SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: El (maldito) factor tiempo CREDITO: Norbert Lechner* interaccion con los cambios economicos, determinados actores e instituciones y, mas recientemente, tambien el contexto cultural; en cambio, reflexionamos poco acerca de las dinamicas de la politica. El analisis estructural ofrece, por cierto, mayores facilidades para la investigacion y, en particular, para una exposicion sistematica en la labor docente. Mas la construccion de tipologias y modelos formalizados suele estar alejada de la realidad politica. No nos ayuda a comprender las circunstancias bajo las cuales se hace politica efectivamente. Por lo mismo, tampoco contribuye a desarrollar un debate ciudadano capaz de acompanar reflexivamente los temas de la agenda y la toma de decisiones. Una mayor sintonia entre politica institucionalizada y discusion ciudadana supone una comprension de las restricciones concretas, frecuentemente muy domesticas, que enfrentan los politicos. No abogo por cronicas confidenciales y relatos sensacionalistas, muy por el contrario. Me refiero mas bien a la insuficiencia de la labor academica en explorar aspectos habitualmente poco considerados del quehacer politico como, por ejemplo, la dimension temporal. La comprension de la politica "realmente existente" exige un estudi o de sus dinamicas. Ello implica reflexionar las distintas nociones de tiempo y de horizontes temporales, la aceleracion y el congelamiento de los ritmos, los afanes de ganar tiempo y el miedo a perderlo, los efectos de no tener ya tiempo y, por sobre todo, la imprevisibilidad del tiempo venidero. Estos son algunos elementos que conforman tanto las condiciones de la lucha politica como los factores en pugna. Hay un tiempo cronologico, regulado por el calendario con fatalidad incorruptible. Exceptuando la muerte, maxima expresion del tiempo finito para todos, ¨existe una instancia mas igualitaria que el reloj? Mujeres y varones, bebe y abuelo, presidente y campesino, personas felices y desesperadas, todos disponen por igual de 24 horas al dia. No hay presupuesto mas estricto que el segundo. Vale decir: uno de los condicionantes mas rigidos y, por ende, mas temibles de la politica radica en el tiempo. A esta medida objetiva que nos permite estructurar los procesos sociales, clasificar eventos historicos, establecer horarios y fijar citas a futuro, se sobrepone la experiencia subjetiva del tiempo. Asi, un enfermo o un estudiante tienen una nocion diferente de lo urgente; el calculo temporal del empresario es distinto al del obrero; la puntualidad tiene otro significado para el periodista que para el pensionado. El valor del tiempo cambia segun la conciencia temporal de cada cual. Vale decir: la diversidad social implica temporalidades diferentes. No existe un tiempo unico; hay distintos tiempos sociales. A la vez que existe una realidad simultanea para todos, existen tambien nociones diversas del tiempo y, por lo tanto, formas distintas de disponer del tiempo. El problema de la politica consiste en sincronizar diferentes temporalidades, vinculando plazos objetivos y urgencias subjetivas. El tiempo es uno de los recursos mas escasos; de ahi su valor. La consigna capitalista es elocuente al respecto: empleo del tiempo. Ello significa discriminar las tareas y privilegiar una actividad en detrimento de otra. El tiempo opera pues como una escala ordenadora de valores: mas tiempo le dedicamos a un asunto o una persona y mayor preferencia o aprecio le asignamos. Pero tambien indica la imposicion de condiciones externas a nuestra voluntad; frecuentemente el tiempo destinado a determinada cosa nos parece un tiempo malgastado. A diferencia del ocio elegido, el despilfarro de un recurso escaso nos violenta. Generalmente, el politico no escoge sus prioridades; le vienen impuestas desde fuera. Dependera de su habilidad aprovechar el tiempo y reciclar las prioridades dadas en funcion de sus propias preferencias. El trabajo politico consiste pues en trabajar sobre el tiempo. Dado que la politica, particularmente la democratica, implica un alto consumo de tiempo y que este es