SECCION ESPECTACULOS PAGINA 40 BALAZO: PANNONICA CABEZA: La belleza del sonido acustico CREDITO: XAVIER QUIRARTE El joven cuya figura parece mas la de un basquetbolista que la de un musico de jazz, coloca su saxofon alto frente al microfono y empieza a tocar. Detras de la bateria se escucha la voz del lider de la banda que le grita: "Que, ¨acaso eres maricon? Toca como hombre!" Incomodo, voltea a ver al baterista, quien para picar su orgullo le habla sobre su idolo Charlie Parker: "Bird no tocaba con microfono. Toca como hombre!" La escena se repite una y otra vez hasta que un buen dia el saxofonista decide dejar el microfono de lado. A partir de entonces percibe que el baterista ataca su instrumento cada vez con mayor furia. Intimidado por el volumen que engulle los sonidos del saxofon, alcanza a percibir el grito furioso del lider que lo desafia: "No puedo escucharte!" Otros musicos hubieran renunciado a la primera Branford Marsalis no. Es cierto que su maestro tiene un modo de ensenar poco ortodoxo, pero el saxofonista conoce la historia de la musica que toca y sabe que de esta institucion llamada Jazz Messengers han salido fortalecidos lideres como Lee Morgan, Clifford Brown, Wayne Shorter, Bobby Timmons, Freddie Hubbard y Horace Silver. Con algunos tropiezos y horas intensas de estudio, va alcanzando el tono que el lider le exige. "Despues de tocar con Art Blakey", recuerda Branford Marsalis en estos dias, "mi tono se expandio al punto que podia tocar a su lado y escucharme a mi mismo. El tuvo mucho que ver en conducirme hacia lo acustico, en saber lo que se necesitaba para ser un musico acustico". Las experiencias de Branford al lado de Art Blakey vienen a la mente al escuchar su disco Bloomington (Columbia), grabado en vivo en el auditorio de la Universidad de Indiana. La belleza del sonido acustico y la intensidad de las improvisaciones del trio compuesto por Branford en los saxofones tenor y soprano, Robert Hurst en el contrabajo y Jeff Tain Watts en la bateria, testifican que el saxofonista ha resultado un alumno muy aventajado y un lider nato. Desde las primeras notas de "Xaviers Lair" estamos instalados en butaca de primera fila ante un trio poderoso, dispuesto a tocar sin concesiones y a extender sus solos hasta el limite. En su mayoria, el material que se toco esa noche en la Universidad de Indiana procede del que seria su disco The Beautyful Ones Are not Yet Born, con excepcion de su encuentro con "Friday the 13th" de Thelonious Monk y una bellisima version a la balada "Everything Happens to Me". Branford aprendio de Blakey el placer por la aventura, el gusto por internarse sin guia en los laberintos de la improvisacion. La mejor manera de escuchar los casi veinte minutos de la pieza "The Beautyful Ones" es cerrando los ojos y dejadose llevar por los sonidos agridulces del sax soprano. Piensa uno que asi debe ser el canto de las sirenas, una mezcla de melancolia y dulzura. Un sonido que promete el placer tortuoso de la caricia lenta que sin previo aviso se hunde en la carne. A lo largo de Bloomington calma y tempestad se suceden expelidos por un saxofon que se niega a que el contrabajo y la bateria se mantengan estaticos. Hurst y Watts captan las senales telepaticas del navegante Branford y bordean sus solos, le abren brecha para que nada se interponga en su viaje. El trio desembarca en puerto seguro luego de aventurarse en "Roused About", pieza que Marsalis escribio para recordar a Charlie Rouse, el saxofonista que dedico gran parte de su vida a compartir el escenario con el genio de Thelonious Monk. La travesia puede intentarse una y otra vez: como toda obra de arte, el derroche de improvisacion capturado en Bloomington se enriquece cada vez que uno vuelve a escucharlo .