seccion inf. gral. guia: HIR Pag. 1-1a. balazo: Debate cabeza: Que hay detras del debate sobre el 82 credito: Gustavo Hirales M. Que esta pasando con la discusion sobre el articulo 82 de la Constitucion? ¨Por que tantas vueltas sobre un tema que, en apariencia, no tenia demasiadas complicaciones (una vez que el panismo se allano a la enmienda que posponia su vigencia para el 2000)? O, dicho de otro modo, ¨que fue lo que determino que una cuestion de evidente caracter secundario se convirtiera en un asunto politico de la mayor importancia? ¨Que opacara incluso cuestiones de suyo mas trascendentes, como la composicion de los organos electorales? ¨Que provocara fisuras sin precedentes entre los grupos parlamentarios del priismo y del perredismo? No es facil contestar todas las interrogantes, pero parece posible aventurar algunas hipotesis. Yo mismo escribi en este espacio, hace apenas unas semanas, en favor de la modificacion al 82, e incluso propuse, antes de que el PRI asumiera esa modalidad, que la reforma no entrara en vigor sino en la eleccion presidencial del ano 2000; primero para evitar efectos indeseables de una modificacion apresurada; segundo, para dar tiempo a que los actuales procesos de cambio que sufre el pais se asienten, y, tercero, para evitar que la reforma se haga solo, o principalmente, con el fin de abrirle camino a una candidatura previamente anunciada: la del senor Fox. El presidente Salinas habia dicho, apenas en julio de este ano, que el 82, asi como estaba, estaba bien. Esa declaracion no detuvo las manifestaciones en favor de su modificacion, pero si reforzo la confianza en quienes se oponian de que el 82 se mantendria tal cual. Lo nuevo fue, probablemente, el renovado y ahora si oficial apoyo panista a la propuesta de modificacion, lo que de conjunto condujo, tambien muy probablemente, a la conclusion politica de que 1) habia llegado el tiempo de liberar los candados de la nacionalidad, en orden a aspirar a la presidencia de la republica, y 2) con el se daba respuesta a demandas y exigencias de partidos, personalidad y otros grupos de la sociedad civil. Es decir, que modificar el 82 era posible y conveniente. Quienes estabamos (y aun estamos) por la modificacion, no contamos con la reaccion que esta propuesta levantaria, lo que equivale a decir que no contabilizamos el enorme peso que aun tiene, en amplios sectores de la clase politica (y presumiblemente, de la poblacion), el elemento nacionalista. ¨Quiere ello decir que la propuesta es antinacional, extranjerizante? No necesariamente, pero hay que reconocer que asi es como se percibe por estos sectores. Las opiniones que en contra de la propuesta han emitido algunos connotados legisladores pertenecientes al partido oficial demuestran, entre otras cosas, que el sentimiento nacionalista es mas profundo de lo que aparece y de lo que parece, para bien o para mal. Este sentimiento, de por si, no es malo, incluso puede ser positivo (historicamente fue positivo, sobre todo en la etapa del nacionalismo defensivo). Lo grave es la percepcion que asoma detras de estas opiniones: la posibilidad de que un mexicano hijo de extranjeros pueda ser Presidente de la Republica es el corolario de un proceso de "entrega" de la economia nacional al extranjero; vendria a remachar la integracion de nuestro pais con Estados Unidos. Se evidencia la sospecha de que en las altas esferas de la conduccion del pais existe la predisposicion a hacer que tal profecia, la entrega final del pais, se cumpla puntualmente, a mas tardar en el ano 2000, y en la persona de un candidato de la oposicion panista. Esta es, enteramente, la vision del viejo nacionalismo revolucionario, y no es de extranar, entonces, que priistas, perredistas, pepinosocialistas y hasta algunos frentecardenistas hayan entonado juntos el grito, conmovedor y patetico a la vez, de ­Mexico, Mexico, Mexico!, cuando el 82 fue enviado de regreso a comisiones en la Camara de Diputados. Conmovedor por el sentimiento profundo y respetable que hace vibrar, en un solo haz de fervor patriotico, a representantes de