un recurso no solo escaso, sino insustituible, el ahorro de tiempo deviene un tema crucial. Dicho en otras palabras: puesto que la politica solamente existe en el tiempo (limitado), la lucha por el tiempo disponible resulta decisiva. El manejo del tiempo conforma un aspecto central de esa constelacion movediza que llamamos poder. La lucha de poder se basa, de manera significativa, en el control del tiempo. Una modalidad de control es el monopolico: dejar al otro sin tiempo, situarlo en un tiempo muerto. Mas usual es controlar el tiempo tomando la iniciativa; o sea, acelerar el ritmo de innovacion para dejar descolocado al adversario, incapaz de responder al instante. Otra variante de la misma estrategia consiste en multiplicar iniciativas paralelas en diferentes tableros (al estilo de las partidas simultaneas en ajedrez) con el fin de obligar al adversario a dividir y agotar su atencion (su tiempo). Cuando no se logra tener la iniciativa, al menos se puede intentar enfriar la dinamica, hacer perder tiempo al adversario y asi ganar tiempo. Mas no es el caso aqui discutir estrategias. Lo que interesa destacar es el manejo del tiempo como recurso de poder. La lucha politica es, de manera importante, un conflicto acerca de los plazos disponibles. Quien fija un plazo condiciona el uso del tiempo del otro. Es decir, limita el tipo de actividades que alcanza a realizar en el tiempo establecido. Visto asi, el poder consiste en ampliar los plazos propios y acortar los plazos ajenos (el ultimatum como caso limite). Recuerdese la consigna tipica de las dictaduras cuando se fijan "metas, no plazos". De ahi, el papel crucial de las elecciones en la democracia como limite temporal al ejercicio del poder gubernamental. En efecto, los plazos estructuran la agenda publica. Tiene prioridad lo que tiene plazo determinado. De este modo, tambien queda establecido el marco de "lo posible"; las multiples posibilidades quedan reducidas a lo factible dentro del plazo fijado. Vale decir: cuanto mayor sea el plazo, mayor es el abanico de posibilidades, menos peso tiene cada opcion y mayor es la libertad de eleccion. A la inversa: cuanto mas estrecho sea el plazo, menos posibilidades estan disponibles; la opcion propuesta tiene mayor rigidez y es menor la libertad de decision. En ambos casos, el campo de accion politica depende de los limites temporales. El arte poliipo se muestra especialmente en el timing: la justa proporcion entre tarea y tiempo. La mejor propuesta se pierde si es hecha a destiempo. Lo que es bueno y viable en determinado momento deja de serlo en la siguiente coyuntura. El dicho biblico "a cada dia su afan" resume las dos caras: proponer las tareas oportunas para el dia y, a la vez, elegir el dia oportuno para cada tarea. Exito y fracaso de una politica se juegan en la eleccion del decision madura. Hay que saber: "darle tiempo al tiempo" y no actuar demasiado temprano ni demasiado rapido. Pero tambien hay que saber que las oportunidades no suelen repetirse y que no se debe actuar ni demasiado tarde ni demasiado lento. Todo se decide por la oportunidad del momento, pero ¨cual es el tiempo oportuno para cada accion? La politica se juega en el aqui y ahora; ha de decidir en lo inmediato la oportunidad de un acto. Sin embargo, esa oportunidad se encuentra condicionada por el pasado y el futuro. El tiempo es un lapso de limites moviles; la profundidad del pasado y el horizonte del futuro varian sin cesar de acuerdo a las circunstancias. A veces la estructura del tiempo se desequilibra; vivimos volcados al pasado, repitiendo obsesivamente conflictos de antano, o bien, a la inversa, sacrificamos el presente en el altar del futuro. Para unos, todo tiempo pasado ha sido mejor; para otros, todo se justifica en nombre de la utopia a realizar. Aun excluyendo tales extremos, tanto el pasado (la historia, la tradicion) como el futuro (los objetivos, las consecuencias) se han vuelto referentes problematicos del tiempo politico. *Doctor en ciencia politica y profesor investigador en Flacso, sede Mexico  referentes problematicos del tiempo politico. *Doctor en ciencia politica y profes .