SECCION ESPECTACULOS PAGINA 36 BALAZO: PANNONICA CABEZA: La gloria de los Gershwin CREDITO: XAVIER QUIRARTE Cierta ocasion el arreglista Nelson Riddle afirmo que George Gershwin "escribio ayer la musica de manana. Casi cada musico que contempla una tonada de Gershwin se siente un poco asustado al descubrir que melodias, armonias y ritmos suenan al dia. No importa que clase de revolucion sobrevenga en la musica, pareciera como si Gershwin ya hubiera estado alli". Riddle tiene buena parte de razon y la prueba evidente es el homenaje con el que el armonicista Larry Adler ha celebrado su vigesimo octavo cumpleanos, The Glory of Gershwin. Los cantantes convocados por Jonathan Shalit a la fiesta exploran canciones que se han instalado alli donde las obras de arte desconocen la palabra tiempo. Lo que a Riddle se le olvida mencionar -error frecuente, cometido por muchos- es que al hablar de Gershwin debemos referirnos a dos personas: George e Ira, el primero autor de la musica, el segundo de las letras. Si al principio ambos musicos hijos de emigrantes judios habian seguido sus propias carreras colaborando con otros compositores, juntos encontrarian la inmortalidad en obras como las que ahora integran el disco a que hacemos referencia. Incluso hubo una epoca en la que George adopto seudonimos como Bruskinn o Arthur Francis, para finalmente decidirse, en 1924, a usar su nombre verdadero, justamente el ano en el que ambos escribieron para Broadway la obra "Lady Be Good", con la que empezo a hablarse de ellos. Sin duda uno de los motivos por los que George se volvio mas famoso que Ira, fue debido a que el segundo era mas retraido y se llevaba las cosas con calma, mientras que su hermano era un hombre muy entusiasta e infatigable que queria beberse la vida en un sorbo. Probablemente la gloria de George fue el haber escrito obras de "musica seria", como Rhapsody in Blue o An American in Paris. A ojos de muchos eso era respetable, el resto simple musica del Tin Pan Alley, de los teatros de Broad way, obras para pasar el rato, pues. Pero juntos los Gershwin escribieron para el teatro obras tan finamente pulidas que sus aristas han resistido el paso del tiempo y a lo largo de decadas han sido recreadas por jazzistas como Bill Evans, Ella Fitzgerald y Oscar Peterson, por nombrar a tres de los grandes. Cotidianamente en cualquier concierto algun musico arranca las notas de un tema como "Summertime" o "The Man I Love" y las composiciones vuelven a refulgir. Esfuerzos como el de Shalit y el productor George Martin al reunir a cantantes tan disimbolos como Elvis Costello y Jon Bon Jovi, Peter Gabriel y Willard White, Sting y Issy van Randwyck seguramente abriran los oidos de gente que en su vida nunca habia escuchado el apellido Gershwin. El exito de este homenaje radica en que cada uno de ellos eligio la pieza con la que se sintio mas a gusto a la hora de interpretarla, pero sobre todo por el hombre que con su armonica hizo posible este hermoso trabajo: Larry Adler. A lo largo del disco el tono discreto de Adler colorea las piezas de los Gershwin y da un fuerte apoya al desempeno de los cantantes. Desde el tono languido que abre "Summertime" hasta la grandilocuencia de Raphsody in Blue, la maestria de Adler no conoce limites. Como buen acompanante, conoce el momento preciso en el que debe adornar una frase o bien otorgar cierta entonacion. Y cuando a la armonica le llega su turno de hacer un solo, Adler suelta todo el impetu que a sus ochenta anos resulta absolu tamente asombroso. Vaya manera de celebrar un cumpleanos! .