SECCION ESPECTACULOS PAGINA 40 BALAZO: SONIDOS CABEZA: El porvenir del principe abdicante CRDITO: OSCAR SARQUIZ F. El callado lanzamiento (coincidiendo con el de ese otro galanazo, Luis Miguel, mmmh) de este album, reciente, inesperada y bienvenida reaparicion del hombre que se cambio de nombre a logo bajo su antigua y nada anomica identidad de Prince (Rogers) cobija dos hechos significativos: a) Se trata de grabaciones previas a las de su ultimo album con New Power Generation, el mismo donde cambio de nombre a logo. b) Por lo mismo, y en vista de su solitario credito, podria tratarse de uno de los quinientos masters que aguardan su lanzamiento, i.e. con todos los instrumentos a cargo de Su Alteza Narcisisima. Con su consistente calidad e inventiva que lo mantiene siempre a la cabeza de esa musica vorazmente hibrida que es el funk actual, Prince exhibe orgulloso una vez mas las huellas de Little Richard, James Brown, Sly Sylvester, Ohio Players, Stylistics, etcetera, sumandolas a lo que este sonando en el hiphop callejero al momento de la grabacion. Acaso suene un poco menos vanguardista que de costumbre, pero muy poco; Prince vuelve a lanzar el album de funk del momento... y quien sabe cuando lo grabo. El prolifico musicantautor concibio este album como un concepto integral, como lo evidencian la fluidez y coherencia con que se suceden y ligan entre si sus catorce piezas que suenan en conjunto -¨sera la ausencia?- por encima del promedio a que nos tiene acostumbrados. El tema, ¨adivinan sus adeptos, al menos?, es una vez mas el sexo y el amor, que claro, han estado presentes en todos los albumes oficiales de Prince hasta la fecha (y eso que los no oficiales traen lo mas fuertecito), asi que ¨cual novedad? Entre otras, en su mas obsesamente sexomano album hasta la fecha, Prince suelta al fin prenda del porque de su cambio de nombre y -dizque- actividad, puesto que se retiro publicamente de las grabaciones fonograficas el ano pasado. Y, tal vez mas interesante para quienes no son sus biografos pero les gusta, el balance al que aspira el coqueto chaparrin contrapesa la lujuria nada menos que -crescendo de violines- por el amor. Acaso no sea esa la imagen del bacanal mulato, quien de sobra se ha prodigado en presentarse una y otra vez en la forma mas risque que su imaginacion asumidamente torcida puede concebir; galan carnavalesco, mas que caballeresco. Pero la arrogante rebeldia que ilustra con su extravagancia tiene un origen, a menudo presente y soslayado en sus composiciones, pero que aqui comparece con todas sus letras: "Papa", un sadofunk de ritmo cachondamente songo en el que Prince sale del closet... pero de ninos go lpeados, y socarronamente: "No le peguen a sus ninos/ No sea que salgan como yo", advierte ronroneando. Si no todo lo que de el se sabe lo ha estado inventando, su padre pianista de jazz necesariamente tuvo que ser influyente en su exitosa profesion. Sentimientos encontrados los del hombre que pudo ser Prince respecto a sus (ante el mundo ausentes) padres; porque aparentemente le ha ido bien; y si es capaz de hacer un album tan ostentosamente erotico que su titulo significa a la vez ven, venir y venida para profesar su voto por el amor, de algun lado lo saco. Como suele suceder con Prince, la diversidad estilistica es la norma (otra vez) en "Come", desde la pieza titular que arranca como un funk sencillo reminiscente del Padrino del Soul y va desenrollando un complejo arreglo de metales que va floreciendo y justificando hasta convertirse en un verdadero ejercicio de composicion a la Basie o Ellington, autentico despliegue de inventiva y oficio del menudo genio presuntuoso. Y hay tambien espacios etereos de exploracion sentimental y espiritual como -claro- "Space" y especialmente "Solo", especie de accapella guarnecido por aparentes glissandos de arpas sinteticas que tartamudea una linea de retraso digital; el tour vocal del Principito no desmerece en calidad frente al de grandes divas jazzeras con semejantes torch songs. Quien se inclina mas por el lado "duro" de Prince tampoco se quedara con hambre ante este novisimo plato: las contiguas "Pheromone" y "Loose" son sendos ejercicios sobre ostinatos ritmicos que escla vizan el cuerpo y lo mueven cual latigo al galope; la primera, en homenaje al ingrediente secreto del irresistible perfume de mujer (y aquel que no entienda de que hablamos, que la escuche acunado en el regazo de su chava); la segunda, enesima prueba del liderazgo funkero de su autor, simplemente deslumbra con sus interjuegos instrumentales. Claro, no podia faltar el interludio orgiastico que haga honor al titulo sexualmente explicito: un orgasmo guitarrero a la Hendrix con acompanamiento vocal (o gutural) femenino que deja los pujidos de Donna Summer y hasta los de Madonna a nivel de fricciones sobre la ropa en gayola cinematografica. Y donde los creditos marcan Orgasm, hay... precisamente eso, con todas sus vocales ululantes, PERO: al terminar la ardiente cuan anonima nena, el condescendiente Prince/garanon no alardea de su cuestionadi sima virilidad; simplemente le dice "Te amo", con seguridad que cambia y pone todo su trabajo en perspectiva. Como toda historia de principes, esta tiene final feliz; pero que eso no descorazone a sus habituales bacantes. Anotese nomas otro discazo mas a la larga cuenta del geniecillo pop. Prince, Come, Warner, **** 1/2 y XXX .