SECCION ESPECTACULOS PAGINA 41 BALAZO: EPISTOLARIO CAIFAN / I CABEZA: Viento sobre Bogota CREDITO: XAVIER VELASCO Querida Celia: Te escribo esta carta sitiado por silencios. Es por ello que ahora, cuando Bogota entera se acurruca y solamente los motores la perturban, invoco tu presencia. Permiteme situarte: la del domingo es medianoche fria, el viento en retirada no silba ya por las rendijas de las ventanas y un periodico abierto, solitario, yace sobre la alfombra. Miro sobre el papel una palabra que no solia ser colombiana: Caifanes. Se que para ti, que naciste con el siglo y despues solo pudiste vivir como su amante prisionera, un caifan dista de ser la compania deseable para tu nieto consentido, pero debes saber algo: desde tu resistible adios, ciertas palabras han mudado de sentido. Ahora, en la orilla final del mismo siglo que tantas veces te beso, un caifan es aquel que propaga el idilio. Aunque debo decirtelo: al igual que la pasion secreta cuyas garras un dia rasgaron tu corazon y te quebraron el sosiego, este idilio tiene sed de rebeldia. Es necesario, pues, que despliegues las alas de la memoria y me acompanes en la insubordinacion del sentimiento. Vamos, querida Celis, a dar una vuelta al cielo. ¨Te acuerdas del amor, ese vertigo crepuscular por cuya causa una simple cancion podia conducirte hasta las lagrimas? Pues resulta que ayer, en mitad de un estadio cuajado de fantasmas, vi a una mujer que sollozaba entre gritos una cancion que habla precisamente de esos huracanes, los de la pasion. Tal vez a ti, que en vida conservaste la ardorosa templanza de quien ama en silencio, un espectaculo asi te hubiese parecido excesivo y hasta desvergonzado. Pero vale preguntarnos: ¨puede un fenomeno sobrenatural como la pasion merecer que sea la vergenza quien lo cubra? ¨No son los gritos y el llanto excesos apenas suficientes para enfrentarse al ventarron que de subito nos cimbra las entranas? Cierto: la mujer, una bogotana de belleza profunda y turbadora, entonaba palabras ingravidas, sin cuerpo, espirituales como la mas hermetica de las plegarias, mas habia en sus pupilas brillantes la certidumbre de que cada una de esas silabas le producia un dolor fisico. Las canciones de amor, particularmente aq uellas cuyo aliento mistico traspasa las fronteras de la muerte, son causa de punzadas en el cuerpo. Sobre todo si por los timpanos se cuela, despiadado chiflon, un requinto electrico filoso, resbaladizo, caliente. Si, querida Celia, la sensacion es placentera; por eso tanto llanto. Bogota: ciudad sinuosa y bellisima, cubierta de tejas rojas y bordada por cerros intensamente verdes. Botero no miente: sus mujeres sufren, tiemblan e iluminan el cielo como las de aqui. Coriolano Leudo, el artista que pasma a los visitantes del Museo Nacional con el resplandor de una pintura magnetica intitulada La mantilla bogotana, tampoco mentia: por la Carrera Septima se miran uno, dos, cuatro rostros blancos saturados de la misma coqueteria milagrosa que ostenta la protagonista del cuadro. De a lgun modo, las cabezas de las habitantes de Santafe de Bogota conservan sobre la desnudez de sus cabellos el aura que confieren las mantillas. Es aqui, en la capital del Virreinato de Nueva Granada, una ciudad tan soberbiamente republicana que se atreve a tener un Capitolio en plena Plaza Bolivar, donde la palabra Caifanes se sube a las paredes, brota de las bocinas de los radios e impregna de misterio los encabezados de los periodicos. ¨Como son los Caifanes en un escenario? ¨Que pueden hacer con un publico de 45 mil cuerpos que han oscilado durante mas de dos horas al ritmo de un emperador caribeno que lleva por nombre Ruben y por apellido Blades? Antes de buscar la respuesta en una noche cuyo recuerdo conservo fresco quiero, querida Celia, que me concedas licencia para presentarte a tres caifanes: Saul es un tipo intrincado, como intrincadas son sus estrofas. Ayer, mientras envolvia el microfono con una bandera colombiana, lanzaba rebanadas de higado para compensar las flaquezas del sonido instalado en el estadio Campin. Monterrey-Chinconcuac-Pachuca-Bogota-Panama, un concierto por dia. En la cuarta noche de estamina, Saul siguio decidido a ejercitar los musculos de la intuicion frente a un publico que digeria con lentitud las mas quietas plegarias, pero danzaba, saltaba y aullaba sin recato en cuanto se sabia en presencia de uno de los cantos caifanescos que ya son familiares en Colombia. Como tu, querida Celia, Saul sabe que la pasion y el sosiego hacen dificil matrimonio. Alejandro, que al comienzo de los setenta llego de Buenos Aires a Puebla para respirar una cultura y transpirar otra, tiene ahora, mientras se repone de los derroches energeticos de ayer a fuerza de soltar otro litro de jugos intimos en Panama, una razon muy importante para llevar hasta el limite los chillidos sabihondos y socarrones de su requinto: se llama Bela, y hoy cumplio su primer ano de vida. Alfonso es un baterista interesado en comerse a la vida gajo a gajo. Asi, sus baquetas internas trabajan con la frecuencia suficiente para que su vida sea toda redoble. Ademas, Alfonso es un recien casado: su esposa Cecilia, como no todos los colombianos lo saben, es en parte responsable de que todo esto sea verdad. En los ochenta, Cecilia era la mujer mas buscada del rock en Mexico. Luego, a su voz le dio por visitar ritmos tentadoramente diversos. Ayer, canto como un caifan mas. Me gustaria contarte mas, pero me temo que la madrugada se acerca y es hora de sumarme al letargo bogotano, antes de que el inicio de una nueva semana lo despedace. Por cierto, manana muy temprano salimos para Medellin. Tu y esta carta vienen conmigo. .