SECCION ESPECTACULOS PAGINA 41 BALAZO: CARIBEĽOS CABEZA: CREDITO: ERNESTO MARQUEZ Primera interprete femenina del filin y poseedora de una gran fuerza comunicativa en su voz, esta gran mujer sigue siendo La senora sentimiento. Y para comprobarlo esta ahi la vigencia de su canto, retratado en mas de 20 LD y una inmensa lista de lugares anclados en los cinco continentes en los que su arte ha dejado constancia. Han pasado ya muchos anos de aquel canto primero y su don de emocionar sigue vigente: salvando barreras idiomaticas y generacionales, atrayendo cada vez a un publico mas numeroso que recicla sus emociones en lo que expresa esta senora del canto. Enamorada de la cancion Elena nos cuenta que desde siempre fue una enamorada de la cancion: al inicio cantaba tangos, rumbitas y guarachas, pero su arte lo ventilaba mejor en la trova cubana, esa que dependia de Pepe Sanchez y Sindo Garay. Se inicio profesionalmente en 1943 como vocalista de la orquesta de la emisora Mil Diez, dirigida por los maestros Adolfo Guzman y Enrique Gonzalez Mantici. De ahi su paso lo vieron varias agrupaciones vocales hasta llegar Damaso Perez Prado y convertirse en su primer pianista acompanante. Mas tarde, ingreso como figura central en los espectaculos que se realizaban en el Teatro Fausto y el Tropicana de Cuba. Su primera salida al extranjero la realiza a nuestro pais (1950) como parte del show de Las mulatas de fuego, provocando con su voz de tintes negroides y resonancias operisticas, gran revuelo en el espectro nocturno de aquellos anos. En el desaparecido Follies Berger trabajo al lado de la ya famosa Tongolele. Ahi la conocio Emilio El Indio Fernandez, quien asombrado por su voz, la invito a participar en la filmacion de Salon Mexico. En esa etapa se une al Cuarteto de Facundo Rivero, con el que realiza una larga gira por Centro y Sudamerica. Terminados todos sus compromisos foraneos, regresa a Cuba e ingresa al conjunto de Orlando de la Rosa. Trabajan en algunos lugares de La Habana y poco despues marchan a Estados Unidos en una ruta de centros nocturnos y hoteles que les marca una actividad incesante, donde interpretan numeros del director -Vieja luna, Nuestras vidas, Eres mi felicidad- que mas tarde seran famosos. Elena, quien habia bailado con Litico en el Tropicana y, tambien, integro un espectaculo cubano en Jamaica, demuestra sus dones para satisfacer la apetencia de un publico anhelante de rumbas, guarachas y sones cubanos. Ahora, al evocar aquellos momentos exclama: "Me gustaba bailar, me gustaba cantar... me gusta la musica. Que quieren. Asi soy yo!" Con las D'Aida Su periplo artistico hace escala importante cuando conoce a la pianista y directora de orquesta, Aida Diestro, quien trabajaba en la CMQ Radio y a la cual anima para formar parte de una agrupacion vocal que ha planeado junto con Omara Portuondo y Haydee Secada. En agosto de 1952 debutan en el Carrousell de la Alegria, espacio televisivo presentado por German Pinelli. Recien acababan de montar dos numeros: Mamey colorado y Cosas del alma. De ahi pasan al Show de Mediodia y eso les hace pensar en extender su repertorio, entonces arman: Que jelengue, Profecia, Ya no me quieras y Las mulatas del cha cha cha. Todo prometia un triunfo, sin embargo, la irregularidad en los contratos fractura el proyecto y provoca la separacion. "Yo lo pense mucho -recuerda Elena-, como quiera que sea habiamos logrado algo importante en nuestras vidas. Teniamos un estilo muy singular que gustaba a propios y extranos, y eso le daba perspectivas a nuestro trabajo. Realizamos algunas giras por el extranjero, grabamos un disco acompanando a Nat King Cole, y otro a duo con Lucho Gatica, pero yo creo que se dio el momento en que cada una de nosotras necesitaba consolidarse por separado y, bueno, nos despedimos, sin pena y sin llanto". Un don, el de la expresion Separada de sus amigas, Elena va en pos de un "algo" que le defina. Un estilo que, amen del don de la expresion, le proporcione libertad para interpretar cualquier tema. Y ese "algo" lo encuentra de manera expedita en su persona, ya que en ella esta el don de la expresion como una de sus mas altas cualidades. Desde entonces, la Burke es la interprete ideal de todo compositor, pues si bien se aprende la cancion interiorizando las motivaciones del autor, hace visibles las palabras, la metafora mas sutil con una gestualidad caracteristica y, al mismo tiempo, con una fuerza expresiva