la jahiliyya, esto es, la edad impia o la edad de la ignorancia que habia precedido a la predicacion de Mahoma y, por tanto, el Coran. De acuerdo con las presunciones del ideologo del Al Jihad una vez que se hubiera asesinado al despota, al "faraon Sadat", lider de la edad de la jahiliyya, se producira un levantamiento popular para proclamar la fundacion de un Estado islamico puro. Al contrario de ello los participantes en el complot, asi como los participantes en la insurreccion de Assiout, fueron ejecutados y podria decirse que esa situacion se ha prolongado, hasta nuestros dias, cuando otros miembros del grupo de los Hermanos Musulmanes han sufrido la misma suerte al intervenir en actos terroristas contra las propias autoridades egipcias o contra los turistas extranjeros. La edad de la jahiliyya, infortunadamente para todos los seres humanos, no se refiere solo al pasado que precede al anuncio de la Torah, los Evangelios o el Coran, sino a periodizaciones muy posteriores y hasta nuestros dias. Los fundamentalistas e integristas de todos los colores e ideologias pueden proporcionar el mismo titulo de faraon, como perteneciente a la jahiliyya, a Rabin o Yasser Arafat, a Simon Peres o Andre Chouraqui, ese deslumbrante judio de nuestro tiempo cuya obra, de erudiccion increible e inaudita -que la "Biblia de Chouraqui" avala-, parece empenada en lo que, todavia hace unos dias, parecia tan imposible como el derrumbe de los muros de Berlin. Eso que parecia imposible era el dialogo real, con el reconocimiento factico, que iniciara, el 19 de noviembre de 1977, Anuar Sadat, presidente de Egipto. El Egipto, tambien, de los faraones. ¨Como construiriamos la convivencia y la coexistencia cultural humana si no fueramos capaces de incorporar al otro, al adversario, al otro que es uno mismo? Anuar Sadat fue el anticipado de una anticipacion que, en 1977, parecia, todavia, impensable. Sin embargo, uno de los sobrevivientes de aquella odisea en la que se abrazaron dos personajes casi inverosimiles por sus diferencias, esto es, Menahem Begin y Anuar Sadat, ha tenido, ahora, un papel clarividente: Simon Peres, ministro de Relaciones Exteriores del Estado de Israel en el gabinete de Isaac Rabin. Simon Peres llego a Palestina, desde las profundidades de los ghettos judios de Polonia, a los 12 anos. Habia nacido en 1923 en el seno de los progroms­ (o progromes) antijudios que anticipaban los horrores hitlerianos. Simon Pelski, que tal era su apellido, siguio a sus padres a Palestina, donde se convertiria, primero, en miembro de una "nueva familia". En efecto, busco en la tierra de la utopia un nuevo apellido. Un dia, en una excursion por los desiertos de Judea encontro un nido de aguilas rapaces que se conocian, en hebreo, como peres. Ese nombre adopto y asumio como apellido. Lider, despues del movimiento laborista, laico y respetuoso de la fe de su pueblo, Simon Peres se transformo en un hombre de Estado que tuvo que defender, de una parte, el Estado de Israel surgido el 14 de mayo de 1948 y, de la otra, a su vez, la posibilidad de la concordia entre el pueblo judio y el pueblo palestino. Cuando se firmo la paz con Egipto se encontro ante un hecho politico paradojico que deberia invitar a reflexionar a los violentos, es decir, a los casados con una sola idea, fundamental o fundamentalista, en su interpretacion del mundo. La paradoja consistia en que el hombre que dirigia los destinos de Israel, a la llegada a Jerusalen de Anuar Sadat, era el lider del movimiento religioso mas ultra y que, en razon de los graves conflictos del pais y del Oriente Medio, habia reemplazado a los laboristas en el poder y representaba la mas estricta oposicion a cualquier concesion: Menahem Begin. -"Hubo -dice Simon Peres al recordar aquellos dias de noviembre de 1977- gran oposicion cuando Begin firmo la paz con Sadat. Yo pedi a mi partido que le apoyara. Luego, cuando fui primer ministro, retiramos a nuestro ejercito de Libano...". Le preguntaban a Simon Peres: -"Tanto israelies como palestinos han vivido inmersos en el miedo. Me pregunto (entrevista publicada por El Pais de Madrid el 5 de septiembre de 1993) si usted tambien sintio ese miedo siendo nino y adolescente, y como ha ido evolucionando hasta hacerse amigo de algunos palestinos...". Simon Peres: "Toda mi vida he pensado que nuestros enemigos no los palestinos, ni los arabes ni los musulmanes. Nuestro enemigo es el estado de guerra. En otras palabras, no deberiamos odiar a las personas, sino estar en contra de las situaciones...". Rescato y recupero esas nobles palabras, ese antifundamentalismo precioso para nuestra larga y dura jornada fundamentalista de cada dia, pensando que cuando Isaac Rabin le nombro ministro de Asuntos Exteriores del Estado de Israel sabia que pondria toda su voluntad en la busqueda de la paz. Solo le dijo Rabin a Peres, Rabin el aguila rapaz del desierto: estas palabras: -"Quiero estar informado de todo y de todo al detalle". Ese hombre es el que ha estado, al pie del canon, en el largo proceso que ha conducido desde Madrid a una granja noruega. A una granja donde, bajo el patrocinio del ministro de Relaciones del gobierno de Oslo, con su esposa de anfitriona, se resolvieron los mas duros escollos de la negociacion. Es significativo que no haya sido en Campo David, bajo el gobierno de Clinton, donde se haya concluido el acuerdo. Es senal de los tiempos y del cambio del mundo. Alertara a los que sean capaces de entender y querer saber. Simon Peres ha sido senalado, muchas veces, como un politico visionario y como un anticipado. El mismo, al juzgarse, deja deslizarse, desde la herida del tiempo, estas bellas palabras de misericordia y sabiduria: -"Si tuviera que juzgarme diria que Simon Peres fue alguien que tuvo que pagar un alto precio porque iba delante de su tiempo y que perdio oportunidades porque no iba con su tiempo..." Leo esas palabras. Las traslado a Anuar Sadat y no quiero que pasen estas horas historicas -porque la memoria es ganaderia flaca y atropellante- sin que, con asombro, vuelva a recordar al hombre, al egipcio, que en noviembre de 1977 se atreviera a anticipar el futuro y a pagar, con honestidad, el precio. No solo con el precio de la vida, en el caso de Sadat, sino con los juicios infames, abominables con que el periodismo siniestro de la apostasia de la verdad y la concordia, le arrojara con el mote -para que decirlo- de "traidor". Dice Peres "que la paz esta muy cerca". Anade: "Lo que pasa es que, a veces, tenemos una miras tan cortas que no podemos ver lo que esta mas cerca". Dejo esta evocacion de la historia con una evocacion del propio Simon Peres. Es la evocacion de un poeta. La asumo y la incorporo, para siempre, a mi memoria: "No me olvidare de morir" ­ Progrom. La palabra procede del ruso progromit. Fue el nombre que se dio a las "masacres" de que fueron victimas, en los siglos XIX y XX, las comunidades judias en Europa central y oriental. Historia de lo intolerable.  .