SECCION CULTURA PAGINA 37 CABEZA: Puertas a la prehistoria de la Scala CREDITO: ENESIMO NEMO El primero volumen de estos EMI Classics, comprende regrabaciones digitalmente reprocesadas de cantantes que debutaron en la Sacala entre los anos 1878 y 1914, muchos de ellos registrados naturalmente entre las mantillas del cilindro de cera Edison, que acababa de nacer un ano antes. Pero no son precisamente de la epoca los registros: en el catalogo se anota, por ejemplo, la fecha del debut de Adelina Patti en la Scala (1878) y en seguida la de su grabacion de un aria de la Sonambula, en su ca stillo de Gales (1906), donde se hallaba retirada, a los 63 anos. Verdaderas joyas (algunas de ellas completamente deterioradas, no por el registro sino por la decadente forma en que se hallaban los interpretes), son todas la que corresponden a los tiempos de Gatti Casazza y de Toscanini en el gran teatro milanes (entre los anos 1902 y 1903), tanto como las inmediatas grabadas entre 1904 y 1902, algunas de ellas durante otro periodo toscaniniano en la Scala. Debemos tomar en cuenta que Adelina Patti (1843-1919), que canto desde los siete anos de edad, debuto profesionalmente en Londres en 1861, 12 anos antes del nacimiento de Caruso, que a su vez tenia apenas cinco anos de edad cuando se realizo en la Scala el tardio debut de Adelina precisamente en Sonambula. Estamos hablando, entonces, de estrellas que pertenecen a la grande era correspondiente a la infancia de Caruso y de su generacion, pero los registros de la serie que comentamos pertenecen ya al mo mento en que Caruso mismo y los demas artistas de su epoca, se hallaban ya en la madurez, e inaugurando la verdadera edad de oro de la gramofonia. Deciamos tambien en la nota anterior que no hay demasiadas sorpresas en esos registros de los anos 1902 a 1907, pero si algunas graves desilusiones, pues se halllaban rigurosamente cantaba en 1904 y en 1906 Era la notte y Quandoero paggio (esta ultima es aplaudida en la sesion casera de grabacion, en la que Maurel concede un bis a sus amigos). Las arias de Tamagno, que ya conociamos, son admirables, pese a la vejez y la enfermedad del tenor, tambien retirado en su finca de Ospedaletti en 1903 y 1904. La unica no conocida en la serie de Tamagno en el aria de Messalina, de Isidore de Lara, grabada en Roma por el creador de Otelo en 1904. Muy jovenes se deterioraron vocalmente hablando (seguramente a causa del atraso de la medicina, por una parte), muchos de los celebrados portentos de la epoca: Leon Escalais, que a sus 45 anos apenas murmura un aria de Halevy; Francisco Vinas, que a sus cuarenta tristemente interpreta un aria de Lohengrin (1903), o Edoardo Garbin, el padovano, que a los 39 anos de edad no consigue sino una pauperrima version del aria de Manon Lescaut. Ninguna sorpresa, en cambio, son las grabaciones de Mattia Battistini, vigoroso de cuerpo y de garganta, que a sus floridos cincuenta exactamente (1906) graba de manera ejemplar las arias de Ernani y de La favorita, en las que se le escucha dramaticamente rugir como leon y bordar fiorituras como risuenor, como lo hara en forma imponente su ya entonces ya activo sucesor Titta Ruffo (vease el el mismo album el duo Deh, non parlare, de Ruffo con la soprano Finzi-Magrini, 1912). Imposible es hacer la resena del medio centenar de arias que se encuentran en los 3 discos compactos de este primer volumen (el segundo contiene otras tantas), pero es casi innecesario advertir que no es un album para los melomanos ordinarios (mucho menos para el universo del canto hace cien anos. Vasto y fascinante es el tema, e inagotable el material del que los musicos y los cantantes disponen en hoy en lo que toca a exhumaciones disqueras de gran calidad. .