de arrebato. En su quehacer domina un vasto repertorio que comprende las cuatro ultimas decadas del cancionero cubano, desde la cima de la trova tradicional, hasta la interpretacion mas decantada de la cancion contemporanea. Elena Burke representa el caso peculiar de una interprete que por la calidad de su tecnica y el sonido de su voz ha logrado cultivar el pasado cancionistico, y a la vez experimentar con las nuevas formas liricas de nuestros tiempos, convirtiendo su trabajo en un fruto rico y complejo de gran talla humana y musical. Ella es de las pocas, por no decir la unica, que ha logrado combinar con sabiduria y buen gusto estilos tan variados como los de Ernesto Lecuona, Silvio Rodriguez, Ignacio Pineiro, Sindo Garay, Mirta Silva o Pablo Milanes. Y eso no es una identificacion, sino la prueba mas rotunda de su condicion de gran estilista, que le permite abarcar cuanto registro y cuanto acorde exista sobre el pentagrama; porque ella descubre con su voz la maravilla de lo nuevo. Otra de las cosas en que descansa su prestigio profesi onal. El busca del acorde perfecto Enriqueta Almanza, una de sus mas asiduas acompanantes al piano, dice que no es facil acompanar a Elena. "Ella no pemite caer en rutinas. Aunque se trate de canciones repetidas, siempre hace de una version variantes insolitas. En un escenario uno tiene que andar cazandola, pues nunca proyecta un numero igual, ni dos veces. Y no hablo de lo musical solamente, sino de la emocion". En una conversacion anterior con Frank Dominguez, el compositor y pianista comentaba al respecto del estilo de Elena y de su capacidad musical, y en su discurrir subrayaba la importancia del "oido armonico" de la cantante. "No lee musica -confiaba Dominguez-, pero sabe exigir el acorde perfecto. Y si cambia la melodia, en definitiva, la realza con su sentimiento. Pero si el acompanante varia en algo una nota, con su mirada de saeta, por encima del hombro, es capaz de preguntar enmedio de un espectaculo: ¨q ue paso? Elena es unica, ha levantado canciones sin tanto vigor a partir de su version". Cantante para siempre A partir de 1960 Elena Burke trabaja como solista. Integra la revista musical Como a usted le gusta, del Cabaret Caribe, en el Hotel Habana Libre y edita su primer LD, guiado por los maestros Somavilla y Guzman, con arreglos de ambos. Realiza innumerables conciertos en la sala del museo de Bellas Artes y en diversos teatros, en especial, el Amadeo Roldan. En esa decada triunfante aparece en el largometraje de Rogelio Paris, Nosotros la musica. Abre su espacio radiofonico A solas contig o y representa a Cuba en un sin fin de "embajadas culturales". Los setenta son tambien anos de intensa actividad, Mexico, Brasil, Espana, Paris, por solo citar algunos lugares, resultan plazas fuertes en la labor de Elena. Alterna sus presentaciones, indistintamente, con Frank Emilio, Adolfo Guzman, Frank Dominguez, Rey Montesinos, Froilan Amezaga y otros, hasta su actual guitarrista, Juanito Martinez. Al decir de los criticos, Elena Burke descubre con su voz lo que hay en su interior. Por eso por donde pasa deja huella, y deja huella porque sus interpretaciones consiguen imponer en el escucha el texto, la melodia y el ritmo de las canciones. Su forma de dibujar mapas que llevan al corazon es un regalo excepcional que sus seguidores han sabido apreciar en 53 anos de ejercicio canoro. Por eso, el publico de la Burke se mira en sus interpretaciones y se solaza con lo que ve. Elena advierte que encuentra sus numeros "por ahi", aunque, a veces, se los traen los autores, con los cuales, en la mayoria de los casos, "desde el primer contacto" mantiene una relacion perdurable. Hay piezas antologicas en su interpretacion como Duele y Anorado encuentro, de Piloto y Vera; En nosotros, de Tania Castellanos; Tu no hagas caso, de Marta Valdes; Te vas, de Noe Nicola; De mis recurdos, de Juan Formell; o Para vivir, de Pablo Milanes. Aun resuena en nosotros la voz de esta estupenda mujer cuando hace apenas un par de meses la escuchamos cantar en Veracruz, en plenitud de facultades, con esa sensualidad antillana y esa elocuente fuerza comunicativa que siempre le ha caracterizado. Entonaba en aquel entonces una cancion que era como su carta de identidad: "Estoy aqui de pie/ frente al paisaje que nos vio sonar/ estoy aqui de pie/ con tu recuerdo y este gran dolor/ de no tenerte ya... estoy aqui, de pie", del clasico bolero de Olga Navarro. .