seccion inf. gral. guia: P8ECO Pag. 1a.-1a. balazo: Ecologia cabeza: Ideologia y ecologismo, presiones contra el TLC credito: Gabriel Quadri de la Torre Conforme se acerca la decision cameral en Estados Unidos sobre el tratado norteamericano de libre comercio, arrecia la ofensiva de fuerzas opositoras al otro lado de la frontera. El inefable Ross Perot lanza la primera semana de septiembre su "libro" Save your job, Save your country: why NAFTA must be stopped now!, en el cual hace acopio de todos los prejuicios antimexicanos acumulados por la poblacion WASP (white, anglosaxon, protestant) y los amasa con informacion relativamente objetiva, aunque descontextualizada (indispensable para la verdad a medias y la mentira a medias). Con esa materia prima construye un panfleto lamentable que intenta convencer a sus lectores de las atrocidades que Mexico provocara en la economia y en la sociedad norteamericanas de aprobarse el TLC. Por su lado, durante la penultima semana del mes anterior, un grupo nutrido de organizaciones ecologistas norteamericanas (entre los que destacan Public Citizen, Sierra Club, Amigos de la Tierra, Earth Island, Rainforest Action Networdk, etc.), destino casi 100 mil dolares para financiar un par de inserciones en el New York Times, desplegadas con toda la fuerza editorial del prestigiado diario; uno, con el objetivo de documentar actos de barbarie ecologica contra especies amenazadas de quelonios que arriban a las costas mexicanas, por parte de pescadores y comunidades costeras, y de senalar la incapacidad de las autoridades mexicanas de cumplir sus compromisos y promesas ante la sociedad local y la comunidad internacional. El otro pretende presentar una argumentacion minuciosa sobre los impactos ambientales negativos que, segun el espiritu de la publicacion, traera el TLC para los paises involucrados (Canada, Mexico y Estados Unidos). Es imposible pasar por alto los fuertes rasgos ideologicos que subyacen a todos esos textos, y desconocer la red de alianzas tejida entre ecologistas y diferentes sectores e intereses politicos. Cuesta trabajo a algunos admitirlo, pero todo ello viene a corroborar algo que hemos hecho notar en esta columna y en otras publicaciones: el ecologismo ha dejado de existir en el vacio politico como una fuerza de consenso automatico, para fundirse y confundirse en el abanico ideologico y partidario que caracteriza a las sociedades modernas. Asi, podemos identificar con facilidad, sobre todo en los paises industrializados, en un extremo del espectro, a un ecologismo xenofobo y filofascita, y en el otro, a un comunitarismo fundamentalista igualmente repulsivo; claro, pasando por ecologismos de corte socialista, socialdemocrata, conservador y liberal, mas digeribles y asimilables con facilidad en los espacios de pluralidad democratica. Superando la tentacion de atribuir (en su totalidad) la oposicion ecologista al TLC, a una conspiracion orquestada por las fuerzas mas reaccionarias de Norteamerica, reconozcamos que estamos frente a un fenomeno politico nuevo pero irreversible, el cual tendremos que entender objetivamente como investigadores, militantes, funcionarios o como comunicadores. Adios, para siempre, al ecologismo rosa. Entendiendolo asi, es improcedente, ahora, responder a provocaciones ideologicas con frases lapidarias o meramente retoricas, que solo contribuirian a enrarecer aun mas el ambiente politico en torno al TLC. Aprovechemos la oportunidad para tratar de elevar el nivel del debate, conduciendolo por cauces argumentativos racionales, lo que puede hacer mas solida y seria nuestra posicion, al mismo tiempo que ayudara a desembolsar al chauvinismo ecologista (que amenaza con crecer hacia un tremor xenofobico potencialmente peligroso), y a un izquierdismo retro que aun patalea entre ciertos ambientalistas mexicanos y que festina las dificultades surgidas en el camino del TLC. Como casi siempre, los extremos del abanico ideologico se vuelven a tocar.