SEC. INF. GRAL. PAG. 2 CINTILLO: Al Vuelo CABEZA: LA VIOLENCIA POLITICA CREDITO: Rolando Cordera* le de au torreconocimiento como figuras publicas, cuya conducta y ausencia de ella nos afecta a todos, el asesinato de Jose Francisco Ruiz Massieu seguira siendo algo que compete a todos, porque a todos amenaza en un sentido preciso y poco metaforico. En efecto, es indudable que todo crimen politico involucra al conjunto de la comunidad politica, como lo es que el asesinato con fines y motivaciones politicas no es un resabio de algun mitico estado de naturaleza o premodernidad, sino algo que acompana, como una latencia fatal, al poder y a las relaciones y contradicciones que lo hacen posible y lo vuelven terrenal, humano, a la vez que terrible. Al mismo tiempo, es claro que las implicaciones del crimen politico varian, tanto en lo social como en lo terri torial, asi como en lo referente al universo estatal que es siempre, por necesidad, el primer afectado. Es por esto que las sociedades y los estados buscan, siempre que pueden, dotarse de mecanismos diversos de asimilacion y dispersion de los impactos de la violencia politica, sobre todo cuando esta se presenta como crimen y conspiracion asesina. Esta es una funcion que se espera cumplan los sistemas politicos complejos: alejar del centro, ubicar en circuitos especificos y si se puede perifericos del sistema, las reverberaciones y estridencias, la agresion esencial y brutal que siempre trae consigo la accion politica violenta, en especial el atentado, el asesinato, la privacion artera de la libertad y eventualmente de la vida que trae consigo el secuestro. Los sistemas que no pueden crear estos mecanismos de absorcion de las erupciones violentas de la politica y la lucha por el poder, estan condenados a encarar unas crisis real o aparentemente catastroficas, porque cualquier acontecimiento inesperado o disruptivo, apunta al centro o los centros vitales, en la economia o el edificio estatal o el anima cultural sin practicamente ninguna mediacion. Y nadie esta a salvo de esta eventualidad, porque la complejidad de los sistemas politico-economicos siempre esta a prueba, nunca acaba de constituirse, como lo hemos podido constatar recientemente en Italia, como pudo haber ocurrido en Estados Unidos luego del Water Gate y como de hecho esta ocurriendo ante nuestros ojos en Cuba, despues del juicio y fusilamiento del general Ochoa. El despenadero puede ser lento o vertiginoso, pero esta ahi, siempre expectante, como tragedia o tragicomedia, hasta como telenovela. Respondimos con eficacia, haciendo uso de nuestras peculiares complejidades, ante Chiapas en enero y ante la atrocidad de marzo en Tijuana. Pero no estuvimos a la altura de ello luego, cuando se decidio la sucesion priista o se dirimio el "asunto CAMACHO". En ambos casos, se hecho mano de los instrumentos viejos, simplones y romos, esos si marcados por la premodernidad que se busca superar. No la del "Mexico bronco", sino la del autoritarismo y el uso arbitrario de los resortes instalados todavia en algunos centros vitales del sistema de comunicacion social, donde sigue en estado activo la compraventa de proteccion entre los poderes publicos y privados. La vocacion actualizadora, con todo, se impuso. Y lo que predomino a partir de entonces, del ominoso marzo-abril de la semana mayor, fueron la negociacion y la busqueda de acuerdos, la disposicion a cambiar y el recurso a practicas nuevas, ineditas e insolitas para nuestra cultura y memoria politica. Tanto, que algunos no tan agudos analistas y criticos llegaron a clamar en las semanas previas a la eleccion del 21 de agosto por una supuesta o inventada ausencia presidencial de la escena politica. (Si algo n o ha dejado de hacer este Presidente es politica; si algo hizo con furia y obsesion entre marzo y agosto fue precisamente eso: politica. Lo malo es que no se le comunico a algunos de nuestros entusiastas recien llegados al cultivo de la trivia totonaca por excelencia: los misterios del quehacer presidencial.) La eleccion y su secuela, despues de las primeras sorpresas y desencantos con el despertar ciudadano, que muchos querian fuera tambien de fuego nuevo, apuntaban en esa direccion. El sistema electoral, hecho a la carrera pero eficaz para encauzar la conflictividad inmediata que la eleccion de agosto produciria, pero tambien y sobre todo el talante de ciudadanos comunes y dirigentes de la politica, parecian confirmar que frente a los monstruos de la violencia ciega pero con tino, con demasiado tino en verdad, se contaba ya con recursos de contencion, y asimilacion que podian impedir la difusion acelerada de sus impactos, o bien paliarlos y hacerlos marchar lentamente a traves del conjunto del sistema sin que sus nucleos basicos en la economia, la finanza o el poder del Estado se vieran afectados de modo decisivo. Con tristeza, si se quiere, empezabamos a gozar de una complejidad que parecia estructurada y en condiciones de volverse institucionalidad y, sobre todo, cultura politica nueva. Pienso que todo eso todavia esta con nosotros, pero que no es suficiente. Frente al nuevo crimen, ni la justicia, ni la prensa y los medios en general, ni las dirigencias politicas, han sabido responder a la altura de lo que todos dicen concebir como una emergencia. Reaccionar unificados para perder toda o casi toda la figura, como lo han hecho los diputados del PRI es un desatino y revela una falta total de reflejos nuevos, dispuestos a arriesgar a la complejidad que ya nos merecemos. No se puede apelar a la prisa para negar los principios elementales de procedimiento que dan sentido a la idea de sistema constitucional. Pero, a la vez, no se puede montar sin mas un tribunal publico, designado por nadie, para declarar presuntos, dignos de la formal prision y culpable a un diputado priista cuyo paradero se desconoce, a quien no hemos oido siquiera hablar sobre su supuesto caso, y a practicamente todos sus congeneres y companeros de partido, dado que por extension, analogia, o deduccion pronta, nada de lo ocurr ido puede explicarse si no se recurre a la gastada metafora de lo arcaico vs. lo moderno, de los dinos contra los que quieren otra forma de ser y parecer, etc. etc. Las ganas de ser como Le Carre o el fiscal Garrison, son signos de este tiempo de la globalidad que banaliza a traves de la parabolica o la lectura de Time o la glosa de The Economist. Pero estas ganas no son suficientes para dar cuerpo a una voluntad y una practica modernas dispuestas a asumir, padecer y combatir al crimen como figura contemporanea, que tiene que encararse con los recursos y valores de hoy y del porvenir y no con referencias a un pasado que bien a bien nunca existio. Distinguir y precisar, no abusar de la metafora o la comparacion, mucho menos de una nostalgia mal digerida: he aqui algunos de los retos que nos pone enfrente el arribo a una modernidad que todos queremos sea mudulable y habitable, no un simple y atroz vertigo sino un trayecto racional hacia una vida colectiva mejor. Estos son, me parece, nuestros trabajos a traves de los dias que siguen. *Director del programa televisivo Nexos y presidente del Instituto Nacional de Solidaridad.  traves de los dias que siguen. *Director del programa televisivo .