SEC. INF. GRAL. PAG. 8 BALAZO: ECOLOGIA CABEZA: ASUMIR EL CRECIMIENTO DE LA CIUDAD DE MEXICO CREDITO: GABRIEL QUEDRI DE LA TORRE* compone de una proporcion cada vez menor de un saldo neto migratorio positivo, y de una componente crecientemente importante constituida por la propia multiplicacion vegetativa de nuestra poblacion urbana. El crecimiento en terminos absolutos va a proseguir aunque a tasas anuales menores, hasta que no concrete una solida transicion demografica. Esto, segun estiman algunos demografos, no ocurrira antes de 50 anos. Recordemos que la transicion demografica consiste por un lado, en un abatimiento en los indices de mortalidad, y en una declinacion constante en los indices de natalidad, de tal manera, que resultan tasas de crecimiento poblacional cada vez menores. Esto sucede en forma mas clara en las grandes ciuda des, debido a las mayores oportunidades de trabajo y de educacion para las mujeres, la mayor productividad del tiempo femenino (que incrementa los costos de oportunidad de tener hijos), nuevos patrones culturales y de conducta, mayores demandas de educacion para los hijos, costos mas altos del espacio, y, mejores servicios de salud. El cambio es tan importante, que se manifiesta en una enorme diferencia entre las tasas de fecundidad observadas en las areas rurales mas deprimidas y en las zonas metropolitanas. Por ejemplo, el promedio de hijos por mujer en la Ciudad de Mexico es cercano a 2 mientras que, en Chiapas en el area de conflicto, cada mujer tiene en promedio mas de 7 hijos. Como se ve, aunque a partir de dinamicas que iran cambiando a lo largo del tiempo, no cabe duda que la Ciudad de Mexico seguira creciendo durante las proximas decadas. Esto, lejos de provocar en nosotros una histeria cegadora, debe movernos a una reflexion muy seria sobre las modalidades posibles para acomodar en el Valle de Mexico ese volumen adicional de poblacion. Esto en condiciones tales, que se garanticen ciertos requisitos minimos de calidad de vida y de sustentabilidad ecologica de la propia Metropolis. La pregunta clave en todo ello es crecer ¨para donde? ¨hacia nuestros bosques, canadas, areas de conservacion ecologica, montanas y tierras de cultivo, o, hacia adentro, hacia las grandes areas baldias subutilizadas de la ciudad, hacia grandes zonas de bajisima densidad donde se ignora el elevado costo de infraestructura y se desperdician las oportunidades urbanas? Responder esta pregunta significa asumir una politica de desarrollo urbano a largo plazo, significa dar la cara a una ciudad sustentable, mas humana y segura y mas eficiente, o, por el contrario permanecer en una inercia agobiante y hasta ahora imbatible de urbanizacion extensiva y maligna. Son pocas las opciones para el crecimiento horizontal y extensivo. Al oriente estan los restos del lago de Texcoco y las nuevas instalaciones del exitoso proyecto de rescate que ha vuelto a la vida a algunas de las superficies lacustres perdidas. Al norte las distancias se multiplican y los nuevos desarrollos urbanos se entreveran y apartan de las zonas industriales. Al sur y surponiente se yerguen las Sierra de las Cruces y del Ajusco. Esta ultima, es parte del area de conservacion ecologica del Distrito Federal, y representa una de las zonas mejor preservadas del Valle de Mexico. Ahi se mantienen con razonable integridad densos bosques de oyamel, de pinos y de encinos que se despliegan a la vista de toda la Zona Metropolitana, sobre los contrafuertes de la Sierra de las Cruces, la Serrania del Ajusco y al interior de numerosas canadas. Parte de ellos corresponden al Desierto de los Leones, a los Dinamos y al Parque Ecologico de la Ciudad de Mexico. Todo esto es un patrimonio ecologico y cultural de enorme valia (tal como lo puede ser el Centro Historico de la Ciudad de Mexico o la zona arqueologica de Teotihuacan). Mantener las tendencias de crecimiento urbano que hoy devoran esas areas vitales, de aceptarse, requiere desechar valores en los que el interes publico a largo plazo de la sociedad prevalece sobre intereses particulares (legitimos o no). Hoy en dia, existen principios y normas para la Zona de Conservacion Ecologica donde no se admiten mas que ciertos usos suficientemente restringidos con el objeto de garantizar los bienes y los servicios ambientales que esta proporciona a la Ciudad. De hecho, diversos grupos sociales de bajos ingresos que se han asentado ahi de manera irregular, han sido desalojados por la fuerza publica a partir del principio de prevalencia del interes colectivo en materia de conservacion del patrimonio ecologico. Frente a tales circunstancias, y frente a nuevas presiones de crecimiento urbano sobre el area de conservacion ecologica es preciso que la ciudad tome decisiones racionales en terminos de los costos sociales-ambientales involucrados y de los beneficios esperados. Aqui es necesario no deslumbrarnos ante el espejismo de los analisis financieros de proyectos, o bien de tasas espectaculares de crecimiento economico (tal como se cuantifican hoy en dia). Es preciso tomar decisiones publicas coherentes e integrales en don de, ciertos beneficios privados asociados a un mayor crecimiento economico sobre las zonas de conservacion ecologica, sean confrontados de manera objetiva con los costos sociales-ambientales que son contraparte. Es indispensable, a partir de estas premisas de echar mano, en las decisiones de planeacion urbana, de los avances metodologicos existentes para la valuacion economica de los recursos naturales y de los bienes y servicios ambientales que el area de conservacion ecologica le presta a la ciudad y al Valle de Mexico. ¨Cuanto nos cuesta, como sociedad, destruir o inutilizar esas funciones ambientales? ¨Hasta donde conviene socialmente sacrificar el capital ecologico del Valle de Mexico para sustituirlo por capital inmobiliario? Estas son preguntas que no pueden responderse desde un fundamentalismo ecologista irresponsable, pero tampoco, desde la miopia y la componenda burocratica. La opinion informada y sistematica de nuestros economistas ambientales, y de la ciudadania en general, es indispensable. *PROFESOR DEL ITAM Y FUNCINARIO FEDERAL nuestros economistas ambientales, y de la ciudadania en general, es indis .