SECCION CULTURA PAGINA 36 CABEZA: MUNICH TAMBIEN ERA UNA FIESTA CREDITO: s ciudades de Alemania, Holanda, Italia y Francia. Tan solo Henry Arnold, actor principal, tuvo que trabajar durante cuatro anos luego deque habia sido contratado unicamente por dos y medio. Si se toma en cuenta, finalmente, que son necesarias dos semanas para ver el ciclo completo de trece capitulos que forman La segunda patria, podra tenerse una idea cabal de la actitud en la recepcion que demanda este proyecto. Continuacion de la exitosa y original serie Heimat, Die zweite Heimat corria el riesgo, en principio, de ser una segunda parte forzada y ociosa. Centrada esta vez en la educacion sentimental de los jovenes alemanes nacidos a mediados y a fines de los anos cuarenta, la saga se desentiende en apariencia del contexto politico para adentrarse en la vida cotidiana de un grupo de artistas noveles que quieren desde la musica, el cine, la poesia revolucionar al mundo. Con el Munich de los tempranos anos se senta como escenario, Reitz reconstruye la llegada del joven compositor Hermann Simon a la capital bavara (Simon no es mas que un alter ego del propio director, pues, como el, proviene de Hunsrck, pequeno pueblo de provincia donde se habla un dialecto muy cerrado del aleman). Como le pide la estructura topica de un Bildungsroman, es a traves de las peripecias del citado personaje que el espectador-lector conoce los ambientes y las situaciones en que van a desenvolverse las acciones de la peli cula. Aunque por razones obvias resulta imposible cifrar en pocas lineas siquiera las anecdotas centrales de cada episodio, si resulta imprescindible referir la importancia que tiene en La segunda patria la reconstruccion de cierta topografia geografica y espiritual muniquesa. Ya desde el primer episodio, los aprendices de cineastas que deambulan por el centro historico de Munich buscan vestigios de la arquitectura totalitaria que se desarrollo con gran impetu en los anos veinte en las grandes capita les alemanas. talismo y la beligerancia artisticas de la bohemia sesentera. En los pasajes de la pelicula donde aparecen los locales de esta zona bohemia de Munich, se interpela con mucha sabiduria la nostalgia de la nostalgia del cinefilo, se le pide al espectador dejarse llevar por una memoria distante pero que forma parte del partrimonio de la cultura alternativa universal de este ultimo cuarto de siglo. En los cafes, las tertulias, los desencuentros amorosos, los clubes de jazz, los conciertos de Nueva Musica, los recitales de poesia concreta y los Grandes Proyectos nunca resueltos que van y vienen por las 26 horas de La segunda patria esta el recuerdo entranable de esa euforia permanente que fueron los anos sesenta. *Ensayista. .