SECCION ESPECTACULOS PAGINA 39 BALAZO: ARTE FLAMENCO CABEZA: Los poetas que hablan tan alto CREDITO: ALEJANDRO SALAZAR HERNANDEZ Obras de los juglares hispanos Leon Felipe y Federico Garcia Lorca se funden con el arte flamenco en Los poetas que hablan tan alto, espectaculo ideado y dirigido por Ricardo Brust, que anteanoche se estreno en el auditorio Miguel de Cervantes del Club Espana. Durante mas de una hora el pequeno foro sureno se inundo de sentimiento andaluz derrochado lo mismo en las declamaciones del propio Brust que en las intervenciones de musicos, bailarinas y un interprete de cante jondo, encargados de acunar las consabidas estampas gitanas. Un solo acto formo esta produccion, cuyo titulo presumiblemente se desprende del poema Por que habla tan alto el espanol, de Leon Felipe. Deshaced ese verso, Como tu, Como aquella nube blanca, El poeta prometeico, El poeta maldito, El poeta y el filosofo y otros seleccionados de las colecciones Versos y oraciones del caminante y El espanol del exodo y del llanto, permitieron corroborar el pregonado acento violento y biblico caracteristico en la obra de este poeta fallecido en 1968, el cual fue debidamente remarcado en cada declamacion de Brust. A traves de Romance sonambulo, La casada infiel, Pequeno vals vienes, La cogida y la muerte y La sangre derramada se hizo presente en este montaje la elogiada lirica de Federico Garcia Lorca, muerto en condiciones tragicas durante la guerra civil espanola. Solo una mesa -sobre la cual reposaba botella y copa con vino tinto-, sillas, rebozos y medias luces acompanaron a los protagonistas de Los poetas que hablan tan alto: Antonio Munoz arrancando a la guitarra el repiqueteo flamenco, Fernando Lazcano haciendo lo propio con el cajon y la flauta y Luis Concheso El Egabrense, por su parte, haciendo gala de sus cualidades para el cante jondo. Todos vestidos a la usanza gitana. Dos bailarinas (Liliana Ruiz y Clemina Zugati) dieron especial realce al espectaculo. Ataviadas con vistosos vestidos azules, ambas derrocharon gracia para jugar con sus manos en el aire y zapatear con maestria a lo largo y ancho del tablao, fuera cual fuera el ritmo impuesto por los musicos. En la figura y garbo de ambas se finco buena parte del reconocimiento brindado a lo largo de la representacion por los asistentes, en su mayoria socios del club presidido por Tomas Salmon Perez. Mencion especial merece el desempeno de Ricardo Brust, sobre quien no solo recae la mayor parte del peso de esta produccion, sino tambien la responsabilidad de conjugar y preservar la armonia entre dos manifestaciones artisticas a simple vista tan dispares. Invariablemente por esta originalidad fue positiva la respuesta del publico (ovaciono puesto en pie) al concluir la primera funcion de Los poetas que hablan tan alto, espectaculo con sabor ciento por ciento andaluz. .