SECCION ESPECTACULOS PAGINA 41 BALAZO: DEL CONTINENTE DEL TEATRO CABEZA: La guerra de las gordas, humor didactico CREDITO: BRUNO BERT Salvador Novo es -como varios en la literatura romantica- un autor mucho mas elogiado que llevado a escena. Es un muerto ilustre al que se le rinden los debidos homenajes que no incluyen el considerarlo vivo dentro del plano teatral. Hablar sobre el, en general, no implica dejarlo hablar a el a traves de sus piezas. Y eso es justo solo a medias, aun en una sociedad cortesana como la nuestra que hace de la galanteria postuma (por muerte fisica o intelectual) un prurito. Mucho de lo de Novo, efectivamente, es espuma del tiempo; encaje raido al que se ve amarillento y de una afectacion un tanto ridicula. Pero queda bastante de buena ley, donde el humor y el talento se hermanan, volviendo contemporaneos a sus escritos. Ahora, en la desguarnecida temporada teatral de este ano, este autor hace su reaparicion con La guerra de las gordas, bajo la direccion de Miguel Corcega, en un homenaje que recuerda los 90 anos de su nacimiento y los 20 de su desaparicion; con la -digamos, ya que se trata de un cuerpo plural y fantasma- Compania Nacional de Teatro. Nos hallamos frente a un texto de los sesenta que se acabalga a una situacion historica documentada por las cronicas prehispanicas sobre las conflictivas relaciones entre Tenochtitlan y Tlatelolco. En el confluyen varias caracteristicas de Novo: el placer por un manejo erudito de las fuentes; la posibilidad abiertamente expresada de alterarlas si asi conviene a la trama; el apego dramaturgico a una historia literariamente bien estructurada; una vision ironica del poder y otra aun mas sarcastica (y por ende bastante despectiva) de la mujer, mostrada como objeto sexual manipulable, chismosa y un tanto repugnante por momentos. Y sobre todo el sentido del humor, muy gay, acido e ingenuo al mismo tiempo. A decir verdad se advierte en toda la obra ese amor por lo pedagogico que le hizo tener una relevante intervencion en la fundacion de la Escuela de Arte Teatral del INBA. Es decir, que a lo mencionado hay que agregarle un ropaje escolar y didactico facilmente detectable en todo el material. El director asume estas caracteristicas e incluso las acentua a partir de una puesta que subraya los lineamientos fundamentales que se hallan en el texto y en el ideario de Novo, esta vez a nivel de imagen. La escenografia y el vestuario -de Maximo Tizoc- contribuyen ampliamente a esta idea, ya que se muestran fastuosos pero dentro de un concepto ilustrativo (intensificado el efecto por el hecho de tratarse de una comedia), como los bellos cromos de un libro de escuela. No hay una recreacion creativa, cuya intencion daria tridimencionalidad al espacio y los objetos creando un sentido dramatico. Aqui mas bien vemos desplegarse un mural bidimensional con la funcion de un "comic" historico. Asumidas las limitaciones que esto impone a la madurez de un espectador que tal vez preferiria ser tratado como individuo mas cercano al adulto en lo estetico y menos ignorante en lo historico, podemos gozar con lo que de bueno tiene el espectaculo. Hay algunos gags logrados, un buen sentido del ritmo, un manej o acertado de un plantel muy nutrido de actores -entre los que destaca Eduardo Lopez Rojas- y una colorida coreografia que pone de relieve toda la parafernalia relacionada con el vestuario y la ambientacion, abundante y sumamente prolija. La guerra de las gordas hace parte de los cimientos del teatro mexicano contemporaneo, no tanto por su antigedad, sino por la concepcion que ha manejado su autor en la redaccion y su director en el montaje. Tal vez no vale la pena pedirle lo que no esta en capacidad de dar, sino mas bien de disfrutar lo que si tiene, y no es poco... aunque no siempre nos parezca suficiente cuando sale de los ambitos escolares. .