seccion inf. gral. guia: DEBE pag 1a. de 1a. balazo: Debate cabeza: ¨Debe ser conservadora la izquierda? credito: Joaquin Estefania­ Con este titulo se publicaba recientemente un articulo en el Reino Unido, que recogia un debate celebrado en Sussex entre politicos, academicos y periodistas americanos y europeos. Bajo el marco teorico de la necesidad de reinventar la izquierda a la luz de los acontecimientos sobrevenidos en el ultimo lustro, la ponencia que atrajo la mayor atencion se llamaba, nada mas y nada menos, Como la Izquierda Puede Gestionar el Capitalismo Mejor que la Derecha. Esa definicion supone, en si misma, toda una argumentacion de por donde van las cosas para muchos analistas de ese bloque social, y hubiera significado (dentro de la polemica que en estos dias se esta abriendo en el socialismo espanol) una toma de posicion previa no aceptada como tal por una parte importante de los participantes en esta controversia. Una de las conclusiones mas valiosas del coloquio de Sussex fue que la izquierda tambien esta siendo retada linguisticamente, ya que se hace una creciente analogia entre izquierda y conservadurismo en relacion a quienes defienden que hay que sostener los niveles clasicos del Estado del bienestar, independientemente de los nuevos fenomenos que caracterizan a Europa occidental. Un segmento de esas acusaciones proviene del campo de los conservadores, que ven la ocasion de sacudirse de un latiguillo que no les favorece electoralmente. Pero tambien hay quienes, desde algunas familias de la izquierda, empiezan a considerar retorico mantener un esquema que es imposible financiar en escenarios muy diferentes a aquellos en los que nacio y se desarrollo. En realidad, al margen de las deprimidas realidades nacionales y de las senas de identidad de los gobiernos que las administran, en toda Europa se discute lo mismo; si el Estado del bienestar, que ha formado parte central de la cultura politica del continente en el ultimo medio siglo, corre riesgo de desaparecer ante la presencia de nuevos problemas (fundamentalmente los nacidos de la calidad del muro de Berlin y los fuertes movimientos migratorios) y, por tanto, si es preciso reformar las medidas protectoras de ese bienestar o hay que encastillarse en las mismas, promoviendo otra redistribucion sustancialmente diferente de la renta y la riqueza. No otra cosa que este debate es lo que se refleja en los escarceos de los principales Ejecutivos europeos, sea cual sea el signo ideologico que los marca; el Reino Unido hace muchos anos que esta en una desmantelacion permanente de su sistema de welfare; en Francia se combina la reduccion de los gastos sociales con una disminucion de los impuestos directos y un fuerte aumento de los indirectos, para bajar el deficit presupuestario; Alemania plantea incrementar el horario laboral, el retraso de la jubilacion, la anticipacion de la edad para incorporarse al mercado de trabajo, el recorte de las subvenciones a las empresas estatales, la creacion de nuevos gravamenes, etcetera, y Kohl duda publicamente sobre la viabilidad de la historica red de proteccion social, en especial sobre las pensiones y la sanidad, "para poder atender al ejercito de ancianos que nos espera"; Italia combina el recorte presupuestario con un grandioso programa de obras publicas y la movilidad funcionarial, etcetera. La principal diferencia entre todos esos planes (a los que hay que anadir los presentados en Espana en el contexto de los presupuestos de 1994) esta (ademas de la graduacion de las medidas) en los instrumentos con los que ponerlos en practica; en algunos paises ha sido la accion directa de sus gobiernos; en otros se ha tratado de consensuarlos mediante un reparto de los sacrificios a traves de un pacto social. El presidente del Consejo Economico Social lo describia en estas mismas paginas: "La politica de concertacion social es la unica alternativa factible para la gestion de la crisis a una politica autoritaria que busca, en ultima instancia, desmantelar una parte de los mecanismos de solidaridad..."