SECCION CULTURA PAGINA 37 CABEZA: Efesos, las tierras jonicas CREDITO: EDUARDO LIZALDE* Caminando entre las imponentes ruinas de Efesos, a 19 kilometros de las costas de Kusadasi, uno se pregunta de que proporciones reales fue aquella gran urbe (cuyas referencias mas antiguas corresponden al ano 2 mil antes de Cristo), si tan enorme espacio ocupan los restos de la sola etapa helenica y del mas remoto periodo de la dominacion romana (200 anos a. de C.). De acuerdo con los historiadores mas calificados, vivian alli en los siglos VI y V antes de Cristo, mas de 250 mil almas, y durante las festividades en honor de la diosa Artemisa, solian congregarse mas de un millon de visitantes en la ciudad. Asi, abrumado por el candente sol de esas tierras jonicas, el turista mas o menos escolarizado, comienza a revivir las imagenes borrosas de sus cursos preparatorianos sobre la historia de la filosofia helenica y la mitologia clasica, y advierte que se encuentra situado a unos cuantos metros del templo de Artemisa (o de las pocas piedras y huerfanas columnas que de el quedan), tras las innumerables reconstrucciones del edificio y, principalmente, despues de su incendio y destruccion completa por el enajenado Erostrato en el ano 356 a. de C. Alli mismo, revisando las guias, se entera el sorprendido expreparatoriano de que los mas valiosos relieves, objetos de oro y de marfil que se encontraban entre los escombros de esa mole considerada una de las siete maravillas del mundo hace dos mil 500 anos, no se encuentran en Efesos, sino en los eminentes recintos del British Museum de Londres, en el Museo de la Ciudad de Estambul (hoy algo mas poblada que las antiguas, pues ocupa dos continentes y tiene 14 m illones de habitantes), donde apenas alcanzamos el dia anterior a visitar tres o cuatro gigantescas mezquitas, y a recorrer algunos de sus barrios. Muera entonces el templo de Artemisa!, nos decimos en voz baja, que se encuentra tan destruido como despues de la faena de Erostrato, y completamente insolados nos dedicamos a admirar el graderio y la estructura del Gran teatro, de la inmensa avenida de la Arcadia y otros monumentos mejor conservados y reconstruidos en esa area tan vasta por lo menos como la de la Acropolis ateniense. En Efesos, como recuerdan a los despistados, en espanol y en otras lenguas, los numerosos guias de turistas, sabiamente provistos de sombrillas (que nos proponemos comprar en la primera oportunidad), vivio Homero en el siglo VIII, y en esas mismas tierras, dicen los eruditos, redacto posiblemente la Iliada. Homero existio, concluyen los investigadores y helenistas del siglo XX, contra la antigua sentencia del filologo Gottfried Hermann: omero haya existido). Heraclito de Efeso, claro!, me digo a mi mismo cuando veo el nombre del filosofo en la guia. Heraclito perdidas ciudades. Salimos del abrumador lugar fascinados con algunas fotografias que daran pobre pero segura, e inutil constancia de nuestra presencia en esas tierras sacras, donde nacieron nada menos que la ciencia, la filosofia y la cultura occidentales, y a las que arribamos tan desprevenidos como al atravesar el mitologico Estrecho de los Dardanelos, rumbo al Mar del Marmara y las tierras de Bizancio. Volvemos a Mexico dispuestos a no incurrir en otra visita meteorica como esa a tales parajes clasicos, sin revisar cuando menos los textos escolares del sexto ano de primaria (cosa que no haremos), para investigar en las enclopedias donde realmente hemos estado, y a ordenar en nuestros albumes la escasa coleccion de fotografias caseras. *POETA Y ESCRITOR .