SECCION ESPECTACULOS-CARTELERAS PAGINA 50 BALAZO: EFEMERIDES CABEZA: Diderot: Logos Spermatikos CREDITO: JOSE LUIS DURAN KING No fue menor su trascendencia a la que alcanzaron sus contemporaneos Rousseau y Voltaire. Novelista y filosofo frances nacido en 1713, Diderot encarna en si mismo el "naturalismo" tan buscado en su tiempo. Disperso, superficial, erratico, contradictorio, repetitivo, sonador, este pensador es, no obstante, por la precision puramente literaria y los precisos detalles tecnicos de sus textos, uno de los precursores de la moderna critica de arte. Y fue quiza por su facilidad para establecer las diferencias que existen en el pensamiento humano, que a Diderot se le confio una empresa colosal: La Enciclopedia, un proyecto comun en el que Rousseau, Voltaire, Meslier y Diderot, pese a sus notables contradicciones, inventaron la libertad. Hoy, distancia de por medio, Diderot continua siendo una de las flamas mas luminosas de un siglo que arroja incesante sus luces sobre la historia. Al socavar la pretension del sujeto occidental de erigirse como pilar de un saber neutro y de un poder soberano, Diderot desestabiliza el orden, ese orden unico en sus cinco manifestaciones: politica, metafisica, religiosa, moral y matematica. No resulta extrano, pues, que muchos filosofos establezcan un puente de pensamiento que parte en Diderot y llega hasta Nietzsche, el filosofo mas critico de los filosofos criticos. al crear la estrategia de la diferencia, Denis Diderot resquebrajo el falso universalismo que no es otro sino el centralismo de Dios y el rey. Con sus criticas condujo a los hombres mas alla de la continuidad redescubierta y celebrada de la humanidad y de la animalidad, anteponiendo una dignidad y una libertad que paradojicamente para nada presupone la unidad del genero humano. La obra de este pensador frances, descubierta a destiempo, hace alarde de un arte filosofico de la confusion -confusion de generos, de sexos y de especies-, proponiendo una unidad "de la fisica, de la moral y de la poetica" que, con un gran sentido premonitorio, es una de las contadas opciones frente a la barbarie. En una especie de Logos spermatikos, Diderot sembro a los cuatro vientos. Su estilo es el de la naturaleza desbordada, sobreabundante, indefinida, donde seres y formas se atropellan sin someterse nunca a un fin. Asi lo dejan entrever La Enciclopedia, El sobrino de Rameau, Jacques el fatalista, La religiosa, obras en las que Diderot juega a despertar todas esas preguntas que la filosofia clasica no planteaba a fin de cuentas sino para reducirlas al silencio. Y si nosotros, espectadores pasmados del siglo XX, todavia nos es dificil convivir con el escandalo, para el siglo XVIII es facil imaginar el sobresalto que provoco una aseveracion como la "universal copulacion", un mecanismo extraordinario y secreto, una naturaleza en la cual todas las producciones y las metamorfosis se resumen en un solo acto que no termina. En un articulo que llamo "Encaustica", Diderot apuntaba que "Si una invencion favorable al progreso de la ciencia y de las artes llega a mi conocimiento, me apresuro a divulgarla". Es en el sentido de la indiscrecion donde se encuentran las paridades entre Diderot y Nietzsche, pues, para ambos, la naturaleza "es una mujer a la que le gusta disfrazarse y cuyas diferentes mascaras, al dejar escapar ora una prenda, ora otra, dan a quienes la siguen asiduamente cierta esperanza de conocer algun dia toda su persona". La divulgacion se convirtio en una de las grandes empresas de Diderot, pan cotidiano y proyecto politico. Su proposito fue sacar a la luz los mecanismos y los procedimientos que se tenian reservados o escondidos: todos los secretos, fueran metafisicos o artesanales, fisiologicos o esteticos. En cada uno de los escritos que redacta se reconoce una practica calculada de la divulgacion. Anuncia cuales son los procedimientos de fabricacion, esparce los secretos teologicos y politicos, fomenta astutas mistificaciones, difunde las buenas nuevas. Al hacerlo asi, propaga las luces de su siglo, "revela el medio", es decir, "desgarra el velo puesto complacientemente entre el pueblo y la naturaleza". Al otorgarle la confianza de una empresa como La Enciclopedia, Diderot tomo la tarea como algo mas que un texto, genero "una hermosa conspiracion general que se convirtio en la de todo el mundo". Al poner en escena todo el espectaculo de la naturaleza, del discurso sabio y de todas las tecnicas, provoco una accion abiertamente politica. La Enciclopedia vino a ser asi la mas fascinante leyenda del porvenir. Al aseverar que "Nada hay como ver a los fantasmas de cerca, siempre se agrandan con la distancia y el secreto", Diderot pone al desnudo las ideas y las cosas, provocando el mayor encantamiento visto por ojos humanos, el de tener acceso a una cultura que igualmente frustra al poder de la ignorancia y al poder del saber. Las hermosas historias dejan de ser para siempre las viejas leyendas terrorificas y los secretos susurrados que pesan sobre el presente, para dar paso a los relatos por venir de hazanas tranquilas. De esta manera, la gran empresa del siglo XVIII, en la que la libertad y la justicia pueden tomar tantos aspectos contadictorios, gira entorno a La Enciclopedia y su gran carga de indiscrecion. Nada escapa a esta ultima, pues existe como individuo separado, necesariamente prodigo por el solo hecho de haber nacido. El punto crucial habra de situarse en la diferencia de actitud frente a verdades de orden historico, metafisico, politico, religioso y moral que, a pesar de ser indisociables de las cuestio nes cientificas y tecnicas son relativamente autonomas. La indiscrecion de Diderot fue un concepto de movimiento de expansion, de dispersion del sujeto. Si estamos de acuerdo en que la historia nos ha ensenado que los hombres sucumben por sus ideales y las mujeres por sus ilusiones, ¨por que habria de inventarse la libertad? Sencillamente, porque la libertad es sinonimo de lucha contra todas las formas autorizadas, exaltadas, glorificadas de la crueldad. Liberar al ser humano de la supersticion, es devolverlo a su ternura nativa y ejercitarlo para la felicidad. En este ultimo punto, y quiza solo en este, Diderot y Rousseau estuvieron de acuerdo. "Llega el tiempo en que las cenizas se mezclan", aseguraba Diderot, y el siglo de las Luces concilio conceptos aparentemente irreconociliables. .