tan disimbolas y hasta enfrentadas fuerzas politicas. Patetico porque pareciera que lo unico que los puede unir es una exhalacion del pasado, la nostalgia de lo que se esta llendo quizas para no volver; el equivoco que a veces confunde patrioterismo con patriotismo; la posposicion de derechos democraticos en aras de resguardar soberania. Ahora bien: la naturaleza, la presencia, del nacionalismo mexicano es mas profunda y menos caricaturizable de lo que aparece en estas expresiones. Se localiza mas que entre los diputados y senadores del PRI y del PRD, en el Mexico profundo y, por definicion, premoderno, y desde ahi emite senales de alerta que son, al mismo tiempo, un llamado a la reflexion. Hasta algunos obispos se han pronunciado porque en lo del 82, las cosas se hagan con tiento. El llamado a la reflexion tendria, en principio, dos destinatarios. El primero serian los modernizadores sin condiciones, de algun modo una variable de los democratas sin adjetivos. Son los que defienden los principios liberales independientemente de tiempo, circunstancia y lugar (aunque muchos de ellos sean maderistas y democratas de ultima hora, o al menos, antes no se les conocio tal fervor). Son los que dicen que deberia hacerse una "reforma instantanea"... "de cualquier precepto constitucional que dane los derechos de, aunque sea, un solo ser humano". A este sector, la reaccion nacionalista le dice: no tan aprisa, no tan instantanea, no tan sin miramientos. El liberalismo en sus origenes, como iusnaturalismo, parte de la existencia de una ley natural previa a cualquier organizacion social, y de un estadio feliz donde el hombre era libre, fraterno, solidario (N. Bobbio). El liberalismo se propone entonces restituirle al hombre su libertad primigenia. Esa arcadia, evidentemente, no existio nunca ni en ninguna parte, menos en Mexico, cuya historia es la de la lucha por liberarse primero de la sujecion colonial y luego de las estructuras y reminiscencias coloniales, arcaicas. Estamos hablando de la lucha de un pueblo por construir una nacion y un Estado soberanos, por forjar una identidad y un sentido de pertenencia nacional, en condiciones geopoliticas que nunca fueron las mas favorables, ni siquiera ahora; por decirlo con suavidad. Y de dos tradiciones distintas, a veces complementarias, a veces opuestas: el liberalismo mexicano del siglo XIX, y la tradicion del nacionalismo jacobino de la revolucion versus nacionalismo. El nacionalismo puede estar entonces, en nuestro caso, cargado de sobreideologizaciones, pero se explica frente a la desaprehension historica de nuestros neoliberales, que quisieron una aplicacion "instantanea" de los principios "puros, inmaculados", al margen de las complejas y hasta tortuosas hechuras de la historia. Y aunque las condicionantes historicas y geopoliticas han sido usadas numerosas veces, en el pasado, para restringir o negar la vigencia de derechos politicos y civiles, eso no quiere decir que tales condicionantes no existan y tampoco que sumen cero. El segundo destinatario de la sublevacion nacionalista es el gobierno. Al gobierno se le reclama tacto, mayores dosis de pruedencia y sabiduria politica, sensibilidad para palpar el estado de animo de sectores que, golpeados por la crisis y la lenta y desigual recuperacion, guardan como un ultimo atributo el sentimiento, simple y confuso si se quiere, pero fuerte y arraigado sin duda, del nacionalismo y del patriotismo. A ellos aun hay que convencerlos de la justeza de los cambios, y de como, a traves de los "candados" -que al menos uno de los padres del eventual candidato sea mexicano por nacimiento, que tenga el candidato una determinada residencia en el pais- se busca garantizar la presencia de ese nacionalismo que forma parte, nos guste o no, de nuestra idiosincrasia. Una ultima cuestion que deberia quedar muy clara es que los cambios no se hacen para congraciarnos con el exterior o para facilitarle su intervencion en nuestro pais, sino de cara a necesidades y aperturas democraticas internas, propias ior o para facilitarle su intervencion en nuest .