seccion inf. gral. guia: MAY 4 U PAG. 1-1 balazo: Debate cabeza: El largo camino de la reforma credito: Ciro Mayen En la gira por Europa que concluyo la semana pasada, el presidente Carlos Salinas de Gortari admitio que en Mexico el camino hacia la reforma democratica es muy largo y manifesto la disposicion de su gobierno para andarlo, al mismo tiempo que advirtio que no es facil y exige un enorme esfuerzo e inteligencia. La declaracion presidencial evidencia que el pais arribara a las elecciones federales de 1994 con una legislacion electoral sin haber podido resolver las diferencias fundamentales en torno a esa legislacion. Lo expresado por Salinas de Gortari es un reconocimiento tacito de que en la ultima reforma no se logro destrabar el asunto mas sustantivo de las conversaciones: una mayor autonomia de los organismos electorales. Lo deseable hubiese sido que la normatividad que regira las elecciones federales de 1994 hubieran sido elaboradas con la participacion de las principales fuerzas politicas, pero al parecer la administracion de Carlos Salinas prefirio continuar bajo el esquema de compromisos solo entre el gobierno y Accion Nacional, dejando fuera al PRD, pero tambien, y esto es lo que me parece mas grave, la posibilidad de una salida legal, democratica y creible que descongestione el sistema electoral mexicano. A pesar de que las elecciones nunca han dejado de celebrarse en el Mexico posrevolucionario, recientemente las luchas electorales cada vez han ido cobrando mayor importancia. En los ultimos cinco anos el pais se ha encaminado, si se quiere de manera atropellada e incipientemente, hacia un nuevo esquema politico, en el que la representacion democratica se ha vuelto una cuestion central. En una etapa relativamente breve hemos presenciado importantes cambios en las tendencias politicas del pais que durante decadas tuvieron una lenta evolucion. Durante los ultimos cinco anos hemos vivido una larga cadena de elecciones regionales competidas. Ejemplo de ello son los casos de Baja California, Guanajuato, Nuevo Leon, Tamaulipas, Chihuahua, San Luis Potosi, Oaxaca, Guerrero, Michoacan y Nayarit, que contribuyeron enormemente a combatir la gran desigualdad entre el partido oficial y los partidos de oposicion; en consecuencia, a modificar el curso de la vida politica del pais. En la decada pasada se inicio una serie de cambios que han llevado a la nacion a replantear las bases de su desarrollo y, con ello, la participacion de cada uno de los actores politicos y sociales en ese proceso. La economia mexicana se encuentra ahora en una etapa de transicion en la que la consolidacion del ajuste y la estabilizacion intentan dar paso a reformas estructurales de largo alcance abocadas a superar los rezagos economicos y sociales, sin que hasta el momento haya sido posible mejorar la calidad de vida de la poblacion. Una vez que se ha definido un nuevo rumbo de la economia mexicana y las nuevas funciones del Estado en la coyuntura de la globalizacion, la reforma del sistema politico electoral ha pasado a ser una necesidad vital e impostergable. Los tres partidos mas importantes del pais tienen la tarea comun de construir el espacio politico institucional en el que los contrarios se reconozcan como necesarios y complementarios. Despues de tantos intercambios efectuados entre los mas altos dirigentes de los partidos politicos podemos llegar a una conclusion definitiva y definitoria: la reforma electoral integral no se completara cabalmente mientras las fuerzas protagonistas de la lucha politica no establezcan un compromiso democratico que permita avanzar con seguridad en la transicion. Lo grave y urgente que enfrentaran las elecciones federales proximas sera lograr su legitimidad. Aun cuando no todo lo contenido en la reciente reforma electoral aprobada es negativo, la pregunta es la misma: ¨son suficientes esos adelantos? En mi opinion no. Pero mientras sigamos con reformas que no tengan como soporte un acuerdo entre las tres principales fuerzas politicas del pais, las insuficiencias continuaran vulnerando no solo a la normatividad electoral, sino tambien a cualquier posibilidad de presenciar una contienda politica civilizada. Frente a un previsible enrarecimiento del clima politico, parece necesario insistir una vez mas en que el camino de las reformas progresivas ofrece multiples ventajas: en primer termino, reconocer que ninguna reforma tiene una definitividad absoluta; que toda reforma admite la prueba del ensayo y del error; que la gradualidad acorta considerablemente la brecha entre lo deseable y lo posible. Es cierto que un camino asi supone desechar propuestas que tienen como punto de partida "reformarlo todo y totalmente". La verdad es que en la actualidad un reformismo genuino es incompatible con los absolutismos y las generalizaciones. Las reformas electorales han tenido como proposito nuevas formas de distribuir el poder politico. Sin embargo, la vision unilateral y excluyente del grupo en el poder -al margen de los errores maximalistas de un importante sector de la oposicion- ha hecho que la distribucion del poder hasta el momento resulte insatisfactoria. De alguna manera, con su declaracion en Estocolmo, el presidente Salinas reconocio implicitamente el corto alcance de su reciente reforma electoral. El proposito en cada reforma debe ser resolver los temas en litigio, no posponerlos, ni menos precipitarlos. En la medida en que la reforma no resolvio el conflicto el riesgo de una espiral de impugnaciones es real, asi como el de un desencanto del electorado. En los anos por venir seguiremos irremediablemente atados al tema de la reforma electoral. La polemica sobre la segunda reforma electoral del sexenio dejo muchas dudas acerca de las nuevas reglas del juego, lo que significa que todavia resta un buen trecho para alcanzar una normatividad electoral que garantice objetividad e imparcialidad en la organizacion de las elecciones, transparencia en el recuento de los votos, mayor fluidez en los mecanismos de impugnaciones y mayor equidad en las condiciones de la competencia  recuento de los votos, mayor flu .